Sobre Ascendance of a Bookworm en pocas palabras:

Ascendance of a Bookworm es una serie de anime que sigue la historia de una joven llamada Myne, quien es una gran amante de los libros. Sin embargo, después de morir en un accidente, reencarna en un mundo donde los libros son raros y caros. Determinada a leer todo lo que pueda, Myne se propone convertirse en una librera, pero pronto descubre que su sueño es más difícil de lo que pensaba. Con la ayuda de sus nuevos amigos y su ingenio, Myne se embarca en una aventura para cumplir su sueño y cambiar el mundo.

Conoce a los personajes de Ascenso de una Bookworm

Gunther

Gunther es ese bibliotecario misterioso que siempre tiene polvo de papel en las mangas y una sonrisa que aparece solo cuando huele a libro viejo — ¿cómo no quererlo? Es metódico, un poco maniático con los catálogos, pero ojo: guarda en su cajón una pila de stickers brillantes que usa en secreto para marcar pasajes favoritos. Habla bajo, como si no quisiera despertar a las historias, y a veces se le escapa un comentario absurdo sobre dragones que nadie esperaba. Un día serio y ordenado, al siguiente se olvida de las llaves porque se quedó leyendo en la escalera; un encanto raro, sí.

Ralph

Ralph es la clase de persona que te protege sin drama y con una sonrisa torpe, un gigante de buen corazón que no sabe que es adorables—en serio, no lo sabe y es lo mejor. Le gustan las herramientas, el pan con mantequilla y resolver problemas prácticos, aunque suele preguntar tres veces antes de empezar porque teme haber olvidado algo simple. Es honesto hasta lo incómodo y tiene una risa contagiosa que rompe cualquier tensión (y también muebles frágiles, a veces). Puede parecer serio, pero es el primero en ofrecer su abrigo y en esconder galletas para emergencias, contradictorio y tierno.

Tuuli

Tuuli flota casi literalmente, es esa alma libre que colecciona atardeceres y recetas de té raras; a veces ni recuerda dónde dejó el teléfono pero sabe exactamente la letra de una canción de hace diez años. Tiene ideas brillantes a las tres de la mañana y teorías sobre por qué los gatos nos controlan (lo digo en serio), y combina cosas que nadie combinaría — un sombrero de lana con botas de lluvia y una bufanda de encaje. Es impredecible en el buen sentido: hoy planea un viaje, mañana lo arruina todo con demasiada honestidad, y sin embargo todos la siguen porque es emocionante. No es perfecta para la rutina, pero sí la persona perfecta para cualquier aventura inesperada.

Mark

Mark es orden, lista y puntualidad con cara humana; le encanta hacer esquemas hasta para las fiestas y sí, tiene una plantilla para todo, incluso para sonreír. Es práctico hasta los huesos, pero ojo, eso no le resta sensibilidad: protege ideas, proyectos y a su gente con una lealtad feroz. A veces su sarcasmo aparece como herramienta defensiva —lo use demasiado, lo admito—, pero debajo hay un romanticismo temporal que aparece en notas adhesivas y alertas bien programadas. Tiene un breve historial de olvidarse del romanticismo espontáneo, pero compensa con cafés planificados y detalles pensados, contradictorio pero eficiente.

Myne

Myne es la bookworm por excelencia: vive para leer y ocasionalmente se pierde entre las páginas hasta el punto de olvidar la hora de la cena —y sí, también llora en capítulos 3 y 7, no pregunte por qué. Tiene una energía contagiosa cuando habla de novelas, y su entusiasmo hace que cualquiera quiera abrir un libro, incluso a los reacios —es como propaganda literaria con sonrisa. Es decidida, curiosa, a veces impulsiva (compra ediciones especiales sin pensarlo) y se frustra si alguien arranca la página 200, lo juro. Le sale natural ayudar a los demás a encontrar su historia, aunque pierda el suyo por momentos; es dulcemente desastre y maravillosamente intensa.

Gustav

Gustav es el viejo sabio con un toque excéntrico: siempre tiene una taza de té distinto y teorías sobre por qué los personajes secundarios son los verdaderos héroes, lo dice con convicción. Es meticuloso, algo teatrero cuando cuenta anécdotas y sorprendentemente joven de espíritu para alguien que colecciona relojes de bolsillo. Puede sonar duro al principio —es directo, no pierde tiempo—, pero sus consejos vienen con una ternura que no se nota hasta que te salva de un desastre por segunda vez. Tiene hábitos raros (coloca libros por color, sí, lo hace), y una memoria que recuerda fechas importantes que tú olvidaste hace años; contradictorio, pero sabio.

Benno

Benno es sarcasmo con estilo: siempre impecable, con una opinión lista sobre todo y la capacidad de hacerte reír con dos palabras —a veces cruel, a veces justo, pero nunca aburrido. Le encanta la estética: libros bien encuadernados, ropa que parece salida de una portada y frases hechas que vuelve sofisticadas solo por decirlas. Aparenta frialdad, pero en realidad colecciona pequeñas cosas sentimentales (bolsos rotos, entradas de cine), y no se le da bien admitir que le importa. Es irónico, observador y molesta por placer; una ficha incómoda que secretamente te protege, aunque te diga que no.

Effa

Effa es la mamá del grupo pero no la mamá cliché: cocina, organiza, y pega carteles con horarios, y además sabe golpear con una sartén si hace falta —yo lo vi, no lo repetiré, quizá. Tiene una calma imbatible, voz suave y mirada que arregla lo que sea, desde una discusión hasta un paquete mal enviado. Es práctica y cariñosa a partes iguales, y tiene un sentido del humor seco que aparece en el momento perfecto (o totalmente inapropiado, lo cual la hace humana). Puede cantar desafinado en las reuniones y aún así todos la quieren más por eso; firme, blanda y sorprendentemente aventurera cuando se lo propone.