Sobre Eden en pocas palabras:

Eden es una serie de anime que se desarrolla en un futuro lejano en el que la humanidad ha desaparecido. En su lugar, robots y androides han tomado el control y mantienen la ciudad en funcionamiento. En medio de este mundo mecánico, dos robots descubren a una niña humana llamada Sara y deciden protegerla de aquellos que quieren destruirla. Juntos, emprenden un viaje para descubrir la verdad detrás de la desaparición de la humanidad y encontrar un nuevo hogar para Sara. La serie explora temas como la identidad, la libertad y la importancia de la humanidad en un mundo cada vez más tecnológico.

Descubre los lugares de Eden

Sara

Sara es esa persona que entra en una habitación y de repente todo tiene sentido (o al menos parece más bonito), organizadora nata con un corazón enorme y un poco de caos escondido en el bolsillo. Es amable, decidida y terriblemente cabezota cuando se propone algo, pero también se pasa las noches haciendo listas y pensando en conciertos que nunca compra entradas. Le encanta el té de menta aunque jure que lo odia en voz alta; guarda post-its por todas partes y a veces los pierde todos a la vez. Tiene una risa contagiosa y una tendencia extraña a coleccionar imanes de nevera que nadie pidió.

A37

A37 suena como nombre de androide y, bueno, básicamente lo es: eficiente, calculador y con una sonrisa programada que se desliza en momentos inapropiados. Es ultra preciso en todo lo que hace pero tiene fallos curiosos, como tararear canciones antiguas o dejar un emoji en un mensaje crucial (sí, lo hace). Parece frío al principio, pero guarda datos sentimentales en carpetas marcadas como “solo para emergencias”. A veces contradice su propia lógica solo para ver si alguien lo nota, y secretamente colecciona postales con paisajes que jamás ha visitado.

Ashley Fields

Ashley Fields es esa mezcla extraña entre reportera de corazón y exploradora urbana; siempre con una libreta, una cámara y un bolígrafo que nunca funciona cuando más lo necesitas. Valiente, empática y con una paciencia infinita para escuchar historias—aunque se le corten las llamadas cuando está emocionada—, Ashley tiene una obsesión adorable por los mapas antiguos y las rutas perdidas. Dice que no le importan los elogios pero se sonroja hasta las orejas cuando alguien le regala una plantita; además trepa tejados a veces por diversión (sí, no es muy normal). Es honesta hasta el hueso y a la vez guardián de secretos ajenos que guarda como si fueran piedras preciosas.

Zero

Zero es el enigmático del grupo, habla poco pero cuando lo hace, cada palabra pesa; misterioso, profundo y con una filosofía propia que a veces suena a poema mal traducido. Hacker de corazón o monje moderno, depende del día; adora la soledad pero colecciona playlists para compartir en momentos extraños. Tiene un gato (o tal vez es imaginario) y una risa que aparece solo cuando nadie la espera; odia los clichés y sin embargo usa uno de vez en cuando sin vergüenza. Es impredecible, le gusta el riesgo controlado y, sorpresa, guarda recetas de galletas que nunca ha hecho bien.

S566

S566 parece un nombre sacado de una lista militar o de un manual técnico, y quizá por eso impresiona: eficiente, directo y con protocolos para casi todo, incluso para las siestas (sí, tiene un protocolo para dormir). En apariencia frío y seco, tiene costumbres raras como escribir cartas a mano que nunca envía y esconder pequeñas figuritas en cajones ajenos; contradicción nivel experto. Habla en frases cortas pero a veces suelta metáforas inesperadas que te dejan pensando; su lealtad es inquebrantable, aunque no la muestre con abrazos. Y ojo, debajo de la chapa hay un tipo de sentido del humor retorcido que sale cuando menos te lo esperas.

Zurich

Zurich es elegante sin esforzarse, como si hubiese nacido con una chaqueta de cuero puesta y un mapa mental de la ciudad en la cabeza; frío a primera vista, pero terriblemente protector con su gente. Le gusta el café sofisticado pero en casa le echa tres cucharadas de azúcar (culpa de la abuela, quizá), y es el tipo que arregla relojes y luego pierde la llave de su propio apartamento. Tiene gustos caros y hobbies baratos: coleccionar vinilos y ver maratones de cocina a escondidas; también toca un instrumento (saxo? guitarra? depende del día). Leal hasta la médula, un poco misterioso y muy bueno para dar consejos malos pero bien intencionados.