Sobre Ancient Magus’ Bride en pocas palabras:

Ancient Magus’ Bride es una serie de anime que sigue la historia de Chise Hatori, una joven huérfana que es vendida en una subasta a un mago misterioso llamado Elias Ainsworth. A medida que Chise comienza a vivir con Elias, descubre que ella también tiene habilidades mágicas y comienza a aprender más sobre el mundo de la magia y las criaturas sobrenaturales. Juntos, Chise y Elias enfrentan peligros y desafíos mientras descubren más sobre su conexión y el pasado de Elias. La serie presenta un mundo mágico y fascinante lleno de personajes interesantes y emocionantes aventuras.

Conoce a los personajes de Ancient Magus’ Bride

Chise Hatori

Chise es esa mezcla imposible de frágil y salvaje que engancha al instante, alguien que parece hecha de porcelana rota y raíces —y de repente te recuerda que también sabe pelear cuando hace falta. Callada la mayor parte del tiempo pero con un pensamiento interno que no para, se le van las palabras y luego aparece con la frase más afilada, sí, contradictoria, lo sé. Tiene un gusto curioso por las cosas sencillas (té, pan caliente) y por los objetos raros que colecciona sin sentido aparente; jura que no es sentimental y luego guarda cartas en una caja. A veces parece que no entiende nada y, a la vez, es la persona más observadora de la habitación.

Elias Ainsworth

Elias es, uff, ese profesor-misterio con cabeza de cráneo que derrocha una calma inquietante; formal, curioso y, honestamente, adorablemente torpe en lo social —como si aprendiera modales leyendo manuales. Tiene la mirada de alguien que ha visto siglos y aun así se sorprende por un simple sabor nuevo (no preguntes por su reacción exagerada a la comida picante). Es racional, científico en su manera extraña, pero también capaz de una ternura que te toma por sorpresa y te destroza el pecho; pone lógica en cosas que nadie más entendería. Da la impresión de ser frío y a la vez se le rompe el mundo con pequeños gestos, qué contradicción.

Ruth

Ruth es el tío leal que todos queremos —gruñón, protector hasta lo ridículo y con esa voz que suena a madera vieja y café fuerte. No parece mucho de palabras pero cuida con acciones, y cuando se enfada es mejor salir del camino (y sí, también se preocupa por peinados raros, lo juro). Tiene un sentido del humor seco que aparece en el momento más inapropiado y le encanta silbar canciones que nadie más recuerda; a veces se le olvida el nombre de la cosa que está buscando y luego acaba encontrándola con la cola, literal o figurada. Es simple y complicado a la vez, lo cual es básicamente su encanto.

Angelica Varley

Angelica es esa mezcla entre sofisticada y salvaje, elegante con bolsos que esconden herramientas y una mirada que te examina como si fueras un experimento interesante (porque tal vez lo eres). Aventurera como ella sola, le encanta el peligro en cantidades industriales y tiene una risa que derrite hielos—o que te hace sospechar que planea algo. Puede ser dulce y luego decir la cosa más cruel en tono de broma, no siempre queda claro si está siendo amable o manipuladora, y eso la hace fascinante. Además, creo que colecciona cuchillos antiguos por estética y por costumbre, o eso dijeron, o se lo inventé, quién sabe.

Silver

Silver tiene algo etéreo y triste que te atrapa, como una canción que no puedes dejar de tararear aunque te duela; parece pequeñita pero su inteligencia es aguda, como un bisturí. Callada, casi siempre observando desde un rincón, guarda secretos en los bolsillos y a veces en los pensamientos; es territorial pero también sorprendentemente generosa con quien gana su confianza (cosa difícil). Tiene manías dulces, tipo arreglar pequeños objetos o tejer sin darte cuenta durante una conversación intensa, y luego niega que le guste el cariño… mientras lo acepta, claro. Es misteriosa en el mejor sentido, con un pasado y un sentido del humor sombrío que aparece cuando menos lo esperas.

Lindenbaum

Lindenbaum es la abuela-bruja que te consuela y te asusta en la misma frase; extravagante, maternal y con manos que parecen capaces de arreglar cualquier cosa—o de lanzarte un hechizo, cuidado. Habla mucho, se pierde en historias que no siempre siguen lógica (y a veces confunde anécdotas con mitos, lo admito), pero cuando te escucha parece que el tiempo se para. Tiene un jardín lleno de plantas raras que probablemente hablan entre ellas y una risa que es a la vez acogedora y un poco siniestra; come cosas extrañas, eso es oficial. Es protectora hasta el extremo y, sí, tiende a dramatizar cosas pequeñas, pero ¿no lo haríamos todos si tuviéramos su archivo de memorias?

Leanan Sidhe

Leanan Sidhe es pura contradicción: encantadora como un poema y peligrosa como una tormenta, capaz de inspirar lo mejor y lo peor en los artistas que toca. Es seductora sin esfuerzo, habla en metáforas y te regala belleza y dolor en la misma bocanada —lo romántico y lo mortal, todo junto—. A ratos parece cariñosa y maternal, luego se retrae en algo frío y distante, y te deja con la sensación de que has estado bailando con fuego (y con música preciosa). Tiene caprichos artísticos rarísimos (colecciona bocetos rotos, según dicen) y un aire de tragedia inevitable que la sigue donde va.