Sobre Vampire Knight en pocas palabras:

Vampire Knight es una serie de anime y manga que sigue la historia de Yuki Cross, una estudiante de la Academia Cross, una escuela que alberga a estudiantes humanos y vampiros. Yuki trabaja como guardiana nocturna junto a su amigo de la infancia, Zero Kiryu, para proteger a los estudiantes humanos de los vampiros. Sin embargo, Yuki descubre que su verdadera identidad es la de una vampira pura sangre y se ve envuelta en un triángulo amoroso con Zero y Kaname Kuran, otro vampiro pura sangre. La serie explora temas de amor, traición y la lucha por la supervivencia en un mundo de vampiros y humanos.

Conoce a los vampiros de Vampire Knight

Zero Kiryu

Zero es ese tipo atormentado que no puedes dejar de mirar, siempre con cara de haber perdido algo importante (porque sí, lo perdió: la calma, la infancia, la ropa sin manchas de sangre). Es medio científico, medio cazador, y totalmente irónico; por un lado jura odiar a los vampiros y por otro… él mismo es uno, lo que lo hace aún más dramático y genial. Ama el café negro como si fuera su religión y al mismo tiempo se queja de todo, pero si lo escuchas bien tiene un montón de gestos suaves que nadie esperaría. Protector a su manera despistada: da órdenes y luego se ruboriza cuando le responden, sí, así de contradictorio.

Hanabusa Aido

Aido es el eterno coqueto de salón, el que entra y todos voltean porque es visualmente perfecto y lo sabe (pero finge humildad, claro). Le encanta el juego, el flirteo y provocar sonrisas; es pícaro, divertido y un poco superficial, aunque cuando hace falta saca colmillos y serio, y eso sí que asusta. Tiene un gusto raro por los dulces y las bromas malas, y te juro que una vez le vi atendiendo una herida con delicadeza, como si fuera una enfermera glamorosa. Leal a su modo, siempre en busca de diversión pero sorprendentemente confiable cuando las cosas se ponen feas.

Kaname Kuran

Kaname es la definición de “control frío” con una capa de terciopelo; elegante, misterioso y absolutamente dueño de la escena, incluso cuando está sentado leyendo (sí, lee, y huele a libros viejos y a rosas, o al menos así me lo imagino). Es protector hasta el extremo, manipulador en ocasiones y tan serio que da vértigo, pero tiene momentos raramente humanos que te hacen dudar si es monstruo o guardián. Siempre sabe más de lo que cuenta, arregla situaciones sin que nadie sepa cómo y a veces sonríe como si hubiera ganado un juego que nadie más vio. Me fascina que parezca perfecto y luego haga cosas pequeñitas y despistadas, como perder un guante o confundir una fecha—pequeños destellos de contradicción.

Senri Shiki

Shiki es el playboy con corazón (y colmillo) tierno: siempre bromeando, siempre con esa mirada de “lo tomo con calma” pero en batalla es puro instinto y peligro — un tipo impredecible. Le encanta fastidiar a los demás y luego ser el primero en aparecer cuando alguien necesita ayuda, lo que lo hace imposible de odiar. Tiene un gusto por las cosas simples, tipo perros callejeros y comida barata, pero también sabe comportarse en cenas elegantes, lo juro, tiene doble personalidad social. Se le olvidan fechas, a veces incluso su propia broma, pero nunca olvida a sus amigos; contradictorio y adorable.

Yuki Cross

Yuki es esa mezcla de dulce y acero que te sorprende cada capítulo: amable, responsable y con una fortaleza que aparece cuando menos te lo esperas, como si respirara coraje. Es leal hasta el hueso, protectora, y con una confusión interna que la hace entrañable; a veces no sabe quién es y otras actúa como si ya lo supiera todo, lo que la vuelve real, imperfecta y querida. Siempre con su cinta o algo que la haga “Yuki”, parece frágil pero puede ser letal si la provocan, y además tiene un sexto sentido para los dramas (ay, esa cara cuando algo va mal). Pequeño detalle: guarda recuerdos en cajitas y habla con ellos en voz baja, o eso me pareció una vez, puede que lo imaginara.

Takuma Ichijo

Ichijo tiene ese aire frío y refinado de noble que realmente sabe de protocolo, o al menos eso intenta, porque en el fondo es más humano de lo que deja ver. Es serio, calculador y bastante misterioso, pero también tiene momentos torpes (como cuando intenta sonar casual y le sale pomposo) y eso lo hace divertido en secreto. Le importa el honor y las tradiciones, pero no duda en saltárselas si la situación lo obliga; es rígido y flexible al mismo tiempo — me encanta esa contradicción. A veces parece distante, otras veces se le escapa una sonrisa indulgente, y tienes la sensación de que guarda mil historias en los bolsillos de su ropa.