¿Quién eres en Diabolik Lovers según tus preferencias alimentarias?
Si eres fanático de Diabolik Lovers, seguro sabes que los hermanos vampiros son muy exigentes con su alimentación. Cada uno tiene sus propias preferencias y gustos en cuanto a la sangre que beben. ¿Te has preguntado alguna vez qué hermano serías según tus preferencias alimentarias? ¡Este quiz es perfecto para ti! Descubre si eres más dulce, amargo, salado o picante y conoce qué hermano de Diabolik Lovers se ajusta mejor a tus gustos. ¿Estás listo para descubrir tu verdadera identidad vampírica? ¡Comenzar!

Sobre Diabolik Lovers en pocas palabras:
Diabolik Lovers es una serie de anime que sigue la historia de Yui Komori, una joven que se muda a una mansión para vivir con seis hermanos vampiros. Cada uno de ellos tiene una personalidad diferente y un oscuro secreto que Yui deberá descubrir. A medida que la historia avanza, Yui se ve envuelta en un peligroso juego de seducción y violencia, mientras intenta sobrevivir en un mundo lleno de vampiros sedientos de sangre. La serie es conocida por su contenido oscuro y erótico, y ha ganado una gran base de fans en todo el mundo.
Conoce a los personajes de Diabolik Lovers
Azusa Mukami
Azusa es ese tipo de personaje que parece siempre tranquilo pero que en realidad te mira a los ojos como si leyera el alma, y sí, tiene un lado súper protector que da miedo y consuela al mismo tiempo. Le sale ser cortante sin querer, y luego se queda cocinando galletas para ti a las dos de la mañana — no pregunta, sólo lo hace, ¿no es adorable y raro? Es romántico en formas muy particulares y a veces actúa como si todo fuera lógico y perfecto, aunque se le noten los nervios en la espalda. Tiene manías raras con los cubiertos y jura que odia la música pop, pero lo atrapa tarareando obscure canciones de amor cuando nadie mira. Nunca sabes si te va a abrazar o a regañar, y por eso es tan imposible dejar de mirarlo.
Shuu Sakamaki
Shuu es la calma en persona, tipo “me voy a sentar en el sofá y componer la banda sonora de tu vida”, pero con un toque adorablemente distraído que lo hace entrañable. Es creativo, medio infantil a veces, y vive en su mundo musical donde todo tiene ritmo — ojo, eso no lo hace menos profundo, en serio. Se le da muy bien ver lo bonito en lo absurdo; te hará una canción mala que de alguna forma te rompe el pecho. A veces parece perezoso o completamente despreocupado, y luego de la nada te derriba con una observación súper seria, así que nunca te aburrirás. Tiene una manía con las golosinas, aunque jura que es por inspiración artística; claro, claro.
Subaru Sakamaki
Subaru es el rudo con corazón de tres pisos; malhumorado, explosivo y con cero filtro, pero también el que aparece cuando todo está patas arriba, en serio. No confía en la gente, le cuesta expresar cariño, y sin embargo tiene gestos pequeños que te derriten — como dejarte una chaqueta aunque diga “no seas tonta”. Es contradictorio: quiere estar solo pero odia estar realmente solo, se enoja por nada y luego se queda cuidando cosas como un perro fiel. Tiene obsesiones raras, le da por coleccionar cosas rotas (sí, objetos rotos), y le encanta el chocolate caliente sin crema, no sé por qué eso lo hace más humano. A veces parece que va a romper todo y otras veces te escribe una nota cursi; eterno conflicto.
Reiji Sakamaki
Reiji es precisión en persona, el que organiza los cajones, corrige tu gramática y te da un bizcocho frío con etiqueta de horario, un nerd elegante en modo vampiro. Es extremadamente metódico y controlador, y eso lo hace fascinante porque no es malo, es… súper serio pero con un código propio, casi un manual de etiqueta con filo. Tiene un lado frío y calculador, pero también guarda unas vulnerabilidades secretas que aparecen en momentos muy malos, como cuando le tocan recuerdos del pasado. Curioso detalle: a veces canta en la ducha y lo hace pésimo, y se enoja por eso; sí, el perfecto tiene fallas. Su presencia impone, pero si le robas una sonrisa la valoras como si fuera una reliquia.
Carla Tsukinami
Carla es raro en el mejor sentido: elegante y misterioso, pero con destellos de sarcasmo que te encantarán aunque te confundan. Tiene una mezcla de jefe implacable y persona que te deja té a medianoche, así que no sabes si respetarlo o pedirle consejos de moda. Se toma las cosas muy en serio, aunque a veces aparece con un sombrero ridículo y te rompe el aura dramáticamente — y lo adoro por eso. A veces habla en tono distante y de pronto suelta un cumplido que te desarma, es como conversaciones con un libro que cobra vida y te guiña el ojo. Guarda secretos, colecciona postales y posiblemente odia la sopa de verduras… o la ama, depende del día.
Shin Tsukinami
Shin tiene una elegancia que mola medio sin esfuerzo, tipo aristócrata moderno con humor negro y gustos extravagantes que te hacen reír a medias. Es calculador, sí, pero no malvado por deporte; más bien disfruta del control como quien disfruta un buen vino, con pequeñas notas de melancolía. Tiene un lado sorprendentemente protector y casi paternal (aunque lo niegue), y se enoja con facilidad si algo se sale de su orden perfecto. Pequeño dato raro: colecciona relojes que nunca usa —los mira, suspira y vuelve a su rutina—, es una manía absurda pero muy suya. A veces te intimida, otras veces te susurra algo dulce y te confunde completamente; buen material para teorías de fans.
Ayato Sakamaki
Ayato es puro fuego: orgulloso, competitivo y con un ego enorme que en realidad cubre toneladas de inseguridad; clásico showman. Le encanta provocar, coquetear como si fuera un deporte y ganar siempre, pero ojo, debajo de esa capa hay alguien que también necesita atención aunque lo niegue con un “bah”. Es impulsivo, dramático y tremendamente afectuoso cuando se lo propone —puede ser muy dulce si te ganas su confianza, lo prometo—. Tiene caprichos ridículos como ordenar helado por colores o pelear por la última galleta, cosas que lo hacen humano y bastante adorable. Sabe hacer bromas crueles y luego traer flores; contradicciones en su máxima expresión.
