Sobre Classroom of the Elite en pocas palabras:

Classroom of the Elite es una serie de anime que sigue la historia de un grupo de estudiantes de la prestigiosa escuela Koudo Ikusei. En esta escuela, los estudiantes son evaluados no solo por sus habilidades académicas, sino también por sus habilidades sociales y físicas. El protagonista, Ayanokouji, es un estudiante misterioso que parece tener habilidades excepcionales, pero prefiere mantener un perfil bajo. Con el pasar del tiempo, Ayanokouji y sus compañeros de clase descubren los secretos oscuros detrás de la escuela y comienzan a cuestionar la verdadera naturaleza de su educación. La serie explora temas como la competencia, la injusticia y la corrupción en la educación.

Conoce a los personajes de Classroom of the Elite

Ayanokojie Kiyotaka

Kiyotaka es ese tipo que parece dormido pero en realidad está diez pasos por delante y tú ni te enteras; siempre tranquilo, con una sonrisa pequeña y ojos que no te cuentan nada… y aún así, hay algo inquietante en su calma, como si todo fuera parte de un plan secreto (o tal vez sólo le gusta mirar por la ventana, quién sabe). Calculador y frío, pero de vez en cuando suelta una frase tan directa que casi parece torpe, y luego vuelve al silencio como si nada. Ah, y tiene hábitos raros: le encanta la leche caliente a medianoche y —juro— una vez encontró un peluche en su habitación, aunque no lo admite.

Sakayanagi Arisu

Arisu es la reina absoluta: elegante, despiadada, brillante y con una sonrisa que puede helar el alma, es pura estrategia en tacones, básicamente. Controla el tablero social como si fuera su juguete, y cuando sonríe sabes que estás siendo evaluado (no es un cumplido). Sabe cada regla no escrita y la dobla con gusto; orgullosa hasta el tuétano, pero a veces se le escapa una frase inocente que la hace humana, rara vez, como un fallo en el sistema. Oh, y colecciona cosas bonitas en secreto —peluches o figuritas?—, contradicciones forever.

Horikita Manabu

Manabu es el hermano serio que da ganas de gritarle… y luego te das cuenta de que tiene razón, siempre. Rígido con las normas, obsesivo con el rendimiento, pero en el fondo es sorprendentemente justo y, aunque lo niegue, le importa mucho la idea del esfuerzo. Habla como si dictara sentencias pero cuando se le ve con su hermano menor se le salen unos destellos de ternura que nadie esperaba (no es cursi, solo… funciona así). Es de esos que prepara esquemas para todo, y sin embargo olvida fechas importantes —ironías de la vida—.

Miyabi Nagumo

Miyabi es fuego puro: dramática, impulsiva, siempre lista para montar un escándalo o defender a alguien con uñas y dientes. Le encanta ser el centro, pero también sorprende porque tiene instintos sociales afilados y sabe cuándo moverse; o sea, no es solo ruido, hay estrategia detrás. Es de las que cambia de peinado según el humor y promete algo serio en un momento y luego lo olvida porque vio un gato, literal. A veces es cariñosa hasta el exceso y al minuto siguiente te grita por tonterías; muy humana, muy imperfecta, muy energética.

Koenji Rokusuke

Koenji es el showman: extravagante, escandaloso, dice lo que piensa sin filtro y por eso o lo adoras o lo odias. Ama la atención, le encanta exagerar historias y tiene una risa que ocupa toda la habitación; pero ojo, detrás del teatro suele haber una mente que sabe manipular impresiones, ¡y vaya si lo hace bien! Es impredecible, un poco narcisista, y sin embargo tiene momentos sorprendentemente tiernos (como cuando guarda entradas de conciertos antiguas, sí, de verdad). Cree que el caos es arte y a veces, en el fondo, planifica como un ajedrecista camuflado de payaso.

Ichika Amasawa

Ichika tiene esa vibra tranquila y artística, como alguien que siempre anda tarareando una canción y dibujando en los márgenes del cuaderno, pero ojo, no es friolera: se pone muy seria cuando hace falta. Gentil, observadora y con una paciencia que dan ganas de abrazarla —aunque no sé si le gusten los abrazos, lo digo por intuición—. Es tímida pero tiene una competitividad silenciosa que brota en los momentos claves, y a veces confunde a la gente porque parece dulce y de pronto se transforma en funcionaria de la eficiencia. Le gusta el té raro y colecciona bolígrafos, pequeñeces que la delatan.

Ryuen Kakeru

Ryuen es puro veneno con estilo: carismático, sádico, manipulador y con una sonrisa que funciona como amenaza, no como saludo. Le encanta jugar con la gente como con piezas, y su ambición no tiene techo; puede ser encantador en público y letal en privado, y sí, da miedo y fascina al mismo tiempo. Tiene una teatralidad terrible —gestos grandilocuentes, discursos dramáticos— pero después, en la calma, mantiene rituales extraños como ordenar sus tenedores por tamaño (o eso dijo alguien). No es que tenga moral flexible, es que no tiene moral y aún así te hipnotiza.

Ichinose Honami

Honami es el refugio en forma de persona: amable, organizada y con una paciencia infinita, la típica amiga que se preocupa y además sabe cómo arreglar tus problemas prácticos. Tiene esa mezcla de encanto clásico y competencia silenciosa: quiere hacerlo bien para todos, y se frustra si falla aunque lo disimule con una sonrisa. Le encanta hornear para los demás (y a veces lo usa como soborno, shh) y tiene un sentido del deber que da respeto; pero también se enoja por cosas pequeñas, como gente que deja platos en el lavabo, y ahí sí no perdona. Es la brújula moral del grupo, aunque a veces quiera huir a la playa y olvidar todo.

Horikita Suzune

Suzune es la estudiante seria al límite del perfeccionismo: fría, directa, y con un desprecio impecable por la incompetencia, pero también con una vulnerabilidad escondida que sale en momentos rarísimos. Es disciplinada hasta lo obsesivo, habla poco pero cada palabra pesa, y tiene un código personal que sigue aunque le cueste. Quiere que la respeten por sus méritos, no por lástima, y eso la hace parecer distante; no ayuda que ignore cenas y cumples porque “no son relevantes”. Y sí, secretamente ve cosas cursis en la tele a solas, lo cual nadie sospecharía si la ves leyendo un ensayo crítico.