Sobre Mirai Nikki en pocas palabras:

Mirai Nikki es una serie de anime emocionante y llena de acción que sigue la historia de Yukiteru Amano, un estudiante solitario que tiene dificultades para relacionarse con los demás. Un día, descubre que su diario móvil tiene la capacidad de predecir el futuro, y es arrastrado a un peligroso juego de supervivencia organizado por un ser conocido como Deus Ex Machina. Junto con otros participantes, Yukiteru debe luchar por su vida y convertirse en el último en pie para convertirse en el nuevo Dios del Tiempo. La serie está llena de giros inesperados, personajes interesantes y una trama emocionante que mantendrá a los espectadores al borde de sus asientos.

Conoce a los personajes de Mirai Nikki

Yukiteru Amano

Yukiteru es ese chico raro, tímido y constantemente desorientado que, sin querer, se convierte en el punto de partida de todo el caos; siempre con su celular/diario pegado a la mano como si fuera un talismán. Es indeciso hasta el extremo pero tiene momentos de coraje genuino que te sorprenden (de verdad, aparece de la nada). Le gustan las cosas simples, dibujar garabatos y a veces se comporta como si no supiera ni atarse los cordones —aunque luego toma decisiones que no parecen salir de él—. Tiene una vulnerabilidad que lo hace adorable y, bueno, a veces irritante, pero lo quieres igual.

Yuno Gasai

Yuno es la definición viviente de obsesión amorosa y peligro con coletas, dulce y aterradora a la vez; una mezcla que no sabes si abrazar o evitar. Es intensa, protectora hasta lo enfermo y tiene gestos tiernos que contrastan con su capacidad para planear cosas muy oscuras (sí, suena extremo, porque lo es). Ama con una devoción total y hace todo por mantener lo que considera suyo, aunque eso implique romper mil reglas. Tiene pequeños detalles cursis —cartitas, dibujitos— y a la vez prepara trampas y estrategias como si fuese una estratega militar, contradictoria y magnética.

Aru Akise

Akise es el detective genial y un poco fanboy del misterio, calculador pero con un lado sorprendentemente humano que aparece cuando menos te lo esperas. Le encanta desentrañar hilos, analizar pruebas y decir la frase “eso no cuadra” en voz baja, como si fuera parte de su encanto. Tiene una obsesión por la verdad y por proteger a quien cree que lo merece, aunque a veces se meta en problemas por ir demasiado lejos. Come ramen a deshoras, colecciona pequeñas pistas y tiene una sonrisa que te hace confiar, incluso cuando sospechas que está tramando algo (o no).

Tsubaki Kasugano

Tsubaki es la líder carismática con sonrisa fácil, apariencia tierna y una voluntad de hierro que puede volverse peligrosa; tipo flor que pincha. Se muestra maternal y amable con su gente, pero también puede convertirse en rival implacable cuando se lo propone (y lo hace, con gusto). Le encantan los accesorios femeninos y, sin embargo, maneja situaciones duras con la mentalidad de alguien que ha visto demasiado; contradicciones everywhere. A veces parece que quiere un picnic y a la vez una revolución, y eso la hace impredecible y, para mí, fascinante.

Minene Uryu

Minene es fuego puro: explosiva, sarcástica y con un pasado que la condiciona para desconfiar de todos, pero capaz de lealtades sorprendentes. Es práctica, brutalmente honesta y no tiene problemas en usar explosivos o decirte la cruda verdad mientras te mira con media sonrisa. Tiene debilidades curiosas (se le cae la pose frente a ciertas cosas, tipo un pastel o un acto de bondad sincera) y fuma como si pensara que el mundo se está acabando mañana. Es ruda pero también tiene momentos de humor negro que la hacen entrañable, un contraste que siempre funciona.

Keigo Kurusu

Keigo es el poli impecable, con traje siempre planchado, carisma controlado y una obsesión por la ley que raya en lo escalofriante; súper profesional pero con grietas. Tiene esa postura de “todo bajo control” y a la vez guarda secretos y juegos psicológicos que te hacen dudar de sus motivos. Ama el orden, colecciona corbatas (o al menos eso te diría) y puede ponerse adorablemente persistente cuando quiere algo. Es frío cuando debe serlo, pero también tiene momentos donde la moral se le resbala, y ahí es cuando se pone interesante.

Kamado Ueshita

Kamado es la matriarca inesperada: amable, con voz calmada y una habilidad para dirigir gente que impresiona, como si llevara una oficina y una escuela al mismo tiempo. Tiene un aire maternal, cuida a los suyos pero no duda en tomar decisiones duras, muy práctica. Le gusta mantener las apariencias (flores, té, quizá una receta secreta) y a la vez organiza estrategias que te dejan pensando “ella lo planeó todo”. Es de esas líderes que te abrazan y luego te dan una orden que no puedes discutir, lo cual es raro y genial.

Reisuke Hojo

Reisuke es el tipo serio y taciturno, de mirada fija, que parece tener siempre un plan aunque no te lo explique; misterioso en el buen sentido. Tiene una disciplina casi monástica, y sin embargo hay cosas pequeñas que lo humanizan —le gustan los versos tristes, guarda recuerdos viejos—, lo que lo hace tridimensional. No es de muchas palabras, pero cuando habla, pesa; y sus acciones, más aún. A veces da la sensación de que está siempre al borde de romperse, pero también de que tiene la voluntad de hierro para seguir adelante.

Muru Muru

Muru Muru es como esa asistente adorable salida de un cuento de hadas tecnológico: juguetona, un pelín infantil y con información al por mayor guardada en la cabeza. Es servicial, entusiasta, y a veces un poco sarcástica —o al menos eso varios le interpretan—; canta, tararea, y parece que siempre está a punto de dormirse en una caja de pasteles (no preguntes por qué). Ama a Deus y a sus tareas, pero tiene momentos en los que muestra curiosidad propia, casi humana. Es tierna y a la vez misteriosa, un contraste que te hace sonreír y sospechar.

Deus Ex Machina

Deus es el dios aburrido que organiza juegos macabros por puro entretenimiento, omnipotente pero con un gusto por el drama humano que raya en lo teatral. Se muestra distante, caprichoso y a la vez profundamente interesado en cómo reaccionan los demás, como quien mira una obra desde la platea mientras come palomitas. Tiene aires de autoridad absoluta, pero también manías raras —aparenta cansancio, colecciona recuerdos, bebe té—, lo que lo hace curioso en vez de solo temible. Es imponente, intrigante y, francamente, divertido de observar cuando decide jugar con el destino.