Sobre Hell’s Paradise en pocas palabras:

“Hell’s Paradise” (Jigokuraku) es una cautivadora serie de anime y manga que profundiza en las vidas de criminales condenados a muerte enviados en una misión aparentemente imposible a una isla peligrosa. Encargados de encontrar un elixir mítico de inmortalidad, se enfrentan a horrores inefables y desafíos. A medida que se forman alianzas y se descubren secretos, la línea entre la humanidad y la monstruosidad se difumina.

Conoce a los personajes de Paraíso del Infierno

Gabimaru

Gabimaru es ese tipo silencioso que te atrapa aunque trate de no hacerlo; frío, mortal y con una mirada que dice “no me molestes” pero que en realidad está pensando en cosas ridículas (como si la sopa sabe mejor con un poco de vinagre, juro que lo piensa). Fue criado como asesino y funciona con lógica implacable, pero también hay un corazón muy torpe dentro que se aferra a una promesa —y sí, a veces olvidaría hasta su espada si alguien le diera un pastel. Tiene un sentido del humor raro y seco que aparece cuando menos te lo esperas, y contradice todo el aura de “no me importas” con gestos pequeñísimos de cuidado. En fin, peligroso, muy silencioso, sorprendentemente humano y además, creo que duerme con un mechón de pelo fuera de lugar, no sé por qué lo imagino así.

Sagiri

Sagiri es la fría y cortante ejecutora que todos respetan, una guerrera de hojas y precisión quirúrgica —y sí, también parece que odia el desorden… aunque su cuarto esté, curiosamente, lleno de cosas ordenadas en pilas inexplicables. Cumple su deber con una disciplina brutal pero de vez en cuando suelta una sonrisa que desarma, y no sé si eso la hace más aterradora o más adorable; depende del día. Es serena, ruda cuando hay que serlo, y tiene traumas que la hacen especialmente buena leyendo intenciones (es como si su cara fuera un libro abierto y a la vez una fortaleza). Ah, y rumor: colecciona pequeñas tijeras ornamentales, no preguntes por qué, ¿tal vez para arreglar la ropa de la gente?

Nurugai

Nurugai es un torbellino misterioso del que nunca estás totalmente seguro —parece una sacerdotisa de la isla, carismática y seductora, con tradiciones que nadie más entiende y una sonrisa de “sé algo que tú no sabes”. Juega con rituales y secretos, manipula a la gente con gracia y a veces habla como si contara cuentos para niños; no sé si me fío, pero me encanta su ambigüedad. Tiene un lado muy maternal y otro completamente impredecible, y a veces te abraza y al rato te reta a pelear, es confuso pero encantador. También tengo la corazonada de que guarda una piedra brillante en el bolsillo, quizá para la suerte o para lanzar a alguien si hace falta, quién sabe.

Yuzuriha

Yuzuriha es puro fuego y ternura al mismo tiempo, una kunoichi que cose sueños y también flechas, le encanta la vida sencilla pero cuando pelean se vuelve implacable —es terco y dulce y a la vez increíblemente peligroso, una mezcla que me vuelve loco, en serio. Ama con una intensidad honesta que arrastra a Gabimaru (sí, spoiler-like pero lo necesito decir), y es capaz de construir cabañas y banditas de tela mientras planea la siguiente misión; multitarea emocional, básicamente. Tiene gestos muy pequeños que significan todo, como atar tu pañuelo sin pedir permiso, y a veces parece que canta para sí misma cuando está nerviosa, lo cual me rompe el corazón. Ah, y creo que colecciona las pequeñas flores que encuentra en los caminos, aunque luego las olvida en los bolsillos; sí, contradictorio y perfecto.

Tamiya Gantetsusai

Tamiya es el veterano, ese samurái taciturno con mirada de hierro y una historia que pesa como una montaña; serio, honorable y con un código que seguiría hasta el final del mundo. Es el tipo que da órdenes y las cumple, pero también tiene un sentido del humor seco que aparece en los momentos más inapropiados —te sorprende y luego te hace reír a medias. Le importan las tradiciones más de lo razonable y tiene una disciplina envidiable, aunque a veces me parece que secretamente adoraría bailar en una taberna (no sé por qué imagino eso, perdónenme). Tiene cicatrices que cuentan historias que no quiere repetir, y sin embargo protege a los suyos como si fueran su propia familia, rígido pero extrañamente tierno en su forma de ser.