Sobre Made in Abyss en pocas palabras:

Made in Abyss es una serie de anime que sigue la historia de una niña llamada Riko, quien vive en una ciudad construida alrededor del borde de un enorme agujero llamado Abyss. Riko desea convertirse en una Cave Raider como su madre, quien desapareció en el Abyss hace años. Un día, Riko encuentra a un robot con forma de niño y lo nombra Reg. Juntos, deciden aventurarse en el Abyss para encontrar a la madre de Riko. A medida que avanzan, descubren los peligros y los secretos ocultos en las profundidades del Abyss. La serie presenta una animación impresionante y una historia emocionante y conmovedora.

Conoce a los personajes de Made in Abyss

Riko

Riko es pura curiosidad explosiva, una niña con un mapa en la cabeza y ganas de bajar al Abismo ahora mismo; en serio, se le nota en los ojos. Valiente hasta rozar lo imprudente y a la vez con momentos de ternura que te hacen dudar si es una exploradora o una hermana mayor adoptiva. Tiene una sonrisa contagiosa y colecciona recuerdos (bolitas, papeles, a veces piedras raras) aunque jura que no le interesan los souvenirs; no siempre se acuerda de lo que dice, pero nunca olvida a la gente que quiere. Ah, y se pasa por la vida como si siempre tuviera una nota en la manga — a veces ordenada, a veces hecha un lío total, como sus calcetines.

Reg

Reg es como un misterio mecánico envuelto en inocencia; al mismo tiempo es una máquina de destrucción y un perro leal, creo que eso suena raro pero es verdad. Tiene fuerza descomunal y brazos que te hacen temblar (literal), pero su manera de explorar sentimientos es torpe y adorable, como si estuviera aprendiendo a ser humano. No recuerda todo de su pasado y eso le da un aire melancólico, aunque a veces puede ser sorprendentemente divertido (hace sonidos raros, sí, y a veces imita pájaros). Protector hasta los huesos, silencioso y con gestos pequeños que lo dicen todo; además, insisto, le gustan los abrazos aunque no lo admita.

Nat

Nat es el tipo de persona que parece hecha de sensatez y café (no sé si es café, pero me lo imagino), siempre con los pies en la tierra y listísimo para arreglar cualquier cosa. Es práctico, solidario y un amigo que aparece cuando menos te lo esperas, con humor seco y paciencia infinita — a veces se pone muy serio de golpe y da miedo, pero vuelve a bromear enseguida. Tiene costumbres raras, como tocarse la oreja cuando miente (o eso dicen), y se le da bien lo manual: arregla cosas, cuenta historias cortas y sabe escuchar. No es el héroe ruidoso, pero sin él el grupo no sabría ni atarse los zapatos, literal.

Shiggy

Shiggy es un corazón gigante con cara de buen tipo, siempre dispuesto a dar una mano y con esa risa que te pega (es contagiosa, en serio). Le encanta cocinar o al menos intentarlo, y tiene una habilidad para meter la pata en momentos dramáticos que resulta entrañable; a veces serio, a veces bobalicón, nunca aburrido. Se nota que cuida de la gente a su alrededor, aunque tampoco tiene miedo de soltar una verdad incómoda cuando hace falta — y lo hace con una sonrisa. Ah, y siempre lleva algo encima (una cuchara, una nota, una historia triste) que saca en el momento menos esperado.

Marulk

Marulk es el tipo metódico que te sorprende con su big heart; trabaja en lo suyo con calma y tiene una paciencia criminal para todo lo que sea ordenar o curar (sí, cura y encima te explica con detalle raro). Es amable pero tiene un humor seco que aparece en frases cortantes; también colecciona cosas pequeñas, como etiquetas o botones, por razones que nadie termina de entender. Le da a todo un toque hogareño — cocina, limpia, murmura recetas — y a la vez guarda secretos profesionales que lo hacen mucho más complejo de lo que aparenta. A veces parece tímido, otras un poco descarado; es contradictorio y por eso es tan entretenido.

Ozen

Ozen es pura fuerza y sarcasmo concentrado, la clase de persona que te mira y sabe todo sobre ti pero no te lo dice (o te lo grita). Impone respeto solo con la presencia: dura, directa, extremadamente capaz y con historias que te harían temblar — y sí, también tiene un cariño retorcido hacia los que considera valiosos. Te humilla con frases cortas pero, sorpresa, hay capas de afecto raro ahí (no lo admitiría jamás, obvio). Tiene hábitos extravagantes, como hablar de fósiles mientras muerde cosas fuertes o probarte la determinación con un encogimiento de hombros; intimidante pero fascinante.

Kiyui

Kiyui da una sensación de fragilidad dulce pero con un fondo de resiliencia que te rompe el corazón y te lo recompone a la vez. Es tímida, a veces casi un susurro, y sin embargo sus gestos son enormes en significado: cuida, ofrece, observa con ojos muy grandes y parece entender más de lo que dice. Tiene manías pequeñas, como tocarse el borde del vestido cuando está nerviosa, y momentos de valentía inesperada que te hacen levantar la ceja. En resumen: pequeña apariencia, impacto gigante; entra y gana simpatías sin pedir permiso.

Simred

Simred es el típico cabeza de rompecabezas, meticuloso y un poco obsesivo con los detalles (mapas, datos, listas interminables), pero en el buen sentido; me encanta. Le gusta planear, anotar y corregir a la gente con cariño, aunque a veces se pierde en sus propias notas y se olvida de comer — o eso me han dicho. Tiene un aire académico pero sin pretensiones, como el amigo que siempre tiene la referencia perfecta para cualquier historia. Y claro, puede ser distraído con las cosas sociales pero cuando se centra es implacable… en el mejor de los sentidos.