Sobre Anohana en pocas palabras:

Anohana es una serie de anime que sigue la historia de un grupo de amigos de la infancia que se separaron después de la muerte de uno de sus miembros, Menma. Años después, el espíritu de Menma aparece ante uno de sus amigos, Jinta, y le pide ayuda para cumplir un deseo que no recuerda. Jinta se reúne con sus amigos de la infancia para ayudar a Menma a encontrar su deseo y así poder descansar en paz. La serie explora temas como la amistad, el amor y el duelo.

Conoce a los personajes de Anohana

Jinta “Jintan” Yadomi

Jintan es el típico líder cansado que secretamente no quiere crecer pero ya lo está haciendo a la fuerza, y eso lo vuelve increíblemente humano. Gruñón y apático por fuera, es sorprendentemente leal y siempre tiene un plan medio improvisado para arreglar las cosas (aunque a veces olvida la mitad). Nostálgico hasta doler, vive obsesionado con los recuerdos del grupo y con una gorra vieja que jura que le trae suerte —o por lo menos eso dice—. Tiene un humor seco que te atraviesa y, sí, come como si quemara calorías de resentimiento; a veces se queda dormido en los lugares más ridículos.

Meiko “Menma” Honma

Menma es pura luz y confusión adorable, esa mezcla de inocencia celestial y puñetazos emocionales que te parte el corazón. Es etérea y alegre, pero también terca como una cabra: quiere que todo vuelva a ser como antes y se lo toma muy en serio, en plan misión divina. Habla con naturalidad de cosas imposibles y a veces olvida detalles prácticos (como cómo usar un microondas), lo cual es encantador y un poco frustrante a la vez. Tiene manías extrañas —colecciona cosas pequeñas, aparece cantando a las tres de la mañana— y, sorprendentemente, sabe exactamente cuándo necesitas un abrazo aunque lo niegue con una sonrisa.

Naruko “Anaru” Anjo

Anaru es complicada en el mejor sentido: brillante, social y siempre lista, pero con un interior lleno de celos y dudas que la hacen real. Se esfuerza por encajar y ser fuerte, y a veces su actitud fría es sólo un escudo contra la inseguridad (aunque ella lo llamaría “pragmático”). Le importa muchísimo el grupo aunque finja lo contrario; tiene un corazón enorme bajo capas de sarcasmo y maquillaje, literal y figurativamente. Es impulsiva en lo emocional, organizada en lo práctico, y a veces hace cosas vergonzosas que luego niega vehementemente; no la culpes, está intentando.

Atsumu “Yukiatsu” Matsuyuki

Yukiatsu es la mezcla perfecta de perfeccionismo y dolor mal gestionado: elegante, afilado y siempre con una sonrisa que no llega a los ojos. Es competitivo, controlador y teatral, sí, pero también sensible hasta el tuétano, lo que lo vuelve peligroso y profundamente triste a la vez. Tiene gustos impecables en música y ropa (puede que tenga más planchas que ropa), y al mismo tiempo se dedica a pequeñas venganzas emocionales como si fueran deporte. Raro pero tierno: escribe cosas profundas que luego quema, o tal vez las guarda, depende del día; es contradictorio y por eso lo amas/odiás.

Chiriko “Tsuruko” Tsurumi

Tsuruko es el cerebro estoico del grupo, analítica, fría en apariencia y humilde en la práctica —la típica que apunta todo y luego te lo recuerda en el momento más incómodo. Observadora hasta lo casi clínico, siempre percibe detalles que nadie más nota y tiene una paciencia a prueba de bomba (o eso parece). Le gusta mantener distancia emocional pero en realidad cuida como si fuera la enfermera de un circo, muy práctica y con pequeñas rarezas como obsesionarse con datos inútiles. Es sobria, clara y a veces sorprendentemente romántica en secreto; no es fácil hacerla reír, pero cuando lo haces es como ganar la lotería.

Tetsudo “Poppo” Hisakawa

Poppo es el alma viajera y el optimista perpetuo que convierte cualquier desastre en anécdota épica, y lo hace con una sonrisa gigante. Sencillo, cariñoso y con un sentido de la aventura envidiable, vive contándote historias de lugares lejanos y comiendo cualquier cosa que le pongan delante (aunque no cocine bien, eso es un hecho). Tiene una madurez inesperada mezclada con una torpeza adorable: puede olvidarse de pagar el bus pero recordar exactamente la fecha de tu cumpleaños. Es el pegamento emocional del grupo, el que siempre está dispuesto a perdonar y a reorganizar los planes para que todos estén bien, incluso si eso implica improvisar una cena rara a las dos de la mañana.