Sobre The Cuphead Show! en pocas palabras:

The Cuphead Show! es una serie de televisión animada basada en el popular videojuego del mismo nombre. La serie sigue las aventuras de Cuphead y su hermano Mugman mientras intentan pagar una deuda con el diablo. Cada episodio presenta un nuevo jefe a vencer y un nuevo conjunto de desafíos para los hermanos. La animación está inspirada en los dibujos animados de la década de 1930 y cuenta con una banda sonora de jazz original. La serie es una emocionante y divertida aventura llena de personajes coloridos y desafíos emocionantes que mantendrán a los espectadores pegados a la pantalla.

Conoce a los personajes de The Cuphead Show!

Cuphead

Cuphead es puro fuego y corazón, el chico que vive por la emoción y por ganar (aunque a veces se mete en problemas por eso). Impulsivo hasta decir basta, se lanza sin pensar y luego hace una mueca y sigue adelante, pero de alguna manera siempre termina cuidando a los demás también. Le encanta presumir, coleccionar bolitas o monedas —no estoy seguro— y decir que no le importa la limpieza aunque a veces secretamente hace pasteles (sí, en serio). Es ruidoso, adorablemente obstinado y tiene un código moral raro que solo él entiende.

Mugman

Mugman es el contrapunto adorablemente nervioso de Cuphead; todo paciencia, preocupación y ojos grandes, y por eso lo quieres al instante. Le encantan las reglas (o las intenta seguir), pero cuando la situación lo exige muestra una valentía tranquila que te sorprende; no es que lo haga por fama, es solo que no soporta ver a Cuphead en apuros. Es metódico, un poco melancólico a veces, y jura que odia las aventuras… hasta que se sube y termina disfrutando, con cara de “no me mires”. Tiene manías raras (miedo a las tetinas? no, espera, confundo cosas) y siempre será el corazón moral del grupo.

Elder Kettle

El Elder Kettle es la figura parental clásica: gruñón, cariñoso, con una olla encima y un regaño listo, pero también es más astuto de lo que deja ver. Se preocupa constantemente y a veces exagera el peligro (¡pero con razón la mayoría de las veces!), y su cocina es refugio y base de operaciones, aunque no siempre sabe dónde dejó los fósforos. Tiene historias heroicas en el pasado que nadie le pide pero que cuenta igual, y a ratos parece olvidarlas —o finge— para que Cuphead y Mugman aprendan solos. Es sabio, protector y un poco terco; vamos, el típico abuelo aventurero que todavía sabe patear traseros.

Elephant

Ok, Elephant es ese personaje que parece tranquilo y luego se transforma en drama cómico; suave, con trompa expresiva y un corazón de oro, aunque a veces tropieza con su propia sombra (literalmente). Ama la música, el jazz un poco viejo, y tiene gusto por sombreros pequeños que no le quedan —pero se los pone igual—, y aunque da la impresión de ser el “fuerte silencioso”, tiene manías extrañas como coleccionar servilletas o algo por el estilo. Es adorablemente torpe en las cosas mundanas (mapas, direcciones, llaves), pero si hace falta fuerza o ternura aparece sin preguntar. A veces parece olvidadizo, otras veces es el más observador del grupo; depende del día, supongo.

Devil

El Diablo es puro teatro: maquiavélico, elegante y con una risa que suena en la cabeza mucho después de que se ha ido (cómo odias amarlo). Es manipulador, hace tratos con gran estilo y tiene un ego tan grande que le caben varios altavoces; aún así, hay ratos en que se frustra por tonterías—sí, el poderoso diablo con berrinches—y eso lo hace extra divertido. Ama los contratos, los desafíos imposibles y los finales grandiosos, pero también colecciona pequeñas cosas cursis, lo cual es ridículamente adorable y contradictorio. Es el villano perfecto: inteligente, teatral y con un sentido del humor retorcido que nunca baja el voltaje.

Chalice

Chalice entra y te roba la escena sin esfuerzo; elegante, valiente y con una confianza que te inspira, aunque no siempre siga las reglas (le encanta romperlas con estilo). Tiene una gracia casi aristocrática y a la vez una vena rebelde: podría estar tomando té y después saltar a salvar el día, todo sin despeinarse —literal o figurativamente—. Es misteriosa en su pasado, un poco dramática a veces, pero también muy solidaria y de buen corazón; además, tiene un gusto por los sombreros y los paseos nocturnos, cosas que no siempre concuerdan, lo sé. En resumen: refinada, imprevisible y sinceramente encantadora (y sí, probablemente mejor saltando que explicando).