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¿Qué personaje de ‘Ratatouille’ eres?

Bienvenido al encantador mundo de Remy, Linguini y las bulliciosas calles de París, tal como se retrata en la querida película animada "Ratatouille". ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de esta aventura culinaria serías si te sumergieras de lleno en el mundo de la alta cocina y las ambiciosas ratas? Ya sea que seas un apasionado cocinero, un crítico exigente o tal vez un travieso roedor con grandes sueños, este cuestionario te ayudará a descubrir tu personalidad interna de "Ratatouille". ¿Listo para divertirte? Desplázate hacia abajo y presiona el botón de inicio para descubrir ¡Qué personaje de 'Ratatouille' eres!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Ratatouille eres?

Sobre Ratatouille en pocas palabras:

“Ratatouille” es un cuento encantador ambientado en el corazón de París, siguiendo a Remy, una rata con un paladar excepcional y sueños de convertirse en chef. En medio de desafíos y prejuicios, forma un vínculo improbable con Linguini, un torpe trabajador de cocina. Juntos, desafían las normas y crean magia culinaria, demostrando que el talento puede surgir de los lugares más inesperados.

Conoce a los personajes de Ratatouille

Remy

Remy es el pequeño genio de la cocina, un ratón obsesionado con los sabores y la idea de que la comida puede cambiar la vida. Tiene un olfato ridículo, roba especias como si fuera un coleccionista y, en serio, a veces parece que puede oler la nostalgia. Es valiente, curioso y a veces terriblemente testarudo —querrá seguir una receta aunque eso signifique escalar una torre de sartenes—. Le da vergüenza ser un ratón cuando la gente lo mira, pero también disfruta cuando puede manipular con esas pequeñas patitas; contradicciones, sí, y son encantadoras. Ah, y canta para concentrarse… o al menos eso cree; puede que su canto espante a algunos comensales, pero a él lo calma.

Linguini

Linguini es ese tipo torpe, alto y con el pelo que se despeina de manera épica, siempre pareciendo a punto de derramar una olla entera. Es inseguro pero con una bondad que derriba muros —no sabe cocinar al principio pero tiene un corazón enorme y aprende con ayuda de un ratón, sí, eso pasa—. Se vuelve valiente cuando hace falta, tiene intuición cómica (y pésima) en la cocina y, sorpresa, a veces improvisa platos que funcionan por pura suerte. Un desastre adorable que siempre huele a sopa y tiene la manía de morder el borde de su delantal cuando está nervioso; eso lo hace humano, o al menos muy filmable.

Colette

Colette es pura disciplina en tacones: fuerte, directa y con una precisión que corta como un cuchillo bien afilado. Es la que pone orden en la cocina, no tolera idioteces y tiene un ojo clínico para detectar a los que no están a la altura; su sarcasmo duele pero es justo. Bajo esa coraza hay una lealtad enorme y un lado dulce que aparece en momentos inadecuados, como si tuviera un interruptor secreto. En el fondo le encanta el riesgo culinario aunque se haga la dura, y hace chistes malos sobre hombres tímidos (con amor, probablemente). Dato raro: siempre lleva un lápiz retráctil en el bolsillo y a veces cuenta los segundos en su cabeza cuando hierve agua; no sé por qué, pero lo hace.

Anton Ego

Anton Ego es el crítico temible, ese tipo delgado con mirada de hielo que puede destruir restaurantes con una sola reseña. Es sofisticado, frío y terriblemente culto, y sin embargo guarda una sensibilidad casi infantil por la verdad de un plato —cuando algo le toca lo admite, aunque le cueste—. Su transformación con el ratatouille es una cosa de revista: pasa de verdugo a alguien que recuerda, y uff, se le escapa una lágrima (sí, cliché pero brutalmente cierto). Ama el orden y la elegancia pero colecciona cucharillas pequeñísimas y tiene gustos raros en vajilla; no me preguntes por la lógica. Tiene una voz que intimida, memoria para los nombres de chefs y, contra todo pronóstico, un gusto por los finales felices en secreto.

Emile

Emile es el hermano bonachón de Remy: glotón, generoso y con una filosofía muy clara: si puedes ponerle queso, ponle queso. No es el más listo, se distrae con cualquier cosa comestible y vive en un mundo donde todo es para compartir, lo que lo hace adorablemente ingenuo. Tiene momentos de sabiduría sencilla, sorprende con ideas prácticas y baila cuando encuentra sobras buenas, literal, baila. Contradictorio otra vez: dice que no le gustan las aventuras pero siempre termina metiéndose en ellas por lealtad a Remy y por la comida, obviamente.