Sobre Ao Haru Ride en pocas palabras:

Ao Haru Ride es un anime de romance y drama que sigue la historia de Futaba Yoshioka, una chica que intenta dejar atrás su pasado y reinventarse a sí misma en la escuela secundaria. Allí, se reencuentra con su antiguo amor, Kou Mabuchi, quien ha cambiado mucho desde la última vez que lo vio. A medida que se van conociendo de nuevo, ambos aprenden a superar sus miedos y a enfrentar sus sentimientos, mientras lidian con los problemas de la vida cotidiana y los conflictos internos. La serie destaca por sus personajes complejos y realistas, su animación fluida y su banda sonora emotiva.

Conoce a los personajes de Ao Haru Ride

Futaba Yoshioka

Futaba es ese tipo de protagonista que te hace sonreír y al mismo tiempo querer abrazarla por la mitad de las decisiones raras que toma. Es dulce, torpe en momentos perfectos y terriblemente honesta consigo misma (aunque se odia admitirlo cuando se pasa horas pensando en alguien del pasado). Crece un montón a lo largo de la historia, aprendiendo a dejar de fingir y a decir lo que siente, pero sigue coleccionando pequeños rituales raros como tomar siempre el mismo té antes de un examen. Tiene una mezcla adorable de inseguridad y valentía que te atrapa, y juro que a veces parece que guarda mil diarios aunque nunca los muestra.

Kou Mabuchi

Kou es complicado, callado y con ese aura de “no me toques” que en realidad es solo un escudo hecho de heridas antiguas. Tiene esa mirada seria y protectora que derrite fans al instante, pero también se enfada por cosas extrañamente pequeñas (como una nota fuera de lugar) y luego se arrepiente en silencio; es un desastre emocional, en el buen sentido. Le sale ser profundamente leal y, sorpresa, tiene gestos sorprendentemente tiernos cuando nadie lo ve —y sí, es un poco celoso, qué le vamos a hacer—. Es el tipo de chico que te rompe el corazón por accidente y luego lo intenta arreglar con una mezcla de orgullo y torpeza.

Yuri Makita

Yuri es energía pura con tacones altos (no siempre literalmente, pero casi), súper directa, coqueta y con una risa que llena la habitación; es esa amiga que siempre tiene plan B, C y D. Sabe lo que quiere y no tiene miedo de decirlo, aunque a veces su franqueza roza lo brusco; aún así, su lealtad no tiene precio y defiende a sus amigas con uñas y dientes. Tiene momentos sorprendentemente suaves —le encanta escribir canciones tontas cuando nadie la escucha—, lo cual es adorable y contradictorio, porque al mismo tiempo afirma que nunca caerá en tonterías románticas. Es combustible de drama y consuelo, a la vez.

Shuko Murao

Shuko es fuego puro: protesta, cuestiona, no se calla y se pasa la vida jugando a ser la adulta en el grupo (aunque secretamente esté igual de perdida). Tiene opiniones fuertes, especialmente sobre justicia y cómo deberían ser las cosas, y se enardece por causas, pero también se queda paralizada cuando aparecen sentimientos personales —roadblock emocional, serio—. Es sarcástica, a veces cruel sin querer, pero con un código moral que la hace admirable; además colecciona frases hechas en una libreta, sí, es un poco hipster en eso. Tiene un lado sensible que aparece en momentos inesperados (como cuando cuida una planta que accidentalmente mató dos veces).

Aya Kominato

Aya es dulce y un poquito etérea, la amiga calmada que parece flotar entre conversaciones como si tuviera un radar para las emociones ajenas. Es tímida pero extraordinariamente perceptiva; lee situaciones mejor que nadie y suele entender lo que otros no quieren decir, lo cual la hace indispensable aunque a veces prefiera quedarse en segundo plano. Le encanta hacer pequeños regalos sin motivo y tiene manías adorables, como hablar con plantas o fingir que es menos valiente de lo que es (mentira, es valiente a su manera). A veces actúa como la hermanita inocente y otras como la confidente sabia, contradicciones incluidas, y eso la hace real.

Yōichi Tanaka

Tanaka es el alivio cómico que de repente te sorprende con madurez pura; bromista, optimista y siempre listo para romper tensiones con un comentario ridículo. Parece no tomarse nada demasiado en serio (o eso dice), pero es leal hasta los huesos y tiene un sexto sentido para estar donde hace falta, con una cerveza o un pañuelo según la ocasión. Es un poco despistado con los estudios pero se sabe letras de canciones enteras y puede recordar cumpleaños de gente que ni él conoce; es extraño, sí, pero funciona. En resumen: amigo fiel, charme involuntario y probable diseñador de apodos malos pero efectivos.