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¿Quién eres de ‘Yu-Gi-Oh!’ según tus preferencias alimentarias?

¡Bienvenidos a nuestro quiz de 'Yu-Gi-Oh!'! Si eres un fanático de la serie, seguro que te has preguntado alguna vez qué personaje serías según tus preferencias alimentarias. ¿Eres más como Yugi, que prefiere la comida dulce y suave, o como Joey, que ama la comida rápida y salada? ¿Tal vez te identificas con Tea, que disfruta de la comida saludable y equilibrada? En este quiz, descubrirás quién eres de 'Yu-Gi-Oh!' según tus gustos culinarios. ¡No esperes más y comienza ahora mismo! Haz clic en el botón 'Comenzar' para empezar el quiz. ¡Que empiece la aventura!

Bienvenido al cuestionario: ¿Quién eres de Yu-Gi-Oh! según tus preferencias alimentarias?

Sobre Yu-Gi-Oh! en pocas palabras:

Yu-Gi-Oh! es una serie de anime y manga que sigue la historia de Yugi Muto, un joven estudiante que descubre un antiguo artefacto egipcio llamado el rompecabezas del milenio. Al resolver el rompecabezas, Yugi despierta a un espíritu antiguo llamado Yami Yugi, quien posee habilidades sobrenaturales en el juego de cartas Duelo de Monstruos. Juntos, Yugi y Yami Yugi participan en torneos de Duelo de Monstruos y enfrentan a otros jugadores para proteger a sus amigos y resolver misterios antiguos. La serie ha sido muy popular desde su lanzamiento en 1998 y ha inspirado una gran cantidad de juegos de cartas, videojuegos y películas.

Conoce a los personajes de Yu-Gi-Oh!

Yugi Mutou

Yugi es ese corazón gigante envuelto en timidez y en un peinado imposible, pero ojo, no es flojo: cuando la situación lo pide se transforma y manda sin pedir permiso, jaja. Es dulce, ingenuo y siempre dispuesto a creer en la gente —a veces demasiado—, y es muy raro verlo enfadado… hasta que lo haces, entonces cambia todo. Ama los rompecabezas y los videojuegos, pero también es fan secreto de los dulces a media noche (sí, lo confiesa a veces y otras veces lo niega). Tiene una paciencia de santo y una lealtad que te derriba, aunque cada tanto olvida dónde dejó el hatillo, cosa que me vuelve loco.

Katsuya Jonouchi

Joey —digo, Katsuya— es puro músculo con corazón de oro: explosivo, protector y siempre listo para lanzarse al combate sin pensarlo mucho. Es torpe, grita bastante y a veces parece que no escucha, y sin embargo tiene una intuición sorprendente cuando importa; no sé cómo funciona eso. Le encanta la comida simple (ramen, hamburguesas, lo que caiga) y guarda chucherías en los bolsillos como si estuviera armando un refugio mental. Es el clásico amigo que te pega una buena regañina y luego te presta su chaqueta sin preguntarte; contradictorio, intenso, totalmente querible.

Anzu Mazaki

Anzu es la amiga enérgica que organiza todo y al mismo tiempo llora con una película romántica a las tres de la mañana, sí, esa mezcla tan confusa que la hace real. Es decidida, líder cuando hace falta y tiene una mala costumbre de meterse en líos por intentar ayudar —pero siempre sale bien, o casi siempre—. Le gusta bailar, tiene una risa contagiosa y colecciona pequeñas libretas con notas ridículas que nadie más entiende; a veces es muy práctica y otras se distrae con una nube y adiós lógica. Es maternal sin perder estilo y te da la sensación de que podría ganar una discusión y luego pedirte perdón por haberla tenido.

Hiroto Honda

Hiroto es el amigo de barrio, leal, firme y con una energía como de hermano mayor que te protege aunque seas mayor que él —no es broma, roce de ego ahí—. Es deportista, clásico amante de deportes y de la palabra justa, pero también guarda manías absurdas: ordena su mochila por colores y luego la tira al suelo como si nada. Es práctico, a veces un poco suspicaz, y tiene ese orgullo que cuesta trabajar pero que aparece en el momento necesario para respaldar a sus amigos. Le gusta mantener la calma pero si le pisan el orgullo se enciende; lo ves y dices “bueno, confío en él”, aunque también ronca raro cuando duerme.

Ryo Bakura

Bakura es el misterio andante envuelto en apariencia tímida y una sonrisa dulce que nunca te termina de convencer del todo, ¡en serio! Por fuera parece tranquilo, amante de antigüedades y con gusto por las cosas pequeñas —muñecos, amuletos, esas cosas—, pero hay una sombra que lo vuelve inquietante y fascinante a la vez. Tiene momentos de olvido total y luego repentinamente recuerda cosas antiguísimas como si hubiera vivido otras vidas; es contradictorio y eso lo hace increíble. Es vulnerable y peligroso en dosis iguales, te enternece y te deja mirando por la ventana pensando si deberías llevarle sopa o llamar a alguien.

Seto Kaiba

Kaiba es pura determinación fría con un iPhone imaginario en la mano y una sonrisa que dice “te aplasto” sin más, y lo digo con cariño maligno. Es un genio egocéntrico, adicto al control y obsesionado con los dragones —Blue-Eyes forever—, y su intensidad choca con momentos casi ridículos de ternura hacia su hermano (sí, lo admito, hay algo ahí). Es competitivo hasta en la compra de cereales y guarda rencores como si fueran trofeos, pero a ratos hace cosas que no cuadran con su fachada de hielo, tipo comprar una peluche rara por nostalgia. Lidera con mano dura y estilo, y aunque grite mucho, no puedes evitar admirarlo; es como ver un terremoto con corbata.

Mokuba Kaiba

Mokuba es la versión pequeña e inocente del drama familiar de los Kaiba, dulce pero con un fondo fuerte que aparece cuando menos lo esperas. Es cariñoso, a veces timidito, y tiene un gusto extremo por los peluches y los videojuegos (aunque jura que no juega demasiado, mentira). Actúa como si no le importara la fama y el dinero, pero cuando alguien se mete con su hermano se transforma en mini huracán vengador; contradicciones incluidas, claro. Tiene una risa que derrite a cualquiera y unas frases que son pura sinceridad infantil, y sospecho que guarda un montón de secretos en esa mochila pequeña.

Miho Nosaka

Miho es una especie de misterio dulce de secundaria, tímida en público pero con un fuego interno que sale cuando se siente cómoda, no sé, me encanta ese contraste. Es lectora empedernida, coleccionista de stickers raros y a veces parece hablar con las plantas; no sé si lo hace en serio o lo siembra todo en mi cabeza, pero queda monísimo. Tiene gestos torpes que la hacen adorable y de vez en cuando deja escapar opiniones súper filosas que te sorprenden porque pensabas que era más reservada. Es de esas amigas que aparecen con chocolate cuando estás mal y luego dicen “no fue nada” —mentira, sí fue todo—, y por eso la quieres.