Sobre Rascal Does Not Dream of Bunny Girl Senpai en pocas palabras:

Rascal Does Not Dream of Bunny Girl Senpai es una serie de anime que sigue la historia de Sakuta Azusagawa, un estudiante de secundaria que se encuentra con una chica vestida de conejita en una biblioteca. La chica, llamada Mai Sakurajima, resulta ser una actriz famosa que ha desaparecido de la vista del público. Sakuta descubre que ella está sufriendo de un fenómeno sobrenatural llamado Síndrome de la Adolescencia, que causa varios problemas en su vida. Juntos, Sakuta y Mai tratan de resolver el misterio detrás del síndrome y ayudar a otros que también lo padecen.

Conoce a los personajes de Rascal Does Not Dream of Bunny Girl Senpai

Sakuta Azusagawa

Sakuta es ese protagonista medio gruñón que secretamente es un santo (pero no le gusta que se lo digan). Habla sin filtro, tiene sarcasmo para regalar y esa forma suya de resolver problemas que parece improvisada pero siempre funciona —o al menos cree que funciona—. Está marcado por su pasado y por una mezcla de cinismo y ternura que te hace reír y llorar a la vez; supongo que también le encantan los dulces aunque lo niegue. Ah, y siempre llega tarde pero de alguna manera aparece justo cuando hace falta; cabeza dura y corazón enorme.

Mai Sakurajima

Mai es la actriz cool que es demasiado guapa para su propio bien y, aun así, quiere pasar desapercibida (ironías de la vida). Tiene esa presencia tranquila y un sarcasmo elegante, pero cuando se suelta demuestra que es más normal de lo que su fama sugiere; le gustan las cosas simples, no los focos. A veces parece distante y otras te sorprende con un gesto súper cariñoso que no esperabas, y tiene una forma de mirar que te derrite y a la vez te asusta —sí, es raramente contradictoria. También es regia pero se ríe de chistes malos; no sé cómo cabe tanta dignidad en una persona.

Tomoe Koga

Tomoe es puro fuego: extrovertida, dramática, enamoradiza y muy, muy impulsiva —la ves y sabes que algo explosivo va a pasar. Tiene momentos de niña pequeña y momentos de “te voy a aplastar con mi ternura” y es extra adorable cuando se pone celosa (lo digo como si no lo adoraras). Le encanta llamar la atención, pero también duele porque a veces no sabe cómo pedir ayuda de verdad; joder, es complicado quererla y querer protegerla al mismo tiempo. Ah, y come golosinas como si no hubiera un mañana; probablemente tiene una colección de peluches escondida.

Rio Futaba

Rio es la friki tecnológica tierna que vive en su propio universo de teorías y foros, con la inocencia de quien cree que todo se arregla con datos (y snacks). Es súper sincera, un poco torpe socialmente, y tiene esos arranques de pánico que la hacen adorable pero también real —vamos, humana. Le gustan los videojuegos, los gráficos de estadísticas y hablar de cosas raras hasta altas horas; aunque a veces dice cosas duras sin querer. Tiene un corazón enorme y una memoria freak que te salva la vida cuando hace falta —y sí, guarda fotos de cosas raras en su teléfono.

Nodoka Toyohama

Nodoka es la chica suave, educada y un poquito tímida que parece siempre lista para ayudar; como la amiga comprensiva que te prepara té. Tiene una ternura casi materna (aunque es joven) y un sentido de responsabilidad que puede agotar, pero de vez en cuando suelta una broma inesperada y te sorprende. A veces la ves seria, otras veces es distraída y se ruboriza por nada; contradicciones adorables incluidas. Es dulce, luchadora en silencio y con una sonrisa que no olvidas; además creo que cose cosas o algo así, o quizás me lo invento pero suena bien.

Kaede Azusagawa

Kaede es frágil y feroz al mismo tiempo: pasó por cosas terribles y eso se nota en su forma callada, sus miedos y sus berrinches repentinos —es como una caja de sorpresas emocionales. Tiene etapas de niña perdida y de chica con mala leche que te da ganas de abrazarla y de zarandearla a la vez; a veces parece dos personas y eso la hace brutalmente real. Le encanta esconderse en cosas blanditas (peluches, mantas) y odia mirrors pero luego mira su reflejo cuando nadie ve, sí, incomprensible. La quieres proteger, la quieres escuchar, y te rompe el corazón cada vez que da un paso hacia adelante.

Shoko Makinohara

Shoko es esa presencia dulce y un poco etérea que te deja con nostalgia —tiene algo de verano, de bicicleta y de tardes infinitas, aunque también guarda secretos. Es amable hasta el exceso, casi luminosa, pero a la vez hay una tristeza silenciosa en ella que la hace magnética; es como si llevara una canción dentro. A veces es niña risueña, otras adulta inexplicablemente sabia; no siempre sabes en qué versión aparecerá y eso la hace impredecible (en el buen sentido). Te da ganas de hablarle de trivialidades y de apoyarla en cosas grandes; es, en resumen, adorable y un poco trágica, en el mejor sentido poético.