Sobre Garfield en pocas palabras:

“Garfield” es una icónica tira cómica convertida en serie de televisión centrada en un gato perezoso y naranja llamado Garfield, su dueño despistado Jon y el perro siempre entusiasta, Odie. La serie explora las peculiaridades humorísticas de la vida diaria, a menudo resaltando la visión sarcástica de Garfield sobre el mundo, su amor por la lasaña y su desprecio por los lunes.

Conoce a los personajes de Garfield

Garfield

Garfield es el rey perezoso y sarcástico del cómic, el gato que vive para la lasaña y para quejarse de los lunes. Siempre tiene una respuesta mordaz y se burla de todo (y de todos), pero, eh, también tiene momentos raros de ternura —aunque lo niegue con orgullo—. Es un maestro de la siesta, odia el ejercicio con una pasión casi filosófica, y sin embargo una vez —creo— corrió tras una caja como si fuera una misión secreta. Le encanta manipular a Jon y jugarle bromas a Odie, pero alguna vez lo protege como si fuera su deber; contradictorio, cabrón y por eso lo quiero. Tiene manías ridículas (colecciona pijamas imaginarios? cables? no sé) y siempre hay un detalle absurdo que te hace reír.

Jon Arbuckle

Jon es el humano despistado y bienintencionado que se esfuerza por ser normal y falla gloriosamente casi siempre. Es dibujante de tiras cómicas, usa corbatas horribles y hace citas tan desastrosas que dan ternura; tiene un corazón enorme, de verdad. Trata de imponer orden en la casa como buen adulto responsable, pero la casa (y Garfield) le ganan por goleada, y aun así vuelve a intentarlo al día siguiente. Es torpe, soñador y a veces se comporta como un adolescente con crisis existencial —sí, en serio—. Tiene hobbies cambiantes (colecciona postales un mes, minerales al otro) y eso lo hace entrañablemente humano.

Odie

Odie es el perro bobalicón y adorable, lengua afuera, cola indomable y una felicidad que te pega al instante. No es precisamente un intelectual, su ingenuidad es legendaria, pero en momentos raros se le cruza una idea brillante y te deja boquiabierto. Garfield lo molesta sin piedad, Jon lo mima como puede, y Odie vive para perseguir pelotas, recibir caricias y comer lo que caiga (especialmente fideos). Tiene una lealtad de hierro y una capacidad asombrosa para recibir golpes y seguir sonriendo —o eso dicen los cómics—. A veces parece saber más de lo que muestra y otras se olvida donde dejó su propio hueso; incoherente y absolutamente encantador.