Sobre Sacrificial Princess and the King of Beasts en pocas palabras:

“Niehime to Kemono no Ou”, también conocido como “La princesa sacrificada y el rey de las bestias”, narra la historia de Sariphi, un sacrificio humano destinado que inesperadamente se convierte en la reina de un reino de bestias y demonios. Contra todo pronóstico, ella forma un vínculo con el Rey, desentraña sus misterios y navega por las complejidades de una corte donde su presencia es tanto una maravilla como una amenaza.

Conoce a los personajes de Sacrificial Princess and the King of Beasts

Sariphi

¡Sariphi es ese torbellino de ternura que no puedes no querer! Es dulce y decidida a la vez, con una inocencia que se raya en la terquedad pero que también es su superpoder secreto, en serio, no te metas con su paciencia. Tiene un instinto para leer a la gente y unas maneras extrañas de resolver problemas —a veces con lógica, otras veces con tortitas a las tres de la madrugada— y sí, jura que odia el pescado aunque una vez lo comió y dijo que le encantó, así que quién sabe.

Leonhart

Leonhart es el típico rey bestial que parece imposible de descifrar: frío y majestuoso, pero también con destellos de ternura que te atrapan de golpe. Protege con una intensidad que da miedo pero que, si lo conoces, se convierte en algo casi adorable (no lo digas muy alto). Tiene una postura y un silencio que son todo un lenguaje propio, y luego le verás cultivar flores en secreto a las tres de la mañana, lo cual es una contradicción gloriosa.

Sirius (Anubis)

Sirius, o Anubis cuando está en modo serio, es la mezcla perfecta entre guardián estoico y ese amigo que siempre tiene una regla antigua en la manga. Le encanta el orden, los rituales, las cosas con sentido… bueno, eso dice, pero en realidad guarda una colección de postales ridículas que nadie entiende; sí, contradictorio, lo sé. Es leal hasta los huesos, elegante en su distancia, y de vez en cuando su mirada te hace sentir que llevas décadas en deuda con él (o tal vez solo me lo imagino).

Amit

Amit es de esos personajes que parecen pequeños engranajes pero sin él el reloj no funciona; muy práctico, muy centrado y un poco cascarrabias. Habla poco pero cuando lo hace clava el punto, y tiene una paciencia curiosa —a veces infinita, otras veces explosiva—, así que nunca sabes cuándo te dará la conferencia. Curioso detalle: parece que colecciona las cosas más mundanas (un botón, una pluma), y jura que cada objeto tiene una historia épica, aunque a veces las historias cambian.

Jormungand

Jormungand da ese aura mítica y peligrosa, como si cualquier momento pudiera devorar el mundo, pero a la vez tiene un sarcasmo que te sorprende y te hace reír cuando menos lo esperas. Es imponente, de presencia casi legendaria, y su moral es compleja; no es blanco ni negro y eso lo hace fascinante. Tiene manías raras —por ejemplo, le gusta escuchar canciones infantiles cuando está pensativo—, lo cual no encaja, pero lo amamos por eso.

Ilya

Ilya tiene esa vibra de amigo leal que siempre aparece en el momento exacto, aunque parezca distraído o un poco perdido en la vida (y a veces lo está). Es cálido, con humor seco y una ternura que se nota en pequeñas acciones, como prestar atención a detalles que nadie más ve; además, jura que es un desastre con la cocina pero secretamente hace unas galletas legendarias (confieso que no sé si miente). Es confiable pero sorprendente, la clase de personaje que hace que los demás respiren más tranquilos.

Set

Set es puro misterio y fuerza bruta estilizada, un carácter que impone respeto y curiosidad a partes iguales; no es el tipo de personaje con muchas palabras, pero cuando actúa, impacta. Hay algo teatral en él, como si cada gesto estuviera calculado para que lo recuerdes, aunque en realidad a veces hace cosas demasiado humanas, como quedarse mirando una nube y perderse por diez minutos. Es un enigma con aficiones raras (colecciona llaves, o eso dicen), y su presencia cambia la energía de cualquier escena.