Sobre Peanuts en pocas palabras:

“Peanuts” es una tira cómica atemporal convertida en serie de televisión creada por Charles M. Schulz. Centrada en un grupo de niños pequeños y un astuto perro llamado Snoopy, la serie explora las complejidades de la infancia, las amistades y los momentos simples de la vida. Con su combinación única de humor, sabiduría y corazón, “Peanuts” sigue siendo una obra apreciada que resuena con audiencias de todas las edades.

Conoce a los personajes de Peanuts

Charlie Brown

Charlie Brown es ese corazón en pena que no puedes dejar de querer, el pobre tipo que siempre dice “Good grief” como si fuera su eslogan personal. Se cae con todo, sufre con el equipo de béisbol (éste nunca gana, por alguna razón) y aun así vuelve a intentarlo cada vez; es cansinamente perseverante. Tiene fobia a las cometas devoradas por árboles (sí, el famoso “kite-eating tree”) y una inseguridad gigante mezclada con una ternura boba que lo hace adorable. A veces parece resignado y otras veces estalla en esperanza absurda, y en serio, a veces te sorprende siendo casi un filósofo sin querer.

Lucy Van Pelt

Lucy es la mandona-coach del vecindario: siempre tiene una opinión fuerte, un plan para todo y un consultorio de 5 centavos donde te dice lo que haces mal (sin mucha delicadeza). Le encanta controlar la situación, tirar el balón a Charlie Brown cuando menos te lo esperas y fingir que no le importa nada…aunque haga comentarios durísimos que, sorpresa, a veces ocultan que le importan un montón (especialmente Schroeder, sí, ya sé, clichés). Es brusca, sarcástica y terriblemente honesta; te da la sensación de que si te patea, lo hace por amor raro. Tiene momentos de dulzura que confunden —y a veces se comporta como si fuera la jefa, aunque secretamente necesita que le cuenten cosas—.

Snoopy

Snoopy es básicamente una novela ambulante: un beagle con ego de héroe que vive mil vidas (aventurero, escritor, as del aire contra el Barón Rojo) y duerme encima de su caseta porque, claro, las reglas de la lógica no aplican para él. Es elegante en su rareza, hace el “happy dance”, come cuando le da y tiene una imaginación desbordante que te hace creer que realmente pilota un avión. No habla con palabras (bueno, casi nunca), pero comunica más que varios personajes juntos: gestos, miradas, dramatismo total. A veces actúa como el más independiente del grupo y al minuto está pidiendo cariño, contradicciones incluidas y por eso lo adoramos.

Linus Van Pelt

Linus es la mezcla perfecta de sabio diminuto y niño con mantita: filósofo precoz que te suelta teorías profundas y luego se abraza a su cobija como si fuera el último refugio del mundo. Cree firmemente en el Gran Calabacero (sí, el mítico Great Pumpkin) y, al mismo tiempo, te explica con lógica aplastante por qué algo funciona; la contradicción es su encanto. Es tierno, reflexivo, un poco nervioso cuando se le exige, pero también tiene una valentía tranquila que lo hace líder moral del grupo sin buscarlo. De vez en cuando es melancólico y otras veces es el fontanero de las explicaciones sentimentales, y justo cuando piensas que es siempre serio, te sale un chiste inocente.

Peppermint Patty

Peppermint Patty es la tomboy campeona que entra a la cancha y manda sin pedir permiso: atlética, directa, siempre con confianza a primera vista (aunque por dentro a veces dude). Lucha con la escuela, se duerme en clase, y tiene una forma de llamar a Charlie Brown “Chuck” que ya es leyenda; es competitiva, desordenada y absolutamente honesta. Le sale el liderazgo natural, dice lo que piensa y te derriba con un golpe de sinceridad, pero también tiene un lado blandito que aparece cuando menos te lo esperas. A veces se equivoca con modales o confunde palabras (lol), pero su lealtad es inquebrantable y te hace reír con miradas y gestos enormes.

Marcie

Marcie es la nerd adorable quien siempre llama a Peppermint Patty “sir” (es todo ternura y respeto mal puesto, ¿no?) y combina modales impecables con comentarios secos que te sorprenden. Es estudiosa, dulce, un poco tímida pero terriblemente observadora; si algo le interesa, lo analiza hasta el fondo. Tiene una mezcla rara de formalidad y afecto que la hace encantadora: puede corregirte la gramática y luego abrazarte sin avisar. A veces parece más madura que los demás y otras veces es sorprendentemente infantil, y sí, tiene un lado romántico y ultra-leal que sale a la luz cuando menos te lo esperas.