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¿Qué personaje de ‘Monsters, Inc.’ eres?

Ubicados dentro del vibrante mundo de Monstruópolis, los carismáticos personajes de "Monsters, Inc." han dejado una marca indeleble en audiencias de todo el mundo. Desde el gigante amable Sulley hasta el ingenioso Mike Wazowski, e incluso la misteriosa y peculiar Boo, cada personaje aporta su propio estilo único a la historia. ¿Alguna vez te has preguntado cuál de estos encantadores monstruos refleja más tu personalidad? Sumérgete en nuestro divertido y cautivador cuestionario para descubrir tu alter ego monstruoso y descubrir qué personaje realmente resuena con tu espíritu. ¿Estás listo para descubrirlo? ¡Desplázate hacia abajo y pulsa ese botón de inicio!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Monsters, Inc. eres?

Sobre Monsters, Inc. en pocas palabras:

“Monstruos, S.A.” es una película animada conmovedora producida por Pixar Animation Studios. Ambientada en Monstruópolis, una ciudad alimentada por los gritos de los niños, sigue las aventuras de Sulley y Mike, los asustadores principales en Monstruos, S.A., mientras enfrentan desafíos y descubren conspiraciones. Su mundo se pone patas arriba cuando una niña humana llamada Boo entra en su reino, lo que lleva a momentos tanto hilarantes como conmovedores.

Conoce a los personajes de Monsters, Inc.

James P. “Sulley” Sullivan

Sulley es ese gigante peludo azul que te abraza con la mirada antes de darte un susto (en el buen sentido), y sí, su rugido es más suave de lo que esperas. Líder natural en Monsters, Inc., tiene una mezcla extraña de seguridad y torpeza adorable; a veces se tropieza con su propia cola y se pone rojo, literal. Protector hasta la médula, sobre todo con Boo, pero también un poco dramático cuando algo le preocupa; llora en silencio, o eso dicen. Creo que colecciona calcetines (no sé si es cierto, pero me gusta imaginarlo escondiendo uno por ahí), y su presencia llena la pantalla cada vez que aparece.

Mike Wazowski

Mike es puro fuego en un ojo: hablador, organizado hasta la obsesión y con más confianza de la que debería, en el mejor sentido. Es el cerebro del dúo y el que suelta chistes malos para luego reírse más fuerte que nadie; también hace listas para todo y tiene un calendario mejor que el de un presidente. Sueña con la fama (bueno, quizá “escenario” sea la palabra), guarda rutinas en un cajón oculto y es tremendamente leal a Sulley, aunque se queje a cada paso. Impaciente, dramático con mapas y horarios, pero también secretamente sentimental —se comería una galleta a escondidas a las tres de la mañana—.

Boo

Boo es el caos adorable en miniatura que redefine la palabra “encantadora”; tiene esa mezcla de inocencia feroz y curiosidad que te desarma. No habla mucho (dice cosas como “¡Sulley!” y ya), pero comunica montones con gestos, miradas y una risa que te derrite. Valiente, se mete en líos sin pensarlo y a la vez es sorprendentemente hogareña: le encantan los pijamas y, sí, parece tener una fascinación inexplicable por calcetines. A veces manda como si fuera la jefa de la casa y de pronto se convierte en la persona más cariñosa del mundo, contradictoria pero perfecta.

Randall Boggs

Randall es el villano escurridizo que te da escalofríos y que, secretamente, admiras por su ambición fría y calculada. Camaleónico literal: se mezcla con las paredes, se esconde en las sombras y siempre está tramando cómo ser el scarer número uno. Tiene una sonrisa afilada y una necesidad rara de reconocimiento —como si ser invisible no le bastara porque en el fondo quiere aplausos—. Paranoico, meticuloso y con un ego enorme; a veces parece quebrarse por dentro cuando algo sale mal (se baja el brillo, dramáticamente), y sí, quizá coleccione bolígrafos, quién sabe.

Roz

Roz es la reina de la burocracia: lenta, vigilante y con esa voz que te dice “te lo advertí” aunque no lo haya dicho antes. Administrativa hasta los huesos, guarda secretos, papeles y miradas que te hacen sentir culpable por respirar fuerte en una oficina. Por fuera es dura, por dentro tiene un lado maternal escondido entre montañas de formularios y tazas de café; sorprendentemente tierna cuando menos lo esperas. La gente la ama por ser estricta pero justa, y hay quienes juran que colecciona crucigramas y tiene un sentido del humor seco —eso la hace aún más misteriosa y genial—.