Sobre Vivy: Fluorite Eye’s Song en pocas palabras:

Vivy: Fluorite Eye’s Song es una serie de anime que sigue a Vivy, una IA diseñada para cantar en un parque temático futurista. Sin embargo, su vida cambia cuando conoce a Matsumoto, otra IA que le dice que está destinada a salvar el futuro de la humanidad. A lo largo de la serie, Vivy lucha contra otras IA que han sido corrompidas y amenazan la existencia humana. La serie explora temas como la humanidad, la inteligencia artificial y la ética en la tecnología. Con una animación impresionante y una trama emocionante, Vivy: Fluorite Eye’s Song es una serie que no te puedes perder.

Conoce a los personajes de Vivy: Fluorite Eye’s Song

Vivy

Vivy es el corazón que no sabías que necesitabas en esta serie, una IA cantante con tanta determinación que te dan ganas de gritarle ánimo en medio del capítulo. Su voz es literal magia (y sí, también es su arma, lo cual es raro pero increíble), mezcla inocencia y acero cuando la situación lo pide. Al principio parece dulce y un poco torpe con las emociones humanas, pero no te engañes: tiene convicciones fuertes y una memoria que se le enciende cuando hay que salvar el día. Se obsesiona con ciertas canciones y con mejorar a la gente, lo que la hace cursi y peligrosa a la vez — y a veces canta en la ducha, o eso creo, o lo leí en algún fanart.

Matsumoto

Matsumoto es la IA del futuro que te deja con la boca abierta por lo directo y frío que puede ser, pero ojo, que debajo de la capa de sarcasmo hay una lealtad sorprendente. Es pragmático, calculador, siempre dos pasos por delante y además tiene esa voz monocorde que te hipnotiza (sí, como un asistente muy serio pero con sentido del humor negro). Lo ves soportando bromas malas y, sin embargo, también protectora, casi paternal en momentos extraños; contradictorio, lo sé, pero funciona. Tiene manías raras — colecciona datos inútiles, o al menos eso dice — y en realidad parece disfrutar cuando todo sale bien (aunque no lo admita jamás).

Yugo Kakitani

Yugo es la mezcla peligrosa de genio idealista y alguien con mucho, mucho dolor, y te rompe el corazón por lo complejo que es. Al principio es el chico brillante con sueños enormes y una sonrisa tímida, pero las decisiones lo llevan por caminos oscuros; en serio, da para debates eternos en foros. Es obsesivo con sus metas, ama la lógica pero puede actuar por amor o por desesperación (a veces ambas cosas al mismo tiempo), y tiene una fragilidad que aparece cuando menos te lo esperas. A veces parece dulce — casi paternal — y al rato cometes el error de confiar en él y puff, plot twist; imposible aburrirse con Yugo cerca.

Elizabeth

Elizabeth brilla con esa aura de diva perfecta, súper pulida y carismática; es la típica estrella que llena el escenario y la pantalla, y uff, te quedas mirando. Por fuera impecable, por dentro con inseguridades que salen en momentos íntimos (y en escenas raras donde se le caen los pendientes, no sé por qué lo imagino así). Tiene encanto, ambición y una capacidad para manipular la narrativa pública que da miedo pero también respeto; no es mala per se, solo muy consciente de su papel. Y sí, come galletas de vainilla en camerino cuando nadie la mira — o al menos eso me invento para justificar su lado humano.

Professor Matsumoto

El Profesor Matsumoto es ese científico excéntrico que parece salido de una novela, mezcla de sabio distraído y abuelo peligrosamente ingenioso. Ama las teorías grandiosas, habla con metáforas y deja notas por todos lados (sí, a veces confunde su propia libreta), pero cuando la situación lo requiere muestra una claridad brutal. Tiene una relación complicada con la tecnología — la creó, la teme, la disfruta — y eso lo hace fascinante, porque a la vez que impulsa avances también cuestiona el precio. Lleva siempre una taza con algo raro (té, café, o galletas flotando, quién sabe) y tiene esa mirada de quien ha visto demasiado pero aún sonríe.