Sobre Log Horizon en pocas palabras:

Log Horizon es una serie de anime que sigue a un grupo de jugadores de MMORPG que se encuentran atrapados dentro del juego después de una actualización. Los jugadores deben aprender a sobrevivir en este mundo virtual, estableciendo una sociedad y una economía en el juego. El protagonista, Shiroe, lidera a un grupo de jugadores en su lucha por descubrir la verdad detrás de su encarcelamiento y encontrar una manera de escapar del juego. La serie explora temas como la amistad, la lealtad y la supervivencia en un mundo virtual peligroso y desconocido.

Conoce a los personajes de Log Horizon

Minori

¡Minori es esa energía inagotable que no sabías que necesitabas en el grupo! Siempre lista para saltar a la acción, habla un millón de palabras por minuto y luego se queda mirando al vacío como si hubiera olvidado por qué entró en la sala — adorable y terrorífica al mismo tiempo. Tiene un corazón gigante, es torpe con las formalidades y secretamente colecciona cosas raras (que ella llama “recuerdos”, aunque a veces son calcetines). Ah, y jura que le encantan las misiones serias pero en el fondo prefiere hacer bromas en el peor momento posible.

Akatsuki

Akatsuki es el ninja pequeño y mortal que parece salido de un haiku: silenciosa, letal y totalmente obsesionada con Shiroe, pero no de la forma cursi, más bien como una sombra que cuida la espalda. Tiene cara de muñeca y actitudes de samurái antiguo, y luego te sorprende dibujando garabatos ridículos en su tiempo libre — sí, lo juro, lo he visto (bueno, lo imagino). Es disciplinada hasta el extremo, pero a veces se queda prendada de un postre pastelillo y se pone medio infantil; dónde quedó la traición a la solemnidad ninja, ¿no? En combate es pura precisión, casi aburrida de lo eficiente que es, y eso te pone nervioso porque sabes que no va a fallar.

Regan

Regan es ese tipo reservado que nadie entiende del todo pero que siempre tiene la respuesta rara que funciona, tipo el amigo que sabe arreglar todo con cinta adhesiva y una línea de código. Parece distante, serio y un poco cínico, pero cada tanto sueltan una broma horrible que te hace reír y te preguntas si es sarcasmo o cariño. Tiene un pasado que suena épico (o al menos eso cuenta él) y una manía por organizar mapas que casi raya en obsesión. Lo curioso es que puede ser brutal en pelea y luego asustarse de una araña de peluche — contradictorio, sí, y por eso es genial.

Lenessia Erhart Cowen

Lenessia, la princesa que accidentalmente terminó dirigiendo cosas importantes, es una mezcla de dignidad, inseguridad adorable y voluntad de hierro; te dan ganas de protegerla y a la vez dejarla manejar un reino entero porque sí, puede. Es formal, ama las reglas y también colecciona tazas de té — algunas con historia absurda que cuenta sin pausa — y a veces habla en voz baja pero con una claridad que corta el aire. Tiene un toque melancólico (como si siempre recordara algo importante) y, sorpresa, también sabe pelear políticamente sin derramar su tarta, literalmente. A veces se tropieza con sus propias palabras y le pones pegatinas de “princesa imperfecta” en la frente.

Krusty

Krusty es ese personaje que parece sacado de una taberna: duro, ruidoso y con historias que comienzan con “en mis tiempos…”, pero luego resulta que tiene un corazón de oro — y unas habilidades raras que nadie esperaba. Le gusta la cerveza, las bromas pesadas y tiene una risa que te hace retroceder y luego querer unirte; es como el tío gracioso que a la vez te regala buenos consejos. Es un poco contradictorio: puede ser cobarde en una situación absurda y valiente en otra completamente ilógica, lo que lo hace impredecible de forma encantadora. Y sí, guarda un amuleto ridículo debajo de la armadura que jura que es por “tradición”.

Soujirou Seta

Soujirou es puro estilo samurái clásico con una pizca de cansancio de oficina — elegante, serio, con códigos que respetar y siempre una expresión que dice “esto dolerá”. Tiene presencia de veterano que ya lo ha visto todo, pero de vez en cuando suelta chistes secos que hacen reír a media sala; es como si el drama y el sarcasmo fueran su combo favorito. Físicamente impecable, hornea galletas raras en su tiempo libre (no preguntes) y es leal hasta el punto de rozar lo sentimental, aunque lo niegue con un gesto frío. A veces parece demasiado rígido, otras veces baila en la oscuridad como si nadie mirara; contradicciones nobles, ya sabes.

Henrietta

Henrietta es como el pulmón social del grupo: amable, a veces ingenua, siempre preocupada por los demás y con una risa que te hace sentir mal por contradecirla. Tiene una mezcla de fortaleza y fragilidad que la hace real — puede administrar un campamento y luego llorar por una cosa pequeñísima, todo en el mismo episodio. Se nota que valora la comunidad más que las glorias personales y, sin embargo, a veces actúa como si fuese la protagonista de un drama, lo cual es encantador y un poco exagerado. Ah, y colecciona postales raras… o libretas… o ambas; su habitación es misteriosamente acogedora.

Kanami

Kanami es el tipo de persona que todo el mundo piensa que tiene todo planeado, y probablemente lo tenga, pero también tira confeti cuando las cosas salen bien (literalmente o en espíritu). Es práctica, brillante y a veces demasiado honesta; si necesita decir un plan lo hará en cinco minutos sin paños tibios, y luego vendrá el remordimiento cinco minutos después. Tiene ese brillo de “puedo arreglar esto” y luego se sorprende por sentir miedo, lo cual la humaniza muchísimo. También guarda souvenirs ridículos de viajes y tiene un tono de voz que convence hasta a las paredes.

Nyanta

Nyanta es la mezcla perfecta entre un samurái antiguo y un chef de restaurante de lujo: elegante, con modales exquisitos, y con un sarcasmo que corta como cuchillo, pero que también te cocina el mejor guiso del mundo. Es viejo (en espíritu) y tranquilo, siempre listo para soltar un consejo sabio con una sonrisa ladeada y una taza de té humeante. Ama los juegos de palabras, detesta la mala costumbre de desperdiciar ingredientes y su manera de pelear es más como una danza con un toque de sarcasmo gentleman. A veces se comporta como mentor stoico y a la vez como un abuelo bromista — lo que lo hace imposible no querer.

Shiroe

Shiroe es el cerebro en esa mezcla de locos: calmado, calculador, siempre un paso adelante y con esa aura de “estratega que no necesita café para conspirar” — aunque probablemente sí lo necesita, shh. Tiene una personalidad aparentemente fría que oculta un tremendo sentido de responsabilidad y un humor seco que aparece en los momentos más inesperados; es el tipo que planea cinco jugadas en silencio y luego sonríe con media oreja. Le encanta inventar términos raros y a veces parece disfrutar demasiado de poner a la gente en posiciones incómodas (por su propio bien, claro). Y sí, tiene gafas, esas gafas que son más armas que accesorio; que no te engañen, también colecciona libretas con notas horribles.