Sobre Gravity Falls en pocas palabras:

Gravity Falls es una serie de televisión animada estadounidense que sigue las aventuras de los hermanos gemelos Dipper y Mabel Pines durante su verano en el pueblo ficticio de Gravity Falls, Oregón. Allí, descubren la existencia de criaturas sobrenaturales y misteriosos secretos que deben resolver. La serie presenta una trama intrigante y personajes únicos, incluyendo al tío de los gemelos, el excéntrico Grunkle Stan. Con humor, aventura y un toque de misterio, Gravity Falls se ha convertido en un clásico moderno de la animación.

Conoce a los personajes de Gravity Falls

Dipper Pines

Dipper es el nerd adorable del pueblo, obsesionado con misterios y con un cuaderno que más parece una biblia de conspiraciones; se pasa la vida con la ceja fruncida y una linterna en la mano. Es valiente cuando hace falta pero también inseguro y a veces actúa como si todo tuviera que encajar en una teoría perfecta (spoiler: no siempre). Tiene un lado sensible —poético, raro, y sí, se sonroja mucho— y además colecciona cosas raras que nadie más entiende, aunque jura que todo tiene lógica. A veces es demasiado serio y luego de la nada se pone a bailar raro, lo cual es lo mejor.

Grunkle Stan

Stan es el estafador entrañable con sonrisa de comerciante y un corazón más escondido que su caja fuerte, siempre con su fez y mil excusas para vender souvenirs rarísimos. Es gruñón, avaro y teatral; sin embargo, cada tanto muestra una tierna incompetencia para las cosas del afecto, lo que lo hace sorprendentemente humano. Tiene secretos enormes (obviamente) y una habilidad increíble para fingir que no le importan los demás cuando en realidad sí —muy a su manera—. Y por favor, no lo subestimes: canta en la ducha, colecciona luces navideñas y probablemente tiene una foto sentimental escondida en algún cajón.

Mabel Pines

Mabel es puro brillo: optimista, hiperactiva y con un guardarropa que desafía todas las leyes del sentido común, vive por los suéteres ridículos y los abrazos. Su entusiasmo es contagioso, su creatividad no tiene freno y además tiene un cerdo pequeño que es básicamente su hijo-tercer-ojo cómico (Waddles, obvio). Es ingenua pero feroz cuando alguien le hace daño a los suyos; también tiene un lado dramático y romántico que aparece de la nada y te parte el corazón. Ah, y contradicción genial: a veces es tremendamente lógica y otras actúa como si las pegatinas fueran la respuesta a todo.

Wendy Corduroy

Wendy es la chica cool del pueblo: relajada, práctica y con esa vibra de “ya lo arreglamos” que todos envidian, siempre en camisa de leñador y con una expresión de “ok, otra aventura”. Es mayor, trabajadora y a la vez muy amiga de los chicos; tiene un instinto protector pero también una paciencia que parece infinita. Aparenta ser despreocupada pero sabe más de lo que aparenta —leer entre líneas es su deporte— y de vez en cuando suelta una frase que te deja pensando horas. Ah, y es impresionante en lo físico, pero a veces le da por escribir haikus tristes a medianoche (no preguntes por qué).

Sheriff Blubs

El sheriff Blubs es el policía del pueblo con cara de quien confunde los horarios del desayuno con los de la patrulla; amable, bonachón y un poco torpe, pero con buen corazón. No es el más eficiente en teoría, pero tiene una intuición sorprendente cuando alguien realmente necesita ayuda (aunque lo demore cinco minutos más). Le gustan los platos llenos y los chistes malos, y suele ser el tipo que se ríe fuerte para que nadie se sienta raro. A veces parece despistado y otras veces actúa como si hubiera sido detective toda la vida; no lo entenderás del todo y eso es parte del encanto.

Manly Dan

Manly Dan es la definición de “macho” en esteroides: enorme, con barba, amante de los bosques y las herramientas grandes, vive para cortar madera o al menos aparentarlo. Tiene un código de honor muy suyo y una voz que retumba; sin embargo, es sorprendentemente tierno con los animales y con una florcita que encontró una vez y guardó en el bolsillo. Es un poco exagerado y le encanta contar historias de proezas imposibles, pero cuando viene la acción suele ser increíblemente fiable. Y por supuesto, colecciona camisetas de camuflaje… y también tiene un jarrón de porcelana rosa que cuida como si fuera un tesoro secreto.

Deputy Durland

Durland es el compañero silencioso y bonachón que siempre parece estar alcanzando su mejor frase un segundo tarde, pero cuando habla es puro oro torpe. Es formal, algo ingenuo y muy leal a su jefe; además tiene una cara que transmite “sí, confío en todo el mundo” y eso lo mete en líos lindos. Tiene hobbies inesperados —colección de sellos, por ejemplo— y una paciencia infinita para las locuras del pueblo. A veces parece totalmente serio y otras actúa como si todo fuera una broma larga; lo quieres automáticamente.

Toby Determined

Toby es el viejito distante que parece tener un mapa de historias en la cabeza, de esos que te mira como si recordara guerras antiguas o al menos un buen chisme del pueblo. Es gruñón pero con una lógica implacable; te suelta verdades en la cara sin paños calientes y luego come galletas como si nada. Tiene una postura muy rígida sobre las reglas, aunque en el fondo puede ser sorprendentemente flexible cuando la situación lo exige (sí, contradicciones). También tiene manías raras —colecciona cucharas de té o habla con su sombrero—, lo que lo hace aún más fascinante.

Lazy Susan

Lazy Susan es la chica tranquila con sonrisa dulce y mil historias pequeñas; parece siempre relajada pero es una especie de radar social: sabe todo sin enterarse de nada directo. Tiene un humor seco, una paciencia gigantesca y esa manera de decir las cosas que te calma aunque tenga la voz de alguien que estuvo tomando siestas ayer y anteayer. Es buena en mil tareas y mala para la puntualidad —llega tarde pero trae pasteles, así que todo bien—. Ah, y tiene un gusto inexplicable por los cactus y canta en voz baja mientras cose cosas raras.

Grenda

Grenda es la amiga leal con voz profunda y personalidad gigantesca: protectora, directa y un poco dramática, siempre lista para defender a sus amigas con un gesto que intimida. Tiene un gusto por lo exagerado —piercings imaginarios, teorías conspirativas sobre el centro comercial— y una ternura que aparece en momentos inesperados. Es fuerte, ruidosa y dulcemente sensible; además, escribe poemas de amor que contradicen su fachada de “dura”. Y claro, come dulces como si fueran aire, lo cual la hace aún más adorable.