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¿Qué personaje de ‘Uta No Prince-Sama’ eres?

Si eres fanático del anime o de las series de televisión, seguramente conoces la popular serie 'Uta No Prince-Sama'. ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de esta serie eres? ¡Pues ahora puedes descubrirlo! Con nuestro divertido quiz, podrás responder una serie de preguntas que te llevarán a descubrir qué personaje de 'Uta No Prince-Sama' se parece más a ti. ¿Eres el tipo de persona que siempre está dispuesta a ayudar a los demás, como Otoya Ittoki? ¿O eres más bien un líder natural como Tokiya Ichinose? ¡Comienza el quiz ahora y descubre tu verdadero yo en 'Uta No Prince-Sama'! Haz clic en el botón 'Comenzar' y comienza a responder las preguntas. ¡Vamos!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Uta No Prince-Sama eres?

Sobre Uta No Prince-Sama en pocas palabras:

Uta no Prince-Sama es una serie de anime que sigue la historia de Haruka Nanami, una aspirante a compositora que se une a la Academia Saotome para seguir su sueño de convertirse en una exitosa compositora. Allí, conoce a seis talentosos chicos que también aspiran a ser estrellas de la música. Juntos, forman una unidad de ídolos y trabajan duro para alcanzar la cima del mundo de la música. La serie está llena de música, romance y drama, y sigue la evolución de los personajes en su camino hacia el éxito.

Conoce a los personajes de Uta No Prince-Sama

Aijima Cecil

Cecil es puro teatro y brillo, una estrella que no necesita escenario para robarse la atención (aunque igual siempre quiere uno). Exagerado, romántico y con ese toque de divo que te hace sonreír aunque esté diciendo algo dramático, tipo “mi corazón…”. Le encanta vestir fabuloso y tiene opiniones muy firmes sobre la iluminación —sí, en serio—, pero también se derrite por detalles pequeñísimos y puede ser sorprendentemente tierno. A veces parece que vive en una obra eterna y otras veces desaparece a comer algo raro a las 3 a.m., no sé por qué pero es encantador.

Kotobuki Reiji

Reiji es la elegancia con corbata; tranquilo, metódico y siempre con aire de nobleza, como si viniera de una casa con jardines enormes. Profesional hasta la médula, da la sensación de mentor serio pero tiene un lado juguetón que sale con sus bromas finitas y su amor por el té —sí, es exigente con su taza—. Lo ves y piensas “control total”, y luego lo oyes cantar una línea y todo ese control se vuelve dulce inexplicablemente. Ah, y aparentemente colecciona miniaturas o tiene un gato imaginario, no lo sé, cosas raras que le quedan bien.

Shinomiya Natsuki

Natsuki es teatral pero de una manera más clásica, un actor nato que vive cada frase como si fuera la última y te convence aunque no quieras. Elegante, un poquito dramático y siempre con una pose perfecta, tiene ese encanto que hace que la gente le siga aunque no lo planee. Es romántico en secreto (o en público, depende del día) y se enfada si le interrumpen durante una escena —o cuando le roban su postre favorito—. A veces parece frío, otras veces se ríe como si todo fuera un juego, y eso es lo que lo hace imposible de aburrir.

Mikaze Ai

Ai es el tipo misterioso, calmado, con una voz que susurra y se mete directo al pecho, ¿ya lo dije? Es sereno, casi etéreo, y tiene esa vibra de quien ve todo con paciencia; pocos se le comparan en control emocional. Puede olvidarse de lo básico (como comer) pero siempre recuerda letras y tonos, es ridículamente profesional en lo musical. Le gustan los pianos, las noches silenciosas y, dicen, colecciona papeles con canciones garabateadas —quizá también tengan dibujos, no estoy seguro—.

Jinguuji Ren

Ren es el galán suave, ese tipo que sonríe y todo parece resolverse: seductor sin esfuerzo, súper encantador y con modales de otra era. Cultural, paciente y con una voz que derrite, es el que te da palabras bonitas pero también te cocina un postre (aunque jure que no le gusta cocinar). Tiene un aura de misterio dulce; parece ligero pero es profundo cuando hace falta, y es sorprendentemente buen consejero. Ah, y le gustan las cosas lindas aunque finge lo contrario, típico Ren.

Ittoki Otoya

Otoya es puro sol: energético, optimista y con una sonrisa que lo resuelve todo, es el amigo que te arrastra a la aventura sin preguntar. Apasionado por la música, canta con el corazón y a veces con demasiada espuma en el pelo (sí, es desordenado pero cariñoso). Su entusiasmo es contagioso pero también puede ser ingenuo; aún así, tiene una capacidad sorprendente de inspirar a los demás. A veces olvida dónde dejó su teléfono y otras veces recuerda la letra más complicada de una canción que nadie más conoce, contradicciones adorables.

Hijirikawa Masato

Masato es serio, responsable y con una presencia que transmite calma—y sí, también un poquito de distancia, al menos al principio. Leal hasta la médula, profesional y muy protector con lo que ama (familia, música, su rutina, etc.), puedes confiar en que estará ahí cuando importa. Tiene un lado tierno que sale con animales o en momentos raros, aunque niegue que le gusten los dulces mientras secretamente los compra para otros. A veces parece rígido y otras veces es sorprendentemente vulnerable, y eso lo hace real.

Kurosaki Ranmaru

Ranmaru es caos bonito: punk, rebelde, con más actitud que paciencia, y sin embargo tremendamente honesto y sensible debajo de esa coraza. Ama la música intensa y tiene un aura de “no me importa” que es pura fachada porque, spoiler, le importan las cosas muchísimo. Le gustan las cosas lindas (sí, en serio) y a veces se le encuentra leyendo novelas románticas con cara de concentración —increíble pero cierto—. Es impredecible, apasionado, y tiene más capas que una cebolla; a veces gruñe, a veces canta en la ducha como si no hubiera mañana.

Ichinose Tokiya

Tokiya es perfección y concentración: meticuloso, serio y un poco frío al principio, pero su dedicación es impresionante y da resultado en cada canción. Tiene esa imagen de profesional impecable, letras en la punta de la lengua y un ojo crítico que lo hace exigente (contigo, con él, con todo). Además es bastante tímido con los halagos y se sonroja si le dices algo bonito, cosa que es adorablísima. Algunas veces parece rígido, otras veces bromea de formas inesperadas; es complejo, pero en el buen sentido.

Kurusu Syo

Syo es energía pura y colores neón, un torbellino de entusiasmo que vive para los disfraces y los dulces (o al menos eso dice cada cinco minutos). Infantil en el mejor sentido, con poses dramáticas y un ego tierno que pide aplausos, es el tipo que te saca una sonrisa aunque no quieras. A la vez tiene una disciplina sorprendente en el escenario —irónico, ¿no?— y suele preparar rutinas super calculadas, aunque luego se coma todo el vestuario por accidente. Es imprevisible, adorable y excesivo, en serio, no hay término medio con Syo.