Sobre How to Train Your Dragon en pocas palabras:

Cómo entrenar a tu dragón es una serie de televisión animada que sigue las aventuras de Hipo, un joven vikingo que vive en la isla de Berk. A pesar de que su pueblo tiene una larga historia de cazar dragones, Hipo se hace amigo de uno de ellos, un dragón llamado Desdentao. A partir de ahí, Hipo y sus amigos intentan enseñar a los vikingos a convivir con los dragones en lugar de luchar contra ellos. La serie es emocionante y llena de acción, con personajes entrañables y una animación impresionante.

Conoce a los personajes de Cómo entrenar a tu dragón

Hiccup

Hiccup es ese chico raro y genial que no encaja en el molde del vikingo típico y por eso me cae tan bien, ¿sabes? Super ingenioso, inventor aficionado (tiene más prototipos raros que camisetas), un líder que duda pero que aprende a pelear con el corazón; súper empático con los dragones —y con las ideas locas—. Es bajito, torpe a veces y a la vez sorprendentemente valiente; se tropieza caminando y luego salva a medio pueblo, clásico. Ah, y tiene un pie de madera pero no lo menciones como “debilidad”, él lo lleva con estilo y a veces lo usa como herramienta, literal.

Astrid

Astrid es fuerza pura con trenza y mirada asesina, la típica compañera de aventuras que te hace sentir incompetente pero en el buen sentido; competitiva hasta decir basta y leal hasta la médula. Dulce raro: por fuera acero y armas, por dentro… bueno, quizá guarda un peluche oscuro en algún cajón (no lo comprobé, lo imagino). Gran estratega, honesta hasta herirte y con un sentido del humor seco que te mata; además es quien pone orden cuando Hiccup se pone demasiado filosófico. Tiene un lado soft que aparece en momentos raros (como tararear en la cocina) y tú la adoras por eso.

Stoick the Vast

Stoick es el jefe vikingo arquetípico: voz cavernosa, presencia de montaña y orgullo gigantesco, pero también es papá y eso cambia todo, ¿no? Mandón y directo, gobierna con puño de hierro pero no es un monstruo; básicamente te da seguridad, aunque a veces tiene un temperamento épico (típico berrinche de jefe). Su amor por el clan y por su hijo es lo que lo humaniza, se suaviza en los momentos justos; y sí, trepa rocas mal, pero intenta. A veces se le van las formas, otras es sorprendentemente tierno (le gustan los pequeños rituales de barco, raro pero cierto).

Valka

Valka es la mujer-misterio que vive con dragones y tiene 1001 historias increíbles; maternal, salvaje y casi chamánica, con una conexión con las criaturas que te hace creer en magia. Es independiente al extremo, colecciona recuerdos de cada dragón que rescata (pequeños trozos de escamas, alguna pluma, cosas así) y habla con ellos como si fueran vecinos. Tiene cicatrices y sabiduría, pero también un lado divertido e irónico que no esperas; a veces parece ausente y luego suelta la mejor observación del día. Le gusta la soledad pero en realidad necesita compañía, contradicción que la hace humana y perfecta.

Toothless

Toothless es básicamente un gato ancestral con propulsores —silencioso, juguetón y con cara de “¿me diste pescado o no?”. Inteligente hasta la médula, leal a Hiccup como pocos, y su expresividad sin palabras es brutal; con una mirada puede ganar cualquier escena. Es sigiloso y veloz pero, paradojalmente, a veces se comporta como un cachorro que rompe cosas por curiosidad; le encanta explorar, romper cosas y luego mirar culpable. Tiene gestos de orgullo y momentos de ternura absoluta (ruge como un motor y luego ronronea, sí, lo digo en serio).

The Light Fury

La Light Fury es misterio en vuelo: elegante, ultra veloz y un poco tímida pero con carácter; cada aparición suya te corta la respiración. Es independiente y astuta, le cuesta confiar al principio pero cuando se conecta es fuego puro (literal, es una dragona de fuego y estilo). Tiene un lado juguetón con Toothless que te derrite y a la vez es distante con los humanos, lo que la hace fascinante; le gustan las cosas brillantes y es sorprendentemente curiosa. A veces parece fría pero en realidad es cautelosa, y de vez en cuando hace pequeñas travesuras como robar ornamentos brillantes —pequeños robos de corazón—.