Sobre Dandadan en pocas palabras:

Dandadan es una montaña rusa de comedia y acción. Okarun, un creyente alienígena nerd, se encuentra con Momo, una fanática dura de los fantasmas. Chocan, desafían creencias y la hilaridad sigue. Espera batallas extrañas y momentos conmovedores. Esta serie es una joya para los fans de la narrativa totalmente poco convencional. No te arrepentirás de sumergirte (a menos que odies la diversión, entonces tal vez mantente alejado).

Conoce a los personajes de Dandadan

Momo Ayase

Momo es ese torbellino adorable que no te esperas hasta que te patea la puerta y te acusa de no creer en lo obvio. Tiene una mezcla rara de orgullo y curiosidad, súper testaruda cuando quiere y luego tierna como si escondiera un osito de peluche — aunque también puede sacar una actitud filo en segundos. Le encanta lo místico y lo raro, pero a la vez tiene manías súper mundanas (sí, come snacks a medianoche y jura que odia la música cursi, pero la canta bajo la ducha). A veces parece llevar siempre la razón y otras veces se muerde la lengua y te sorprende con una confesión que nadie pidió; me encanta esa contradicción.

Ken Takakura

Ken es el tipo serio que sin querer te roba el protagonismo por ser inquietantemente competente; tranquilo por fuera, pero con un motor de curiosidad que no se apaga. Cree en las cosas raras de una manera medio científica y medio “voy a comprobarlo yo mismo”, así que lo verás arremangado y con cara de quien está a punto de descubrir algo loco. Es leal, un poco torpe socialmente (eso lo hace más adorable) y tiene detalles raros, como hablar con su reloj o coleccionar recuerdos inútiles. A veces actuará como adulto responsable y otras como un niño con una linterna a las tres de la mañana; yo lo amo por eso.

Acrobatic Silky

Acrobatic Silky es pura física aplicada en forma de persona: flexible, impredecible y elegantísima en sus movimientos, como si todo fuera un ensayo eterno de circo. Tiene un sentido del humor filoso y un poquito travieso, siempre dispuesto a hacer una entrada dramática (literalmente cae desde cualquier sitio y se levanta con gracia). Puede ser misteriosa sobre su pasado, o quizá no tanto — a veces suelta datos y luego los niega con una sonrisa — ¿está bromeando? ¿no? no sé, pero su ropa siempre está impecable aun cuando hace piruetas por un callejón mugriento.

Seiko Ayase

Seiko es la hermana que parece calmada y civilizada pero que guarda un tempestad de emociones bajo un delantal (o una blusa elegante, según el día). Tiene esa mezcla de regla de oro y vena protectora: cuida a los suyos con mano firme y, si hace falta, con sarcasmo afilado. Le encantan las rutinas y el té — aunque insiste en que nunca se le va la mano con la disciplina, cosa que, claro, nadie se cree del todo. Es capaz de ser cálida y luego poner distancia en un segundo; contradictoria, humana, y tremendamente real.

Jin Enjouji

Jin es puro fuego y orgullo, tipo rival eterno que es difícil no amar (o temer un poco). Tiene ese gesto dramático, una sonrisa que aparece justo cuando aprieta los dientes y una lealtad que explota en momentos clave; además, maneja sus propios demonios con estilo. Le gustan las cosas grandes: declaraciones grandilocuentes, peleas memorables y, por supuesto, entradas teatrales — aunque en secreto puede ser un poco blandito con la gente que realmente le importa. A veces parece un actor, otras un amigo de verdad; la combinación es deliciosa y confusa, como todo buen personaje.

Aira Shiratori

Aira flota entre la gente como si viniera de otro tiempo: elegante, con cierta melancolía que no sabes si es poesía o pereza. Tiene una voz amable y distante, y hace comentarios que parecen puzles; cuando se suelta, su espontaneidad es maravillosa y desconcertante a la vez. Ama lo estético (ojalá tuviera un armario infinito) pero también tiene manías raras, tipo coleccionar bolígrafos rotos o hablar con las plantas — sí, lo vi, fue raro y encantador. Puede ser muy protectora aunque lo niegue, y precisamente por eso te ganas su confianza a base de paciencia.

Turbo Granny

Turbo Granny es la abuela que todos querríamos en una banda punk: vieja por fuera, turbo por dentro, y totalmente impredecible. Anda en su vehículo veloz (que podría ser una scooter, que podría ser una moto robada de una película ochentera) y grita consignas que no entiendes pero que tienen sentido en su cabeza. Teje a la vez que arregla cosas con una herramienta extraña, y tiene historias imposibles sobre su juventud que siempre terminan en una carcajada; no sabes si creerle, pero quieres estar ahí cuando las cuente. Es cariñosa y feroz a la vez, y lo peor es que cuando menos lo esperas, te salva la vida con una receta de galletas y un plan descabellado.