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¿Qué personaje de ‘Record of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure’ eres?

Si eres fanático del anime y te encanta la acción, la aventura y la mitología nórdica, entonces Record of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure es el anime perfecto para ti. Esta serie sigue la historia de los dioses y los humanos que luchan en una batalla épica para determinar el destino de la humanidad. Los personajes son variados y cada uno tiene habilidades únicas que los hacen destacar en la batalla. ¿Te has preguntado qué personaje de esta serie eres? ¡Entonces este quiz es para ti! Descubre si eres un dios todopoderoso o un humano valiente y comienza la prueba ahora mismo haciendo clic en el botón Comenzar. ¡No te lo pierdas!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Record of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure eres?

Sobre Record Of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure en pocas palabras:

Record of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure es una serie de anime basada en el manga del mismo nombre. La trama sigue a los dioses del mundo, que deciden que la humanidad debe ser destruida debido a su maldad. Sin embargo, Valkyrie, una diosa guerrera, propone una última oportunidad para la humanidad: luchar contra los dioses en una serie de batallas uno a uno. Si la humanidad gana, se les permitirá vivir. Si pierden, serán destruidos. La serie presenta una variedad de personajes históricos y mitológicos, desde figuras como Thor y Zeus hasta figuras históricas como Nikola Tesla y Leónidas.

Conoce a los personajes de Record of Ragnarok: Shuumatsu no Walkure

Adam

Adam es ese tipo que se te queda grabado: orgullo humano en estado puro, curioso hasta el punto de romperlo todo (metafóricamente… y a veces literal). Tiene una mezcla de inocencia arcaica y una rabia que parece recién descubierta, como si alguien le hubiera explicado el mundo y él dijera “¿en serio?” con una sonrisa desafiante. Es romántico a su manera —muy dramático, de esos que escribirían cartas aunque no sepan escribir bien— y además presume de no necesitar a nadie pero secretamente adora compañía incómoda. Ah, y lleva siempre algo que recuerda a Edén, aunque nunca está seguro de qué era exactamente (creo que era una manzana? o un reloj?).

Kojiro Sasaki

Kojiro es la calma hecha filo de espada: medido, sereno y con una sonrisa que dice “te di ventaja” aunque no lo haya hecho. Es obsesivo con la perfección, pero en plan zen: te corrige con delicadeza y después se va a tomar té como si nada explotara tres metros a su alrededor. Tiene un aire de poeta samurái —práctico, pero con frases bonitas que no esperabas— y sí, a veces aparece con un amigo imaginario llamado “la derrota” (o eso dice, yo no he visto nada). Es raro que se enfade, pero cuando lo hace el tiempo se siente diferente, como si el reloj se concentrara.

Jack The Ripper

Jack es la figura envuelta en misterio que, por alguna razón, no puedes dejar de mirar (es repelente y fascinante a la vez). Es sigiloso, calculador y con una sonrisa que parece una línea de interrogación; da la impresión de que todo es un juego macabro, aunque nunca le ves las reglas claras. A ratos parece un niño que repite historias para ver quién reacciona, y otras veces actúa como un director con gusto por lo teatral —muy teatral— aunque no siempre entiendes por qué. Tiene gustos contradictorios: colecciona música vieja y le molesta el ruido, pero en las noches no puede dejar de tararear algo.

Zeus

Zeus es la definición de “presencia”, grande, ruidoso y con una autoridad que a veces roza lo teatral (y sí, le gustan los truenos como si fuera su propio aplauso). Es carismático, un poco temperamental, y con ese ego de jefe supremo que no pide permiso para entrar en una habitación; pero es curioso porque también tiene una vena casi paternal, como si firmara certificados y diera consejos malos con buena intención. Le encanta la grandilocuencia —rituales, rayos, discursos— y al mismo tiempo odia el papeleo: contradicción clásica de gobernante. En privado le ves más humano, con manías tontas, como ordenar vasos por tamaño cuando está pensativo.

Buddha

Buda tiene esa calma que te hace bajar la voz aunque no lo estés intentando; parece siempre a punto de soltar una frase que te cambia el día, y muchas veces lo hace. Es pacífico pero no débil: la paz viene con una fuerza interior que intimida, una especie de poder sin ruido, como una ola que no grita pero mueve todo. Tiene un sentido práctico sorprendente —sí, habla de iluminación, pero también de que comas antes de meditar si estás enojado— y de vez en cuando suelta bromas que te descolocan por lo sabias que son. Curioso detalle: le gustan las cosas simples, pero guarda un gusto raro por los dulces ajenos (no preguntes por qué).

Heracles

Heracles es pura fuerza y corazón enorme, un tipo que arrasa todo y luego pide perdón con un pastel. Es impulsivo, directo, y con humor de taberna que te gana aunque a veces te destroce la cena (literalmente, a veces es un desastre para cocinar). Tiene ese trasfondo trágico que le da profundidad: valiente pero con culpa, y esa mezcla lo hace adorable y temible a la vez. Le encantan los animales, ama las tareas sencillas y a la vez es capaz de destruir una puerta con una mirada de frustración; es contradictorio y por eso mola tanto.

Brunhilde

Brunhilde es la líder con corazón de hierro y alma de estratega; ordena las cosas como quien escribe poesía con flechas, súper elegante pero lista para liarse a golpes si hace falta. Es maternal en un sentido muy raro: te grita, te entrena, y luego te teje una bufanda (no sé por qué), todo en el mismo día. Tiene principios muy firmes, casi religiosos, y una paciencia que asusta —aunque si la traicionas verás que la paciencia tiene fecha de caducidad, ojo. A ratos es fría y calculadora, y otras veces se filtra una ternura absurda que la humaniza y te derrite.

Shiva

Shiva es el caos sereno: baila destrucción como quien compone una sinfonía, todo rítmico y con una calma total que da miedo. Es místico y directo, a veces distante como una montaña pero capaz de movimientos tan precisos que te dejan sin aire; es poesía en forma de combate. Tiene ese aura de “no me importas, pero te observo”, y sin embargo hay momentos en que muestra un afecto raro, casi paternal, que nadie esperaba. Detalle curioso: parece disfrutar de los silencios largos y de la música alta por igual, totalmente contradictorio, pero funciona.

Göll

Göll es esa chispa salvaje y pequeña que te sorprende: rápida, feroz y con una lealtad que te deja sin palabras (y sin plan B). Tiene una actitud de “no necesito permiso” y lo dice con una sonrisa torcida, además de un humor sarcástico que aparece cuando menos lo esperas. Parece que vive en los márgenes, observando, y cuando salta… bueno, mejor que te agarres porque no vuelve a preguntar. Por alguna razón colecciona cosas inútiles (botones, piedras y recuerdos rotos) y a la vez es misteriosamente ordenada con su mochila; contradictoria, sí, pero encantadora.