Sobre Bofuri en pocas palabras:

Bofuri es una serie de anime que sigue la historia de Kaede Honjou, una joven que decide jugar a un juego de realidad virtual llamado New World Online. A pesar de ser nueva en el mundo de los juegos en línea, Kaede se convierte en una jugadora temible gracias a su estilo de juego único y su capacidad para aprender rápidamente. La serie sigue a Kaede y sus amigos mientras exploran el mundo del juego, luchan contra monstruos y compiten en torneos. Con una animación impresionante y personajes encantadores, Bofuri es una serie emocionante y divertida para todos los amantes de los juegos en línea y los fans del anime.

Conoce a los personajes de Bofuri

Mii

Mii es ese tipo de personaje que te hace sonreír sin querer, la amiga fiel que siempre aparece con medicinas y snacks (en serio, ¿dónde guarda tanta comida?). Es la healer-terapia del grupo: tranquila, práctica y con una paciencia de santo… pero ojo, también tiene un modo competitivo raro que sale a la superficie cuando la subestiman. A veces parece tímida en la vida real y otras veces habla como si fuera la capitana del mundo; no sé, supongo que eso la hace encantadora. Ah, y jura que odia las peleas épicas pero secretamente colecciona trofeos de jefes.

Kasumi

Kasumi es la estratega fría que siempre tiene un plan, tipo “tenemos esto bajo control” aunque acabe improvisando a lo loco —es un viaje. Se le da mapear escenarios y coordinar roles, pero también tiene un lado muy meme: la verías una tarde haciendo pruebas de disfraces ridículos entre estrategia y estrategia. Es la voz de la razón cuando el grupo se vuelve demasiado excéntrico, pero curiosamente le entra la risa nerviosa en los momentos más serios. Y sí, guarda una libreta de tácticas con garabatos y stickers, lo cual es adorable y ligeramente perturbador.

Maple

Maple es el caos adorable hecho jugadora: obsesionada con la defensa hasta el infinito, construyó un tanque que hace que los jefes le den besitos en señal de respeto, o eso parece. Es ingenua, curiosa y peligrosamente creativa —cualquier cosa que se le ocurra puede volverse una habilidad rota en cuestión de minutos—, y su sonrisa desarma literalmente a los enemigos y a los espectadores. Tiene una mezcla de torpeza y genialidad que te hace querer protegerla y dejarle experimentar a la vez; a veces olvida cosas básicas pero recuerda combinaciones de habilidades rarísimas. Ah, y colecciona sombreros, aunque jura que solo uno es “su favorito” (mentira, claro).

Sally

Sally da esa vibra elegante y calculadora, tipo “sí, gané sin despeinarme”, aunque de vez en cuando se le escapan comentarios súper directos que te pillan desprevenido. Es precisa, estilosa y tiene un gusto impecable para el equipo —o eso dice, mientras mezcla colores que no pegan, pero funciona—; en combate parece hecha de frío acero y ternura oculta. No es la primera en hablar, pero cuando lo hace se nota: solidez táctica con un toque dramático, como si siempre hubiese un pequeño teatro en la capucha. Ah, y colecciona tazas raras; juraría que tiene una con un unicornio, no me preguntes por qué.

Iz

Iz es el prototipo de “misteriosa y letal” pero también se ríe de mala leche cuando menos te lo esperas —no, en serio, esa risa te hiela. Silenciosa, intrépida y con un estilo de juego que te dice “no intentes entenderme”, su presencia cambia el ritmo de cualquier batalla; es la persona que entra y lo arregla todo sin hacer mucho ruido. Tiene manías raras, tipo ordenar su inventario por color o por olor (no sé si bromea), y una sorprendente afición por canciones melancólicas. Es dura, sí, pero tiene una debilidad por los animales virtuales; eso la humaniza mucho.

Kanade

Kanade parece sacada de un sueño relajado: dulce, un poco distraída y con una habilidad para calmar a todo el equipo —es la paz personificada, o al menos eso intenta ser. Juega con calma, toma decisiones serenas y a veces suena como si leyera poesía mientras planifica, pero luego se pone hipercompetitiva sobre cosas pequeñas como quién cocina mejor en el juego (muy importante, aparentemente). Es ese apoyo silencioso que todos necesitan, y también la que saca ideas locas de la nada que, sorprendentemente, funcionan. Ah, y siempre tiene una bufanda; es como su traje de batalla, no intentes quitarársela.

Kuromu

Kuromu es el arquetipo de rival gótico que, spoiler, se vuelve un aliado querido: dura, sarcástica y con una estética que grita “no me toques” pero luego comparte comida, contradicción pura. Es brutal en combate, un poco teatral y le encantan las entradas dramáticas —así, entrando por la puerta principal con confeti invisible—; no siempre es cariosa, pero sus acciones hablan más fuerte que sus palabras. Tiene un sentido del humor muy seco que a veces pasa desapercibido hasta que te cae encima y te ríes a carcajadas. Y sí, probablemente tenga un peluche oscuro escondido en su bolsa, no sé por qué lo digo pero lo imagino.