Sobre Platinum End en pocas palabras:

Platinum End es una serie de anime basada en el manga del mismo nombre escrito por Tsugumi Ohba e ilustrado por Takeshi Obata. La historia sigue a Mirai Kakehashi, un joven que ha perdido la voluntad de vivir y decide suicidarse. Sin embargo, es salvado por un ángel llamado Nasse, quien le ofrece la oportunidad de convertirse en uno de los 13 candidatos a ser el próximo Dios. La serie explora temas como la moralidad, la justicia y el poder, y presenta una trama llena de giros y sorpresas.

Conoce a los personajes de Platinum End

Mirai Kakehashi

¡Mirai es ese protagonista que te hace sufrir y también te abraza al mismo tiempo! Es dulce, increíblemente empático y con una moralidad que le explota en la cara cuando tiene que decidir entre lo correcto y lo necesario — muy torpe pero con esa fuerza silenciosa que no esperabas. Fue elegido para algo enorme (sí, algo divino y demasiado peligroso) y se debate entre querer salvar a todos y no poder ni con su propio miedo; es valiente en momentos ridículos, y a veces melancólico hasta raro. Le gusta dibujar —o eso creo— y dice que odia llamar la atención pero luego hace cosas totalmente heroicas como si fuera su hobby.

Nasse

Nasse es toda ternura tramposa: un ángel pequeñito con actitud de mamá y mirada de “sé más de lo que digo”, lo que te derrite y te asusta a la vez. Es protectora, lista (como en plan, te ha pensado cinco jugadas antes de que te des cuenta) y muy, muy directa; no tiene paciencia para tonterías pero sí un ejército de estrategias. A veces actúa como niñita juguetona que canta, otras es fría y calculadora, y esa mezcla la hace impredecible — también guarda secretos profundos que le pesan. Y sí, quizás come dulces mientras conspira, no sé, me lo imagino así y punto.

Saki Hanakago

Saki es puro glamour con filo: popular, carismática, sabe usar su imagen como arma pero también tiene capas ocultas que el fandom adora diseccionar. Es manipuladora en ocasiones, sí, pero no malvada por deporte; más bien parece que actúa por miedo o por algo que perdió hace tiempo — o por amor, o por rencor, depende del día. Puede ser súper superficial (maquillaje perfecto, outfits impecables), y de pronto te suelta una sinceridad brutal que nadie esperaba, lo cual es lo más. Se ríe en público y luego se arma de valor sola, aunque a veces se contradice y dice que odia los dramas pero los provoca sin querer.

Revel

Revel es el enigma andante: elegante, frío, filosófico y con esa sonrisa que sugiere que siempre tiene un plan B, C y D. Actúa desde la sombra, manipulando hilos (o al menos eso parece), pero de vez en cuando suelta verdades tan extrañas que te hacen dudar si es villano o un tipo con demasiada clarividencia. Le encanta jugar con la moral de la gente y le va el teatro —a veces en serio, a veces solo por diversión— y puedes sospechar que guarda una nostalgia inesperada por algo del pasado. Es calculador pero no estúpido: suele equivocarse por subestimar sentimientos (clásico), y eso lo humaniza un poco, aunque no lo admitiría.