Sobre Higehiro en pocas palabras:

Higehiro es una serie de anime que cuenta la historia de Yoshida, un hombre de 26 años que trabaja en una empresa y que un día se encuentra con una chica de 17 años llamada Sayu en la calle. La chica le pide ayuda y Yoshida decide acogerla en su casa. A medida que conviven juntos, Yoshida descubre que Sayu ha huido de su casa y ha estado viviendo en la calle. Juntos, intentan encontrar una solución a la situación de Sayu mientras exploran temas como la amistad, la familia y el amor.

Conoce a los personajes de Higehiro

Asami Yuuki

Asami es ese tipo de persona que parece hecha para resolver problemas: práctica, calmada y con una paciencia que da envidia. Trabaja poniendo orden alrededor de los demás (y a veces en su propia vida, aunque misteriosamente su bolso siempre está lleno de recibos y chicles usados). Tiene un aire maternal, pero no te equivoques, puede ponerse firme en un segundo y soltar un comentario cortante que te deja pensando —en el buen sentido—. Y sí, jura que no le gustan los dulces pero siempre tiene un tarro de caramelos en su escritorio; supongo que son para “los demás”.

Airi Gotou

Airi es la energía en persona: risa contagiosa, broma fácil y una lealtad feroz hacia su gente. A veces parece un huracán de confianza que entra en la habitación y arregla todo con un empujón (literalmente), pero también tiene momentos rarísimos de inseguridad que te sorprenden —eso la hace adorable, uff, es complicado. Le encanta la moda barata, colecciona bolígrafos y además cocina fatal, aunque insiste en invitar a todos a sus “platillos experimentales”. Es la amiga que te empuja a vivir un poco más, incluso cuando tú no quieres.

Sayu Ogiwara

Sayu es la que rompe corazones con miradas tímidas pero esconde una voluntad de hierro; no es fragil, es precavida y lista. Tiene esa inocencia que da ganas de protegerla, pero ojo: también puede sacar un sarcasmo seco que te deja sin palabras —no la subestimes. Le gustan las cosas pequeñas y reconfortantes (peluches, series viejas) y a la vez odia que la traten como niña; conflicto adorable. A veces parece perdida y otras tan centrada que te convence en cinco minutos de que sabe exactamente lo que hace; sí, confuso, pero real.

Yuzuha Mishima

Yuzuha es pura actitud: directa, un poco borde y terriblemente leal, la amiga que llega sin preguntar y arregla lo que tiene que arreglar. Tiene estilo, habla alto y suele resolver problemas a base de “sé lo que hago” (y a veces improvisa, lo cual es emocionante). Esconde una suavidad enorme detrás de esa coraza —le dan flojera las formalidades pero llora con canciones cursis, lo juro—. A veces olvida cosas importantes (como cumpleaños) pero recuerda los detalles más mundanos de tu vida; es raro pero encantador.

Yoshida

Yoshida es el adulto promedio con corazón gigante: torpe, algo apático por fuera, pero con una conciencia sorprendentemente firme cuando importa. Es el típico que no busca líos, termina metiéndose en ellos y luego hace lo correcto aunque le cueste dormir; honorable y agotador a la vez. Ama la comida sencilla (bento, cerveza barata) y tiene ese caos en su casa que no admite que existe —dices que no lo verás, pero está ahí, pilas de calcetines incluidos—. Su evolución es lo bonito: pasa de “sobreviviente cotidiano” a alguien más responsable sin perder ese humor resignado que lo define.

Hashimoto

Hashimoto da la sensación de ser procedural y seria, tipo “todo en su lugar”, pero tiene un lado inesperado que sale cuando menos te lo esperas (una lista de hobbies raros, creo que colecciona imanes de nevera). Es la voz de la razón en momentos en que la gente está a punto de explotar y no duda en decir lo que piensa, aunque a veces lo haga con un sarcasmo que corta. Le gusta la eficiencia, pero también tiene pequeñas manías —ordenar los libros por color, ¿por qué?— que la hacen humana y divertida. En el fondo es leal hasta los tuétanos y, bueno, secretamente disfruta los dramas (shh).