Sobre HouseBroken en pocas palabras:

HouseBroken es una serie de televisión animada que sigue las vidas de varios animales domésticos que viven en un vecindario suburbano. Cada personaje tiene su propia personalidad única y problemas que deben superar, desde la adicción a la comida hasta la adicción al sexo. La serie es una comedia irreverente que utiliza el humor para abordar temas más profundos, como la soledad y la alienación. HouseBroken es una serie divertida y conmovedora que muestra la vida de los animales domésticos de una manera única y entretenida.

Conoce a los personajes de HouseBroken

Chief

Chief es ese líder cascarrabias que en realidad cuida de todos aunque nunca lo admita. Mandón, pragmático y con un sentido del deber exagerado, se toma las cosas en serio; pero, ojo, también tiene un rincón tierno donde guarda juguetes viejos (sí, prometió no llorar pero a veces lo hace, shh). Habla poco y cuando lo hace todos escuchan, aunque luego se queda mirando al vacío como si estuviera pensando en galletas. A veces parece más viejo de lo que es y otras veces se comporta como un cachorro estresado; contradicciones que lo hacen entrañable.

Diablo

Diablo parece un pequeño torbellino de mala leche y actitud, ¡y lo adoro! Es sarcástico, impredecible y con una sonrisa que insinúa que sabe algo que tú no sabes —y probablemente sí, je. Te tira indirectas, roba comida y luego te mira con ojitos como si nada; es puro caos adorable. Podría llamarse “el demonio de bolsillo”, aunque a veces se queda dormido en los lugares menos apropiados, lo cual es básicamente su kryptonita.

Chico

Chico es energía pura, el amigote que siempre tiene un plan —o tres—, y casi siempre fallan pero da igual porque se ríe de todo. Leal hasta decir basta, buen corazón y un poco ingenuo, se tira a la piscina sin comprobar si hay agua y ya. Usa frases exageradas y colecciona historias de “la vez que…” que nadie termina de creer, pero oye, molan. Tiene una manía rara con los sombreros y a veces confunde palabras, lo que da lugar a momentos gloriosos.

Honey

Honey parece salida de una revista de lifestyle, glamurosa y con sonrisa perfecta, pero ojo: no es solo fachada. Dulce, manipuladora en plan “te quiero mucho, ahora haz esto”, y terriblemente eficaz cuando quiere algo; eso no la hace mala, solo ambiciosa. Le encanta organizar fiestas y luego esconder galletas en el armario (sí, contradictorio y delicioso). A ratos frágil, a ratos calculadora; siempre elegante aunque a veces use calcetines diferentes, no preguntes.

Elsa

Elsa es la dramática con corazón de oro: siente todo a diez mil y lo transmite con gestos grandes, casi teatrales. Perfeccionista, exagerada y con un sentido del humor que aparece cuando menos te lo esperas, además de una risa contagiosa que puede romper cualquier tensión. Tiene mil anécdotas familiares que cuenta como si cada una fuera una tragedia griega, pero luego te sorprende con una acción súper valiente y práctica. A veces se contradice —dice que odia el tráfico pero secretamente hace playlists para viajes largos— y eso la hace humana.

Shel

Shel, jaja, su nombre ya te lo dice: tranquilo, con una concha de seguridad, lento pero muy observador. Filósofo involuntario, su tono es calmado y sus consejos suelen ser extraños pero certeros; a veces parece que habla en acertijos y otras directamente te da la solución. Le encantan las siestas largas y las historias antiguas que nadie pidió, y tiene un hobby raro de coleccionar etiquetas de botellas (sí, no tiene sentido). No es el más rápido en reaccionar, pero siempre aparece en el momento justo, aunque tarde.

Tabitha

Tabitha es elegante, un poco distante y con una regla implícita: todo está mejor si se hace a su manera. Misteriosa, con movimientos precisos, y un poquito snob (pero en plan adorable, prometo), domina los espacios como si fueran su escenario personal. Es increíblemente suave pero tiene un filo; si la traicionas recordarás su mirada por semanas. Y, por cierto, le encanta el jazz en momentos aleatorios, cosa que no pega pero sí mola un montón.

Lyle

Lyle es el raro del grupo, imprevisible y con ideas que pueden ser geniales o totalmente locas —a veces ambas—. Curioso hasta la médula, le gusta desmontar cosas (literalmente) y probar teorías que nadie pidió, y suele terminar envuelto en cinta adhesiva o algo así. Cariñoso a su manera, con un humor que a veces nadie entiende pero que te hace reír cuando menos lo esperas. Tiene manías contradictorias: odia el ruido pero habla alto; es confuso y encantador a partes iguales.

Nibbles

Nibbles es diminuto, obsesionado con la comida y absolutamente encantador; su vida gira alrededor de “¿tengo algo?” y “¿puedo tenerlo?”. Es hiperactivo, con una mirada que derrite y una capacidad increíble para encontrar snacks escondidos donde ni te imaginas. Aunque debería ser tímido por su tamaño, actúa como si fuera gigante, y eso lo hace hilarante; también ronca raro (no sé por qué lo menciono pero es cierto). A veces parece un glotón sin cerebro y otras una pequeña mente maestra del robo culinario —un clásico.