¿Quién eres de Rurouni Kenshin según tus preferencias alimentarias?
Si eres fanático de Rurouni Kenshin y te encanta la comida, este quiz es perfecto para ti. ¿Alguna vez te has preguntado qué personaje de esta famosa serie de anime eres según tus preferencias alimentarias? Si es así, estás en el lugar correcto. En este quiz, responderás a una serie de preguntas sobre tus comidas favoritas y tu forma de comer para descubrir qué personaje de Rurouni Kenshin se adapta mejor a tu estilo de alimentación. ¿Estás listo para descubrir quién eres? ¡Comenzar ahora!

Sobre Rurouni Kenshin en pocas palabras:
Rurouni Kenshin es una serie de anime que sigue la historia de Kenshin Himura, un espadachín que solía ser un asesino durante la época de la Restauración Meiji en Japón. Después de la guerra, Kenshin decide dejar su vida de violencia y se convierte en un vagabundo que ayuda a la gente en problemas. A medida que viaja por Japón, se encuentra con varios personajes, algunos amigos y otros enemigos, y lucha contra ellos con su técnica de espada única. La serie tiene acción, drama y romance y es muy popular entre los fans del anime y manga.
Conoce a los personajes de Rurouni Kenshin
Himura Kenshin
Kenshin es ese tipo que te derrite el corazón y te deja pensando al mismo tiempo, serio pero con una sonrisa casi tímida, y sí, a veces parece que no sabe si reír o llorar (spoiler: muchas veces llora por dentro). Fue el temido Hitokiri y ahora vive con la promesa de no matar jamás, usa una sakabatō que mola un montón, aunque jure que solo la usa por moral, no por estética (mentira, un poco por estética también). Tiene una calma zen que te hace creer que todo va a salir bien, pero ojo, que debajo hay recuerdos pesados y a veces se queda mirando al vacío como si leyera el pasado. Le encantan los dulces y es sorprendentemente torpe con las cuentas y la cocina; jura que cocina bien y luego nadie puede probarlo, pero eso no le quita encanto.
Kamiya Kaoru
Kaoru es fuego puro, la sensei del dojo que no se deja avasallar por nadie —tiene una paciencia enorme y a la vez te golpea si te portas mal, y es adorable cuando se enfada, de verdad—. Cree en el honor del kenjutsu y en la familia que construye con sus alumnos, aunque a veces sea un poco ingenua y confíe demasiado rápido (pero eso la hace humana, ¿no?). Es tremendamente protectora, cocina para todos (y sí, su curry es una bomba —para bien o para mal—) y siempre intenta mantener el dojo en orden, aunque olvida regar las plantas misteriosamente. Tiene esa mezcla de madre-dojo-tehachadora que te sorprende: fuerte, sensible, y con debilidad por recordar cumpleaños y olvidar dónde dejó sus llaves.
Myōjin Yahiko
Yahiko es el joven típico que quiere ser samurái y gritar “¡Entrenadme!”, todo bravura, orgullo y un ego que choca con su tamaño enanos; adorable y bastante cabezota. Es un huérfano con actitud, aprende rápido y tiene una admiración enorme por Kenshin que a veces se transforma en competición ridícula (sí, pelea por tonterías, pero con honor). Se pelea con todo el mundo excepto con quien respeta, y es sorprendentemente sentimental en los momentos clave, aunque lo niegue con gruñidos. Le encanta comer (como todos), le pierde el orgullo y a veces hace trampas en juegos porque “no sabía que estaba perdiendo” —pequeñas mentiras que luego olvida—.
Sagara Sanosuke
Sanosuke es pura energía y puños, un tipo que vive by-the-seat-of-his-pants, siempre listo para un desafío y con una filosofía de vida un tanto… flexible (no le preguntes por finanzas). Ex miembro de la Sekihōtai, guarda rencores y le encanta pelear, pero es leal hasta la médula, y protege a sus amigos como si fueran su familia —eso lo hace entrañable, aunque ruidoso—. Es de hambre constante, come como si no hubiera mañana y tiene cero talento para ahorrar dinero (literalmente lo tira todo en monedas, o en algo más estúpido). Tiene momentos de sabiduría sincera que te sorprenden, frases que parecen salidas de un héroe épico aunque normalmente esté diciendo burradas.
Takani Megumi
Megumi es la doctora-genio con pasado oscuro y una lengua afilada, mezcla de científica práctica y madre adoptiva para el grupo (sí, la regaña pero te cura con estilo). Viene de un pasado complicado con la medicina, se le nota en cómo mira las cosas con frialdad a veces, pero también tiene un corazón enorme que saca a relucir con los más débiles. Es torpe en lo social (se pone roja, hace chistes malos) y curiosamente colecciona frascos y pequeñas muestras, como una niña con su tesoro, lo cual da ternura y misterio a la vez. Le chiflan los dulces y siempre tiene vendas a la mano, aunque suele tropezar en momentos raros —mujer de ciencia que es un caos adorable, básicamente—.
Shinomori Aoshi
Aoshi es hielo y disciplina: el líder serio de los Oniwabanshu, eficiente, silencioso y obsesionado con la perfección, con una mirada que te deja sin aliento (en el buen y mal sentido). Tiene un orgullo grande y una historia de culpa que lo empuja a veces a extremos; se recupera lento y no es de muchos abrazos, pero su lealtad es feroz y fría, como él. Es meticuloso hasta en cosas ridículas, tipo su ritual de té (sí, le gusta el té —alo, quién lo diría—) pero luego olvida comer cuando está concentrado; contradicciones vivas. Hay pinceladas de ternura que asoman con Misao o con la gente que respeta, y eso, wow, te rompe el armario de hielo un poco.
Saitō Hajime
Saitō es la ley hecha persona: seco, cortante, con la filosofía “Aku soku zan” (el mal debe ser cortado) como si fuera su regla de vida; habla poco, observa mucho, y tiene esa aura de que no le gusta perder el tiempo. Es implacable pero no estúpido, sigue un código que a veces parece frío pero rara vez falla en justicia —o en su concepto personal de ella—. Tiene un sarcasmo que mata y un porte que intimida; fuma, come poco y siempre parece tener algo planeado, incluso cuando parece dormido. Curiosamente, tiene gestos pequeños que lo humanizan (uno espera que tenga un gato o que le gusten las flores, y a veces te sorprende con algo tierno), lo cual lo hace más interesante y misterioso.
Makimachi Misao
Misao es un torbellino ninja adorable: hiperactiva, veloz, fanfarrona y con una lealtad que abruma, siempre saltando de aquí para allá como si todo fuera una aventura. Tiene un gusto por los chismes, las travesuras y por fastidiar a los tipos serios (Aoshi, te estoy mirando), pero también sabe ser seria cuando hace falta, y tiene momentos sorprendentemente maduros. Colecciona cosas raras (pequeños amuletos, chapas, cosas brillantes) y tiene un lado ñoño —adora los dulces y las cosas suaves, uy— que choca con su fachada de ninja dura. Es torpe con las flores y a veces se le caen las palabras, pero cuando la situación lo exige se vuelve peligrosa en el buen sentido; es casi imposible no quererla.
