Sobre Violet Evergarden en pocas palabras:

Violet Evergarden es una serie de anime que sigue la historia de Violet, una joven soldado que busca su lugar en el mundo después de la guerra. Con la ayuda de su mentor, Claudia, Violet comienza a trabajar como Auto Memories Doll, una escritora de cartas profesional que ayuda a las personas a comunicarse sus sentimientos y emociones. A medida que escribe cartas para diferentes clientes, Violet también comienza a descubrir sus propias emociones y a entender la importancia de la comunicación en las relaciones humanas. La serie es una conmovedora exploración de la empatía, la compasión y el amor en un mundo post-bélico.

Conoce a los personajes de Violet Evergarden

Violet Evergarden

Violet es esa belleza silenciosa que te atrapa sin querer, una mezcla de precisión militar y ternura incómoda (sí, sus manos parecen siempre listas para escribir, pero también para sostener una taza de té con demasiada delicadeza). Antes soldado, ahora Auto Memory Doll, intenta entender las palabras que le dijeron una vez y que aún le persiguen; hay algo de muñeca y algo de persona real en ella, y a veces se le olvida sonreír y otras sonríe demasiado. Es increíblemente competente y fría en apariencia, pero se le escapan pequeños gestos que son puro poema —colecciona cintas, creo, o ¿eran mariposas?—. Me encanta que sea tan seria y a la vez tan, tan curiosa; pura contradicción adorable.

Gilbert Bougainvillea

Gilbert es el tipo de personaje que se siente más como una ausencia más que una presencia a veces, y aun así manda todo el corazón de la historia; caballeroso, directo, con esa calma que te rompe por dentro. Es un líder nato, pero no un bruto: educado, paciente, y con una mirada que te dice “confía en mí” (y luego desaparece dramáticamente, claro). Tiene ese aura de ideal romántico pero también unas manías raras, como ordenar papeles o jugar con una pluma cuando piensa —no sé por qué eso me mata de ternura—. ¿Y su risa? Rara vez, pero cuando se suelta es como sol y luego lluvia.

Cattleya Baudelaire

Cattleya es la tía genial del grupo, toda glamour y flores, exagerada y perfecta para el drama pero con un corazón enorme debajo del maquillaje; habla como si todo fuera un performance y, mira, casi siempre lo es. Auto Memory Doll veterana, protege a Violet con ese orgullo teatral que a veces raya en lo maternal (y otras en diva, depende del día). Le encanta el té, o tal vez el brandy, y usa sombreros exagerados —a veces parece que cambia la personalidad con el sombrero, juro que lo hace—. Es un personaje ruidoso en el mejor sentido: te hace reír y luego te hace llorar con un solo gesto.

Anne Magnolia

Anne es suave pero no floja, de esas personas que parecen calmadas hasta que se te cruzan y entonces muestran una fuerza inesperada —tiene mucha paciencia, pero cuidado con subestimarla—. Se siente como la amiga que cocina cosas ricas y te escucha toda la noche, aunque también guarda secretos y heridas que salen a ratos en miradas largas. Es práctica, con sentido común y a la vez un poco soñadora (sí, contradicción otra vez, lo siento, es que todos aquí son así). Me imagino que su risa es baja y contagiosa; a veces se ríe sola cuando recuerda algo tonto.

Claudia Hodgins

Hodgins es esa mezcla de jefe gruñón y padre de peluche que no sabías que necesitabas; viejo soldado, empresario y con un pasado pesado, pero también el que arregla cosas y da consejos duros con cariño. Tiene un humor seco, fuma —o finge que fuma— y te mira como si leyera el alma; es difícil, sí, pero se le ve el corazón en pequeñas acciones, no en palabras grandilocuentes. A veces parece rudo hasta la hiel, otras veces aparece con un pastel sorpresa y no sé de dónde salió eso (misterios de Hodgins). Es la roca del equipo, aunque secretamente sea el que más se preocupa por las cartas que escriben los demás.

Erica Brown

Erica es la chispa viva: energética, parlanchina, la que siempre tiene una historia exagerada y un dulce en el bolsillo —actriz de sentimientos, vive para el drama pequeño y las amistades grandes. Trabaja como Auto Memory Doll (o algo parecido, ya sabes, siempre en el centro del cotilleo) y es la que anima cualquier cuarto; a veces es cursi, a veces es profundamente sabia sin proponérselo. Es un poco torpe con los papeles importantes pero perfecta para las cartas que necesitan corazón, no protocolo; además, jura que puede imitar a cualquier persona y de verdad lo intenta. Y sí, cambia de opinión cada cinco minutos, pero esa inconstancia la hace adorable.