Sobre Fruits Basket en pocas palabras:

Fruits Basket es una serie de anime y televisión que sigue la historia de Tohru Honda, una chica huérfana que vive en una tienda de campaña en el bosque después de la muerte de su madre. Un día, Tohru se encuentra con la familia Sohma, quienes son víctimas de una maldición que los transforma en animales del zodiaco chino cuando son abrazados por alguien del sexo opuesto. Tohru se convierte en amiga de los Sohmas y descubre más sobre la maldición y los secretos de la familia. La serie explora temas como la familia, la amistad y el amor mientras los personajes luchan por superar sus traumas y encontrar la felicidad.

Conoce a los personajes de Fruits Basket

Hiro Sohma

Hiro es ese hermano mayor silencioso que te sorprende por lo dulce que puede ser, pero que también tiene una reserva de paciencia casi infinita (o eso parece hasta que le tocan a su hermana). Protector a su manera, a veces parece más niño que el que cuida, y otras veces es sorprendentemente serio como si llevara un pequeño mundo encima. Se le notan pequeños hábitos raros, tipo coleccionar botones o escribir notas en servilletas, nadie lo entiende del todo. A veces se ríe como si nada y al segundo se le viene la mirada preocupada, y eso es exactamente lo que lo hace adorable.

Kisa Sohma

Kisa es puro azúcar y timidez, pero ojo, tiene una determinación que te parte el corazón; es súper cariñosa y se aferra a quien confía en ella. Parece pequeñita y asustada todo el tiempo pero cuando se enoja (sí, lo hace) su furia es instantánea y es sorprendentemente ruidosa. Le encanta dibujar y tiene una colección enorme de peluches, aunque algunos días quiere salir corriendo y gritar al mundo; es contradictoria y por eso la amas. Tiene esa mezcla de vulnerabilidad y coraje que te hace querer protegerla y también dejarla ser.

Hatori Sohma

Hatori es el médico serio y enigmático con cara de “no me hables antes del café”, pero en realidad es de esos que cargan pesadas historias en silencio. Profesional, metódico y sorprendentemente irónico cuando menos te lo esperas (sí, tiene sentido del humor oscuro). A veces parece distante, otras veces saca a relucir detalles increíblemente suaves, como recordar fechas inútiles o anotar todo en una libreta minúscula. Tiene ese aura de adulto responsable que encima toca el piano a escondidas o guarda un montón de cartas (no me preguntes, lo he imaginado mil veces).

Kagura Sohma

Kagura es puro drama romántico y obsesión adorable, vampírica a la hora de perseguir a su amado, pero a la vez terriblemente frágil cuando le rompen el corazón. Es exagerada, apasionada y con un humor que va de lo dulce a lo violento en un segundo; te juro que a veces da miedo (en el buen sentido). Se pone en plan “te amo para siempre” y luego quiere aplastarte con abrazos gigantes; colecciona cintas y tiene una increíble habilidad para aparecer en los peores momentos. Es profundamente leal y aunque su amor sea un poco intenso, nadie puede negar que vive con el corazón en la mano.

Ayame Sohma

Ayame es la personificación del exceso: flamboyante, teatral y siempre con una historia ridículamente divertida que contar (y que seguramente exagera, claro). Diseñador de moda, amante de lo hermoso, habla en monólogos y hace poses dramáticas por deporte; a veces dan ganas de tirarle confeti. Es un encanto insoportable que te invita a cenar única y exclusivamente para vestirte con algo más llamativo; tiene una sensibilidad enorme bajo toda esa fanfarronería. Y sí, a veces es muy cursi, pero también tiene un punto de ternura que te hace perdonarle todo.

Isuzu (Rin) Sohma

Rin es intensa, de pocas palabras pero cuando habla se siente como una declaración; fría por fuera, ardiente por dentro, y muy, muy directa. Tiene cicatrices (no solo físicas, obvio) y una libertad que asusta y atrae al mismo tiempo; no es de complacer a nadie pero cuando se preocupa lo hace con todo. Tiene manías raras, como preparar dulces extrañísimos o fingir que odia los abrazos (pero los acepta en secreto), y a veces fuma pero también cultiva pequeños bonsáis —contradicciones everywhere—. Su lealtad es feroz y su amor es un volcán que explota una sola vez y ya no hay vuelta atrás.

Arisa Uotani

Arisa es la amiga ruda con corazón puro, ex-delinquente transformada en protectora oficial de la ternura ajena; queda perfecto – no me preguntes por qué siempre tiene chicle. Le encanta pelear cuando hace falta, pero también es la primera en cocinar para todos y en defender a quien lo necesite con una rudeza amorosa que derrite. Tiene mil historias callejeras que mezcla con frases motivacionales y a veces canta cosas raras a deshora; su risa es contagiosa y su lealtad, imbatible. Es la amiga que aparece con una chaqueta extra, consejo dudoso y un helado en la mano; imprescindible.

Tohru Honda

Tohru es el sol personificado: dulce hasta rozar lo ingenuo, pero con una fortaleza silenciosa que te deja sin palabras. Tiene esa habilidad mágica de escuchar sin juzgar y de convertir cualquier desastre emocional en algo que, de algún modo, se arregla (con sopa y sobremesa). Es torpe, sí, siempre tropieza o canta en voz baja, y a la vez tiene una sabiduría antigua como si su corazón fuese una biblioteca. A veces parece que podría desaparecer de la ternura, y otras veces te da una mirada que te pone en tu lugar; adorable y sorprendentemente firme.

Kyo Sohma

Kyo es puro fuego: temperamental, orgulloso, siempre con ganas de pelear y, sin embargo, con un centro roto que no para de latir. Tiene ese rollo de “odio las reglas” al que nadie se resiste, y te juro que su mezcla de rabia y suavidad es adictiva; es agresivo pero se sonroja con una facilidad sospechosa. Le gusta golpear cosas (y a veces personas, mal), pero también tiene gestos ridículamente tiernos (guardando trozos de cosas, coleccionando recuerdos inútiles). Es contradictorio, apasionado y dolorosamente humano; básicamente drama con ojos bonitos.

Yuki Sohma

Yuki parece perfecto en la superficie: pulcro, elegante, tranquilo, el príncipe que todos miran, pero por dentro es un mar de inseguridades enormes. Tiene una presencia casi fría que de repente se quiebra con una risa nerviosa o con un gesto pequeño que te parte en dos; es muy delicado en sus obsesiones (tipo peinarse cinco veces) y luego se olvida de comer. Es misterioso, adorablemente distante y con un talento innato para herir sin querer, porque no sabe cómo pedir cariño de otra manera. A veces es el más lógico del grupo y al instante el más perdido; una contradicción hermosa que no paras de mirar.