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¿Qué personaje de ‘Little Miss Maruko’ eres?

Nostálgico, conmovedor y lleno de encanto, "Chibi Maruko-chan" o "Little Miss Maruko" ha sido un querido elemento en el mundo del anime durante años. Este programa atemporal nos lleva a través de las aventuras cotidianas de Maruko y sus amigos, cada personaje con sus peculiaridades y personalidad únicas. ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de la serie te representa mejor? ¿Eres la imaginativa Maruko, la sensata Tama-chan o tal vez el travieso Hanawa-kun? Sumérgete en nuestro cuestionario "¿Qué personaje de Little Miss Maruko eres?" y descubre tu alter ego de anime. ¿Listo para divertirte? ¡Desplázate hacia abajo y pulsa el botón de inicio ahora!

Bienvenido al cuestionario: ¿Qué personaje de Little Miss Maruko eres?

Sobre Little Miss Maruko en pocas palabras:

“Chibi Maruko-chan” es una encantadora serie animada japonesa que narra la vida de Maruko, una estudiante de tercer grado, y sus divertidos encuentros con amigos, familia y diversas situaciones en su vida diaria. Con su narración ligera y personajes identificables, la serie ofrece una visión de los tiempos más simples de la infancia, tejiendo historias que resuenan tanto en niños como en adultos.

Conoce a los personajes de Little Miss Maruko

Maruko

Maruko es el centro de todo, una niña medio desastre pero con un corazón gigante y una imaginación que no para nunca. Se pasa el día soñando despierta, dibujando en las esquinas de los libros y a veces fingiendo estar enferma solo para descansar (sí, culpable, lo sabemos). Es pícara, un poco gandula cuando toca, pero también puede ser extra responsable en momentos rarísimos —como cuando hay que ayudar a la abuela— y eso te sorprende cada vez. Ah, y colecciona pegatinas como si fueran tesoros nacionales; también odia los pepinos pero se los come si le insisten, cosa extraña, ya.

Tama-chan

Tama-chan es la amiga dulce y soñadora que todos querrían tener: tímida, tierna, siempre con una sonrisa que calma el caos (o al menos lo intenta). Parece despistada —se le olvidan los deberes, olvida el almuerzo— pero luego suelta una frase súper profunda y te deja pensando; es rara en el mejor sentido. Le encantan los animales y tiene una costumbre adorable de poner nombres complicados a sus peluches y a veces los confunde con personas, no sé por qué pero funciona. Muy sensible, a veces se sonroja por nada y otras veces es extra valiente cuando menos te lo esperas, lo juro.

Hanawa-kun

Hanawa-kun es ese chico refinado, con modales perfectos y una familia que parece salida de un catálogo, pero ojo, no es solo apariencia; tiene orgullo y también buen corazón (aunque lo niegue con estilo). Le gusta lo caro, la ropa impoluta y presumir un poco, pero secretamente colecciona cómics baratos y se los guarda debajo de la almohada (ridículo, lo sé). Puede ser mandón a veces, sí, pero ayuda a los demás sin querer exagerar —mucha dignidad— y tiene un sentido del honor muy marcado. Es el tipo que trae caramelos elegantes a clase y luego se los ofrece solo si estás en su “lista VIP”, o algo así.

Fujiki

Fujiki es el empollón del grupo en el sentido más adorable: serio, estudioso y con una cara de “no me molestes” que esconde un sarcasmo finísimo. Le encanta aprender, corrige a todo el mundo (aun cuando se equivoca él mismo, irónico), y suele ser el que organiza las cosas cuando nadie más quiere hacerlo. Tiene manías raras, tipo alinear los lápices por tamaño antes de empezar —sí, obsesión leve— y a veces se sorprende cantando en la ducha canciones antiguas, lo que nadie imagina. Aunque parezca seco, es leal hasta los huesos y en el fondo quiere que todos estén bien.

Noguchi-san

Noguchi-san es el gamberro con corazón de oro: un poco bruto, mucho teatro, siempre con una broma lista y una pelota cerca (siempre, como si fuera parte del uniforme). Le encanta hacerse el fuerte y asustar a la gente, pero en realidad se preocupa a saco por sus amigos y, mira tú, es el primero en aparecer cuando hay lío. Tiene costumbres contradictorias —a veces es súper ordenado y otras deja todo tirado como si hubiera pasado un tornado— y le pierde la música mala (la canta en voz alta, desafinado y todo). Es un personaje que no sabías que necesitabas hasta que te salva la tarde con un plan improvisado y una sonrisa torpe.