Sobre Higurashi: When They Cry – GOU en pocas palabras:

Higurashi: When They Cry – GOU es una serie de anime que sigue a un grupo de amigos en un pueblo llamado Hinamizawa. La historia comienza con un tono alegre y divertido, pero pronto se vuelve oscura y misteriosa. Los personajes comienzan a experimentar extraños sucesos y asesinatos en serie, lo que los hace cuestionar su propia cordura y la verdadera naturaleza del pueblo. La serie es una mezcla de terror psicológico, misterio y drama, y es una adaptación de la novela visual del mismo nombre.

Conoce a los personajes de Higurashi: When They Cry – GOU

Mion Sonozaki

Mion es esa chica que te manda a callar con una sonrisa y luego te parte el corazón sin pestañear, o eso parece, jaja. Líder nata, tomboy con gorra (a veces no la lleva, depende del día), manda en la comunidad Sonozaki y tiene una risa que es una amenaza amable; es juguetona pero con un fondo frío que da miedo. Le encanta gastar bromas y organizar juegos, pero también puede ser cruel cuando la situación lo requiere —y sí, eso la hace fascinante y ligeramente aterradora—. Tiene ese rollo de “soy fuerte pero en el fondo me importa mucho” que no se define, y por supuesto colecciona recuerdos raros aunque jure que no.

Rena Ryuuguu

Rena parece la chica más dulce del pueblo, con sus ojos grandes y su obsesión por las cosas lindas, pero cuando se pone seria te quedas helado; es adorable y letal a la vez, qué mezcla. Habla mucho de “tesoros” y guarda cosas en bolsas como si fueran reliquias sagradas, y de pronto… ¡bim! cambio de humor y te encuentras en medio de algo peligroso. Es protectora hasta el exceso, muy infantil en lo bueno y en lo malo, y a veces canta tonadas raras cuando está nerviosa —eso me mata, en serio—. Contradictoria, sensible, y con una fijación por los cuchillos o hachas (o al menos por “herramientas de limpieza”, según ella).

Rika Furude

Rika es una niña-mujer-anciana en miniatura: sacerdotisa adorable con una carga existencial que te aplasta si lo piensas demasiado. Tiene una mirada que parece saber el final de todo, pero luego se pone a jugar o a hacer bromas como cualquier cría; es la que guarda todos los secretos y aun así te abraza. Lideresa silenciosa en su propio tono dulce, su papel es el de la que sostiene el mundo, literalmente, y te hace sentir esperanza y desesperación en la misma frase. A veces colecciona muñecos o hace ceremonias raras y otras veces se pone a cantar como si nada hubiera pasado —es confuso y hermoso—.

Satoko Houjou

Satoko es una bomba de energía con un pasado destrozado: vive haciendo trampas y juegos crueles, pero también es increíblemente vulnerable, así que la odias y la lloras a la vez. Tiene maña para las trampas y los mecanismos —de verdad, esa chica hace que todo parezca una broma pesada— y encima mantiene una fachada de niña inocente que se rompe en cuanto la tocas por dentro. Es rencorosa, maliciosa por momentos, y sorprendentemente leal a quien la entiende; además colecciona cosas inútiles como clips o botones, porque claro, por qué no. A veces actúa como si nada, otras explota, y nunca sabes en cuál de las dos vas a estar; dramática y adorable, en ese orden.

Keiichi Maebara

Keiichi es el típico protagonista al que quieres zarandear y abrazar al mismo tiempo: parlanchín, impulsivo, y con una paranoia digna de meme. Se cree detective, lidera planes improvisados y después se asusta de su propia sombra; es valiente cuando se enoja y cobarde cuando tiene frío, o al menos eso parece. Tiene un humor que choca con su lado oscuro —se vuelve obsesivo, terco y a veces bastante peligroso—, pero también es increíblemente humano y fácil de querer (o de criticar). Le gusta armar teorías, tocar el tema de conspiraciones y luego comer cosas raras para calmar los nervios; persona intensa, vamos.

Shion Sonozaki

Shion es como Mion pero en onda más descontrolada: pasional, celosa y súper impulsiva, capaz de ser adorable y feroz en el mismo parpadeo. Es la versión que no se preocupa por las formas: dice lo que piensa, corta por lo sano, y cuando algo le hiere responde con una crueldad fría —aunque claro, también puede derrumbarse y pedir perdón a las tres de la mañana. Tiene manías raras como coleccionar fotos malas y cocinar platos extraños que nadie pidió; a veces es dulce, otras veces es la tormenta, y honestamente eso la hace imposible de olvidar. Le guarda mucho rencor a la hipocresía y también se apega con una intensidad que asusta, sí, contradictoria hasta decir basta.