Sobre Karakai Jouzu no Takagi-san en pocas palabras:

Karakai Jouzu no Takagi-san es una serie de anime que sigue la historia de Nishikata, un estudiante de secundaria que intenta vengarse de su compañera de clase Takagi-san, quien siempre lo molesta y lo hace sentir avergonzado. A pesar de sus intentos, Takagi-san siempre logra anticipar sus movimientos y burlarse de él. A medida que la historia avanza, Nishikata comienza a darse cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia Takagi-san y su relación se vuelve cada vez más cercana. La serie es una comedia romántica llena de momentos adorables y divertidos entre los dos personajes principales.

Conoce a los personajes de Karakai Jouzu no Takagi-san

Takagi

Takagi es básicamente la reina de las bromas bonitas, esa chica que te hace sonrojar con una sonrisa y luego se ríe por dentro (o al menos eso parece). Juega con Nishikata como si fuera su pequeño experimento social, afilada y dulce al mismo tiempo; me encanta que nunca pierde la calma, casi, excepto cuando algo la sorprende y se pone tímida, lo cual es raro pero adorable. Tiene una inteligencia traviesa y un gusto por las cosas simples —arroz, onigiri, bromas— aunque jura que no le importa presumir… y luego lo hace. En serio, es imposible aburrirse cuando está cerca; es mandona pero cariñosa, calculadora y un poco floja en las mañanas, contradictoria y perfecta.

Nishikata

Nishikata es el eterno perdedor-enamoradizo que insiste en intentar devolver las bromas pero siempre termina más rojo que antes; noble, terco y sorprendentemente perseverante. Se enfada mucho, intenta ser serio, y al mismo tiempo es el chico más inocente del salón que también sabe sorprender con gestos protectores (a veces, sin querer). Se cree valiente y luego grita por una cucaracha, lo que es básicamente la definición de él: mucho corazón, poca coordinación. Lo imagino con mochilas llenas de cosas raras y una colección secreta de golosinas que niega tener, claro.

Mina Hibino

Mina es esa amiga graciosa y un poco misteriosa que siempre sabe cuándo dejar caer una línea perfecta para romper la tensión; tiene buen ojo para los detalles y un humor seco que no esperaba pero amo. Es dulce con los demás, pero a veces sugiere ideas de duelo verbal que te dejan pensando “¿quién le dio permiso?” —poco consistente, hahaha—. Le gusta comer cosas exóticas (o al menos eso dice) y coleccionar pegatinas, aunque una vez la vi con calcetines desparejados, así que quién sabe. En el grupo es como el condimento: no siempre brilla sola, pero sin ella todo sería un poco sosillo.

Yukari Tenkawa

Yukari tiene esa vibra de “soy cool sin esfuerzo”, elegante y un poco altiva, pero en realidad es súper buena onda si te ganas su confianza (difícil, pero posible). Es atlética, le encanta competir —a veces por nada— y tiene un gusto extraño por las bananas (¿o era por batidos? no me acuerdo, pero me suena). Tiene una presencia que rellena la habitación y una paciencia que ocultará su sarcasmo, aunque de vez en cuando suelta comentarios que cortan como cuchillo. Me da vibes de hermana mayor que también podría ir a un concierto sorpresa contigo a medianoche.

Sanae Tsukimoto

Sanae es la sensibilidad pura en forma humana: dulce, soñadora y con una sonrisa que calma cualquier caos; también colecciona cosas lindas, eso es un hecho (¿plushies? tal vez). Es organizada pero curiosamente se olvida de las cosas obvias, como poner alarma o traer su paraguas cuando llueve; pequeña contradicción adorable. Le gusta leer y a veces se pierde en pensamientos profundos que nadie más entiende pero todos fingimos que sí. Es el tipo de amiga que te trae té cuando estás mal y luego olvida por qué fue a la cocina, y eso la hace entrañable.

Nakai

Nakai es el colega bromista que no puede evitar comentar lo que todos piensan en voz alta; un poco descarado, bastante buenazo, y siempre listo para secundar una idea loca. Tiene estilo propio (a veces dudoso), es afable y parece que sabe más de lo que deja ver, pero también es el primero que se pierde en los detalles técnicos —¿o era en videojuegos?—, en fin, maniático de algo. Le encanta provocar, claro, pero lo hace con cariño y a veces con demasiada confianza. Me lo imagino comiendo algo salado a las 3 de la tarde y luego fingiendo que tiene hambre otra vez.

Mano

Mano es tranquila pero con esa fuerza silenciosa que te sorprende cuando actúa; es muy observadora, casi siempre la que capta el subtexto de una conversación. Tiene estilo sencillo, gustos refinados y un sentido del humor seco que aparece cuando menos lo esperas; también puede ser súper maternal sin proponérselo. A veces parece distante, otras veces es la primera en abrazarte; contradictoria en el mejor sentido. Creo que guarda recetas secretas de familia y siempre huele a algo casero, como pan recién horneado o especias, no sé por qué lo imagino así.

Takao

Takao tiene la energía de alguien que practica un deporte y además escribe haikus en los márgenes de sus cuadernos, es serio cuando debe y sorprendentemente tierno en pequeños gestos. Es el tipo responsable que de vez en cuando deja caer una palabra súper profunda y luego se enrojece por ello, clásico. Le gustan las cosas simples pero con estilo: una caja de bentō bien hecha, caminatas al atardecer, bromas malas que nadie más entiende. A veces habla como si fuera mayor y otras veces pierde el hilo de la conversación por mirar el cielo, así que nadie sabe realmente qué está tramando.

Kimura

Kimura es el profesor/compañero/pilar que intenta mantener la compostura pero tiene un lado torpe que sale a la luz en los peores momentos, lo cual es encantador. Es responsable, algo serio, pero no inmune a los chistes—en realidad, a veces ríe en momentos muy inadecuados y eso lo hace humano. Ama las cosas clásicas, tiene manías (creo que siempre endereza su corbata dos veces) y secretamente disfruta de escuchar historias ajenas por horas. Es el típico que te da un consejo raro pero útil y luego se va caminando con la chaqueta al viento, dramático sin querer.