¿Qué personaje de ‘Clone High’ eres?
¿Eres fanático de las series de anime? ¿Te gustan las historias llenas de aventuras y personajes interesantes? Si es así, entonces no puedes perderte este quiz sobre la popular serie de televisión 'Clone High'. En este test podrás descubrir qué personaje de esta emocionante serie eres en realidad. ¿Eres el inteligente y astuto Abe Lincoln? ¿O puede que seas la rebelde y valiente Joan of Arc? Solo hay una manera de averiguarlo, ¡comenzando el quiz ahora mismo! Haz clic en el botón 'Comenzar' a continuación y prepárate para descubrir a tu personaje de 'Clone High' ideal. ¡Que la suerte esté de tu lado!

Sobre Clone High en pocas palabras:
Clone High es una serie animada de televisión que sigue la vida de un grupo de adolescentes clonados de figuras históricas famosas. La historia se desarrolla en una escuela secundaria donde los personajes principales, como Abraham Lincoln, Cleopatra, Joan of Arc y JFK, luchan por encontrar su lugar en el mundo mientras lidian con problemas típicos de la adolescencia. La serie es una comedia satírica que parodia la cultura pop y la política estadounidense. Con personajes divertidos y un humor inteligente, Clone High se ha convertido en un clásico de culto entre los fans de la animación.
Conoce a los personajes de Clone High
Abe Lincoln
Abe es el corazón torpe y admirablemente idealista de Clone High, el tipo que realmente cree en la amistad y en salvar el mundo (o al menos el club escolar). Es adorablemente ingenuo, a veces insoportablemente correcto, y tiene una mirada perpetuamente sorprendida como si escuchara una canción por primera vez cada mañana. Se pone dramático sin querer y puede pasar de discurso inspirador a ataque de pánico en un parpadeo —y sí, tiene un sombrero que quizá nunca se quita, o tal vez sí, no lo sé. Le encanta la historia, pero también colecciona cosas raras como tickets de metro, y jura que una vez escribió una balada sobre pan tostado.
Principal Scudworth
Scudworth es ese jefe loco que siempre está tramando algo ridículo: villano frustrado, empresario fallido, y con más planes B que sentido común. Tiene bigote, risita malvada (a veces se escucha genuina tristeza detrás) y un gusto sospechoso por los proyectos megalómanos que nunca salen bien. Adora a Mr. Butlertron y lo maltrata con un cariño que no sabe cómo procesarlo, y a la vez está desesperado por ser amado por los alumnos —es contradictorio y glorioso. En su oficina hay más papeles pegados con cinta que lógica, y si le das una taza de café puede preparar un plan para conquistar el mundo… mañana.
Gandhi
Gandhi es puro caos comprimido en un cuerpo pequeño y riendo a todo volumen, el alma de la fiesta que además puede arruinar la mitad del set de la escuela sin intención (o con intención, quién sabe). Es impredecible, estrafalario y tiene una especie de encanto anárquico que hace que lo odies y lo ames en la misma frase. A veces dice cosas sorprendentemente profundas —cuando no está bailando encima de una mesa o organizando una manifestación espontánea por algo absurdo—; sí, ocasionalmente se vuelve filosófico, lo juro. Tiene una risa que parece una trompeta desafinada y colecciona objetos ridículos, como cintas adhesivas brillantes; nadie entiende nada pero todos lo toleran.
Cleopatra
Cleopatra es pura opulencia y fuego, la chica que entra y todo se vuelve un escenario: diva, embaucadora y con una confianza que corta el aire. Es inteligente y manipuladora, sí, pero también leal en sus maneras dramáticas —y no, no siempre está calculando, a veces solo quiere un buen martini y drama gratis. Vive entre tacones altos y comentarios afilados, pero tiene momentos de vulnerabilidad que te hacen romper el corazón (luego vuelve a reírse y compra una tiara). Tiene una voz que podría venderte la luna y, curiosamente, colecciona fotos de nubes, ¿por qué? quizá porque le gustan las cosas caprichosas.
JFK
JFK es puro músculo con ambición y ego en piloto automático, carismático como pocos pero también increíblemente tonto y adorable en su torpeza. Su primer impulso es pelear, luego pedir perdón, luego intentar ser el héroe en un comercial de cerveza; es un ciclo permanente. Le gustan las motos, las citas escandalosas y ser el centro de atención, aunque a veces sorprende con un poema cursi que nadie le pidió. Tiene una risa contagiosa y una colección de camisetas que probablemente gritan mucho, y jura que puede pilotar cualquier cosa que tenga motor —aunque no siempre es verdad.
Joan of Arc
Joan es intensa, con una brújula moral en llamas y un sarcasmo que corta más que una espada, la típica chica que te gana en debate y luego te mira con desprecio afectuoso. Es seria, un poco gótica, y se toma sus misiones personales demasiado en serio —pero en el fondo está llena de inseguridades que intenta esconder con actitud. Puede ser la voz de la razón o la más dramática de todas, depende del día y de la proporción de café. Tiene una costumbre rara de tocarse el collar cuando está nerviosa y, contra todo pronóstico, a veces canta en la ducha canciones pop horriblemente pegajosas.
Toots
Toots es esa amiga burbujeante y un pelín dispersa que nunca sabe dónde dejó el móvil pero siempre tiene una idea para una pijamada extrema; es dulce, algo ingenua y con una energía contagiosa. Puede parecer superficial en un minuto y luego soltar un comentario sorprendentemente perspicaz en el siguiente —o simplemente confundir los días de la semana (lo hace todo el tiempo). Le encantan los accesorios ridículos, los helados con confites y creer que el mundo es básicamente un musical esperando ser interrumpido. Tiene una risa que parece cascada y, no sé por qué, guarda entradas de cine de películas que no recuerda haber visto; pequeño misterio Toots.
Julius Caesar
César es el prototipo del chico popular con ego imperial: seguro, dominante y con un instinto natural para hacer que la gente lo siga, a veces con carisma y otras con puro teatro. Es competitivo hasta la médula y odia perder, pero puede ser sorprendentemente protector con su círculo, aunque lo hará parecer como un favor enorme. Le encanta la política del pasillo y las miradas dramáticas, y tiene un sentido del honor un poco anticuado (pero flexible cuando conviene). De vez en cuando muestra un lado más humano —una pequeña sonrisa que nadie espera— y colecciona cosas históricas aunque no siempre sabe por qué.
