Sobre Hajime no Ippo en pocas palabras:

Hajime no Ippo es un anime emocionante que sigue la historia de un joven llamado Ippo Makunouchi, quien es intimidado constantemente por sus compañeros de clase. Un día, Ippo es salvado por un boxeador llamado Mamoru Takamura, quien lo lleva a su gimnasio para entrenar. Allí, Ippo descubre su talento para el boxeo y comienza su camino hacia la cima. A lo largo de la serie, Ippo enfrenta desafíos y rivales cada vez más fuertes mientras lucha por convertirse en el campeón mundial de peso pluma. Hajime no Ippo es una serie emocionante y llena de acción que muestra el poder de la determinación y la perseverancia.

Conoce a los personajes de Hajime no Ippo

Mamoru Takamura

Takamura es puro carisma explosivo y exceso — el campeón insoportable que te hace reír y querer estrangularlo al mismo tiempo. Se muestra arrogantísimo, mujeriego y con una mandíbula que parece tallada en granito, pero ojo, tiene un corazoncito oculto que emerge en momentos ridículamente tiernos (sí, puede llorar en las películas, lo juro). Entrena como si el mundo fuera a acabarse mañana y come bistecs como si fueran su religión; también colecciona cinturones, no sé si por vanidad o por hobby, probablemente ambas cosas. Ah, y aparentemente odia los gatos pero tiene uno escondido en su casa, típico Takamura.

Ippo Makunouchi

Ippo es la dulce contradicción andante: tímido, humilde y con una fuerza interior que te sorprende cuando menos te lo esperas. Fuera del ring es casi un poema de inseguridad y ternura, dentro del ring se convierte en una roca que no negocia, pura perseverancia, el corazón del underdog clásico. Le encanta leer cosas sencillas (manga, sí, irónico), come siempre lo mismo y tiene una costumbre rara de sonreír con la boca cerrada cuando está nervioso — algo así como un tic adorable. No es perfecto, duda, se cae, se levanta, y por alguna razón tiene un talento natural para los golpes que te dejan pensando que no debería ser real.

Masaru Aoki

Aoki es el capo del desorden encantador: un tipo enorme, leal hasta la médula y con una higiene emocional dudosa (y a veces literal), pero siempre ahí para pelear y para comer — mucho. Es el alivio cómico que también te sorprende por su corazón gigante; su técnica no es elegante, es pura fuerza de la que te duele admirar. Colecciona amuletos raros, se cree un Don Juan con chicas que no siempre entienden, y puede ponerse serio en épocas raras, como si de repente recordara que también tiene sentimientos (sí, realmente sucede). A veces habla de apuestas, a veces te trae un plato de fideos; impredecible pero indispensable.

Genji Kamogawa

Kamogawa es el sabio gruñón que te da la palmada en la espalda y te obliga a ser mejor, un entrenador viejo escuela con métodos duros pero resultados brutales. Es tercamente tradicional, cuenta historias de su pasado como si fueran lecciones de vida y te mira como si leyera tu alma (y probablemente lo hace). Tiene un humor seco, te manda a correr a la montaña y al rato te cocina algo que nadie esperaba — es contradictorio y eso lo hace adorablescamente real. Y sí, canta en la ducha (o eso dicen sus boxeadores), un viejo maestro con corazón de hierro y manos de padre.

Tatsuya Kimura

Kimura es la serenidad con guantes: calmado, metódico y sorprendentemente intenso cuando se enfoca, un tipo que trabaja y observa más de lo que habla. Es técnico, paciente, el tipo que hace ajustes finos y te recuerda que el progreso es constante aunque a veces parezca mínimo; además tiene una lealtad discreta y profunda. Le gusta coleccionar cosas pequeñas (piedras, recortes, fechas), es ordenado hasta el punto raro y a veces ríe a destiempo como si se acuerde de algo absurdo. No busca atención y, sin embargo, cuando sube al ring todos miran — silencioso, pero imparable.