Sobre Kurulus: Osman en pocas palabras:

Kurulus: Osman es una serie de televisión turca que se centra en la vida del fundador del Imperio Otomano, Osman I. La serie narra la historia de cómo Osman luchó contra los bizantinos y otros enemigos para establecer su propio estado independiente en Anatolia. La serie también explora la vida personal de Osman, sus relaciones con su familia y sus amigos más cercanos. La serie está llena de acción, drama y romance, y es una mirada fascinante a uno de los líderes más importantes de la historia turca.

Conoce a los personajes de Kurulus: Osman

Osman Bey

Osman es ese líder que te hace querer lanzarte al campo de batalla con él, serio y visionario pero con un sentido del humor raro que aparece cuando menos te lo esperas. Tiene una mezcla de paciencia estratégica y a veces una cabezonería que te hace pensar “¿otra vez?” — y sin embargo casi siempre acierta. Protector hasta la médula, se preocupa por cada guerrero como si fuera familia, aunque a veces se le olvide comer cuando está planificando (sí, en serio, se le olvidan las comidas). A veces habla con su caballo o mira al horizonte como si estuviera escuchando a alguien que nadie más oye; no sé si es poético o solo cansancio.

Bamsi Beyrek

Bamsi es el bruto adorable del grupo: feroz en la pelea, despreocupado en la charla y con un sentido del honor tan grande que duele. Te hace reír con sus ocurrencias y te sorprende con una lealtad inquebrantable; es el tipo que iría solo a salvar a uno aunque pierda la camisa en el proceso. Tiene un corazón de niño (literalmente, a veces hace juegos tontos) y una capacidad alarmante para beber té como si no hubiera mañana. A veces es torpe con las palabras, otras veces suelta una frase que es pura filosofía de taberna.

Dündar Bey

Dündar es… complicado, verdad? A veces parece el cuñado despistado que mete la pata, otras veces actúa como si supiera todas las intrigas del palacio y luego te sorprende fallando en lo obvio. Tiene ambiciones y miedo mezclados, lo que lo convierte en un personaje que da rabia y pena a la vez; no es malvado exactamente, solo muy humano y, mh, vulnerable. Le encanta chismorrear (no puedo evitar decirlo) y le gusta el confort un poco más que a sus hermanos, lo cual lo hace imperfecto pero real. A ratos parece perdido y a ratos calcula, así que nunca sabes con exactitud qué versión verás hoy.

Gündüz Bey

Gündüz es la juventud hecha furia y ternura: cabalga con hambre de justicia y con la impaciencia propia de los que creen que todo es ahora. Se enfrenta a enemigos con valentía, a veces sin pensar demasiado, y eso le mete en líos pero también lo hace tremendamente inspirador. Es cariñoso con su familia, celoso en el buen sentido, y a veces un poco melodramático (sí, drama adolescente en versión guerrero). Tiene el gesto de un héroe clásico y un gusto dudoso por las anécdotas exageradas.

Bala Hatun

Bala es una roca con sonrisa; fuerte, diplomática y con una paciencia que impresiona, aunque no creas que no sabe usar una espada cuando hace falta. Tiene una intuición política exagerada —sería buena consejera en cualquier época— y al mismo tiempo cuida de todos como una madre-oso un poco estricta. Es elegante en su manera de hablar pero también se mancha de barro sin pena cuando la situación lo exige (y eso la hace más real). A veces te sorprende con un comentario juguetón o un recuerdo dulce que te derrite; no es perfecta, y por eso encanta.

Aygül Hatun

Aygül es fuego en forma de mujer: independiente, con lengua afilada y una capacidad para sobrevivir que te hace admirarla inmediatamente. A veces parece fría y calculadora, otras veces es sentimental hasta la médula; no sé si es camaleónica o simplemente compleja. Le gustan las cosas bonitas —joyas discretas, té bien preparado— pero también sabe cómo ensuciarse las manos en la arena. Tiene un humor seco que aparece cuando menos te lo esperas, y una lealtad feroz aunque no la muestre con besos y abrazos.

Boran

Boran es ese tipo silencioso que, cuando habla, todos callan porque pesa cada palabra; guerrero de pocas palabras y muchas acciones. Tiene una presencia un poco sombría —tal vez por un pasado duro— pero sorprende siendo sorprendentemente tierno con los niños o los animales (sí, muy soft con los animales). Es práctico, directo y a veces brutal, pero tiene códigos; no es de los que traicionan. Y, curiosamente, le encanta pescar en sus ratos libres aunque nunca lo admitiría en voz alta.

Gonca Hatun

Gonca tiene esa mezcla de dulzura y astucia que te desarma: parece tranquila y suave, pero maneja su mundo con una inteligencia casi sigilosa. Es cariñosa, cuida de la gente alrededor y tiene un don para la mediación —es la que pone paz cuando todos se pelean— aunque también guarda rencores pequeños que saca en momentos raros. Canta para calmar a los niños y cocina cosas con especias que nadie recuerda del todo; un misterio culinario. A veces es más valiente de lo que cree, y otras se esconde en un silencio que dice más que un discurso.

Helen

Helen es ese personaje con mil capas: educada, culta, con mirada fría, pero con grietas de humanidad que aparecen en los momentos menos pensados. A veces juega a la diplomacia con una sonrisa perfecta y otras actúa por lealtades que ni ella misma entiende completamente; borderline traidora, borderline heroína, depende del día. Habla varias lenguas, tiene gusto por los objetos finos y guarda secretos en pequeños cofres (literal o metafóricamente). Y sí, hay rumores de que colecciona plumas o algo así —no preguntes cómo lo sé—, lo cual la hace extrañamente adorable.

Saltuk Alp

Saltuk Alp es el veterano que parece haber vivido tres vidas: duro, sabio y con historias interminables que te atrapan aunque al principio no quieras escucharlas. Es el que da consejos secos pero precisos, con un humor muy seco y una paciencia de hierro; también es un poco cascarrabias, orgulloso y terco a rabiar. Le encanta contar anécdotas de batallas y se emociona con gestos pequeños, como una buena fogata o un agua caliente perfecta. A veces parece que se contradice (hoy odia la ciudad, mañana sugiere mudarse) pero al final todo tiene sentido en su cabeza.

Zülfikar Dervis

Zülfikar Dervis es el místico del grupo, tranquilo, sereno y con una mirada que parece ver más allá —a veces demasiado, diría yo—. Es espiritual pero no estereotípico: medita, sí, pero también sabe observar rutas de suministro y cosas prácticas, lo que lo convierte en un consejero invaluable. Tiene frases filosóficas que sueltan como si fueran confesiones robadas y luego se ríe, medio avergonzado, como si no fuera para tanto. A veces actúa en silencio y otras escribe versos raros en papelitos que guarda en el turbante; un poco enigmático, totalmente encantador.