Sobre Glitch Techs en pocas palabras:

Glitch Techs es una serie de televisión animada que sigue a dos amigos, High Five y Miko, que trabajan como técnicos de glitches para una empresa llamada Hinobi. Los glitches son criaturas digitales que se escapan de los videojuegos y causan estragos en el mundo real. High Five y Miko usan sus habilidades y conocimientos para capturar y eliminar a los glitches antes de que causen más daño. La serie combina la acción de los videojuegos con la comedia y la amistad, y está llena de referencias nostálgicas a los videojuegos clásicos.

Conoce a los personajes de Glitch Techs

Miko Kubota

¡Miko es pura energía humana, en serio! Gamer empedernida y fan del anime, entra a cualquier situación como si fuera un boss final y rara vez piensa en las consecuencias (y luego lo arregla a martillazos y pegamento, más o menos). Súper leal, optimista hasta la médula y con una risa contagiosa que te hace olvidar que acabas de casi ser devorado por un glitch; también colecciona pins raros y a veces dice que odia los conejitos aunque tiene tres peluches escondidos. Ah, y jura que no tiene miedo a la oscuridad aunque deja la luz de su consola encendida toda la noche, no es por nada.

High Five

Hector, alias High Five, es el compañero perfecto para Miko: calmado, sarcástico y siempre con el timing exacto para un comentario que te parte en dos. Es el equilibrio entre cabeza y corazón, más cauteloso pero no menos valiente, y tiene una paciencia que pone a prueba todo, incluso sus propias reglas (y las rompe de vez en cuando, shh). Ama la música y la pizza —creo que dice que está a dieta pero lo vimos robando pepperoni a las tres de la mañana— y es terriblemente fiel a sus amigos. A veces parece que piensa cinco pasos por delante y otras se olvida de la contraseña del teléfono, contradicciones humanas everywhere.

Phil Altiere

Phil es el genio tímido del grupo, el tipo de persona que puede arreglar un robot con un clip y una chupeta, y después pide permiso para hablar y se pone rojo. Muy metódico, nerd orgulloso, ama los gadgets más de lo que ama a la gente, pero en el fondo es un cariño andante que haría cualquier cosa por los suyos. Tiene hábitos raros, como catalogar snacks por textura (sí, en serio) y coleccionar figuritas; también dice que no le gustan las sorpresas pero vive organizando fiestas sorpresa de manera obsesiva. A veces parece quedarse en su burbuja, pero cuando todo explota, es el que mantiene el edificio en pie.

Haneesh Jyoshi

Haneesh es el showman, el que llega con luz propia, apps que no sabías que necesitabas y una confianza que roza lo absurdo (pero funciona). Competitivo, ingenioso y con una risa contagiosa que indica que probablemente ha tramado algo, es el tipo que puede venderte cualquier plan y luego ejecutarlo con estilo. Le encanta ser el centro de atención, aunque curiosamente tiene rituales super discretos: meditar 2 minutos antes de una pelea o llevar calcetines distintos a modo de amuleto; no preguntes por qué. Es encantador, un pelín caótico y muy leal cuando decide que te merece.

Zahra Rashid

Zahra es calma, lista y letal en el buen sentido; tiene esa presencia de mando silencioso que te hace querer seguirla aunque no te dé instrucciones exactas. Estratégica y empática, sabe manejar crisis y a la vez cuidar a la gente (a veces más con gestos pequeños que con discursos grandilocuentes). Puede parecer seria hasta borde, pero tiene un sentido del humor seco que te sorprende —y guarda té en una taza con stickers infantiles, detalle adorable y raro. También tiene cicatrices que cuenta en historias contradictorias (una vez fue una batalla, otra vez dice que fue una cocina), lo cual la hace misteriosa y humana.

Mitch Williams

Mitch es ese jefe que se queja todo el tiempo pero si lo miras bien está secretamente orgulloso de su equipo; gruñón con corazón de oro, tipo mentor cansado que todavía cree en los chicos. Le gusta el control, los protocolos y los informes (miles de informes), pero de vez en cuando suelta una ocurrencia que te hace ver que también fue joven alguna vez. Tiene hábitos de oficina absurdos —post-its en todas partes, playlists ochenteras para concentrarse— y es capaz de humillar a un ordenador con una mirada. A pesar de todo, es un pilar estable; sólo no le preguntes por su colección de tazas de café, tiene… muchas.

Ridley

Ridley es el antagonista con estilo: sofisticado, calculador y con una presencia teatral que ama los grandes gestos (entra a habitaciones con música, lo juro). Es un cerebro frío que manipula con una sonrisa, pero tiene pequeñas debilidades extrañas, tipo coleccionar peluches o tararear canciones infantiles cuando nadie mira, cosa que lo hace aún más inquietante. Siempre tiene un plan B y un plan C, y disfruta jugar con las reglas solo para ver cómo reaccionan los demás; sin embargo, a veces actúa impulsivamente, lo cual es hermoso y peligroso a la vez. Es la clase de villano que te fascina odiar, y a veces sospechas que sólo quiere amigos, mala onda aparte.

Adam Michael Nix

Adam es el tipo seguro de sí mismo que presume un poco, ese rival simpático que te reta y luego te invita a una partida; jactancioso con corazón. Tiene habilidades físicas y una confianza que intimida, pero por dentro hay inseguridades que intenta esconder con bromas y camisetas deportivas (y sí, tiene una camiseta que guarda por si acaso, no pregunte). Sorprendentemente táctico cuando la cosa se pone seria, y a veces hasta dulce en momentos raros, como cuando ayuda a un compañero sin querer reconocimiento. Es competitivo, le encanta ganar, pero también ama los postres —y jura que no comparte—, contradicciones forever.

Bergy Bergoch

Bergy es el músculo con alma de peluche: enorme, ruidoso y con una risa que llena la habitación, pero tiernísimo si te ganas su confianza (y trae galletas, siempre galletas). Fuerte en combate, torpe en la cocina (lo intenta con mucho entusiasmo), y con un gusto musical que va del metal al jazz suave, lo cual nadie comprende pero a todos les encanta. Tiene manías simpáticas, como hablar con su casco o coleccionar cucharas de cada lugar que visita, y a veces se emociona por cosas pequeñas hasta llorar de felicidad —te lo juro—. Es protector, honesto y más complejo de lo que parece en primera impresión.