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¿Quién eres en Yashahime según tus preferencias alimentarias?

Si eres fanático de Yashahime, seguro te has preguntado a qué personaje te pareces más. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué personaje eres según tus preferencias alimentarias? En este quiz, descubrirás si eres más como Towa, Setsuna o Moroha en base a tus gustos culinarios. ¿Eres fanático de la comida picante como Towa, o prefieres algo más dulce como Setsuna? ¿O tal vez eres un amante de la comida rápida como Moroha? ¡Descúbrelo ahora haciendo clic en el botón Comenzar y diviértete con este quiz!

Bienvenido al cuestionario: ¿Quién eres en Yashahime según tus preferencias alimentarias?

Sobre Yashahime en pocas palabras:

Yashahime es una serie de anime que sigue a las hijas de los personajes principales de Inuyasha. Towa y Setsuna son gemelas que fueron separadas cuando eran jóvenes y ahora tienen que reunirse para luchar contra los demonios que amenazan la paz en el Japón feudal. Con la ayuda de su prima Moroha, una cazadora de recompensas, las tres chicas emprenden una aventura emocionante llena de acción, magia y misterios por descubrir. La serie combina elementos de fantasía, acción y comedia para crear una experiencia única y emocionante para los fans de Inuyasha y para los nuevos espectadores por igual.

Conoce a los personajes de Yashahime

Towa Higurashi

Towa es ese personaje que siempre parece tener todo bajo control pero luego te sorprende rompiendo su propia regla número uno (sí, la de “no comer postre antes de la cena”). Es seria, responsable, claro, la hermana que planea y organiza, pero en el fondo es una sentimental empedernida que se aferra a una tortilla de arroz como si fuera un amuleto. Le encanta la tecnología moderna y al mismo tiempo guarda recetas antiguas como si fueran secretos de familia; a veces olvida las fechas pero nunca olvida un sabor. Ah, y jura que no le gustan los dulces… hasta que prueba algo y se convierte en otra persona, dramático pero adorable, como siempre.

Setsuna

Setsuna es el alma silenciosa, la clase de persona que actúa primero y habla después (o nunca), y aun así transmite más que muchos con mil palabras. Experta, fría en el campo, pero hay momentos en que se le escapa una sonrisa tonta cuando huele algo familiar — extraño y precioso, ¿no? Siempre lista para pelear, pero secretamente colecciona pequeñas bolsitas de té (sí, no tiene sentido, yo sé). Le choca el desorden pero suele perder las llaves todos los días, pequeñísimos misterios que la hacen humana.

Moroha

Moroha es pura energía: independiente, descarada, felizmente caótica y con una risa que te atrapa; es la típicamente imprudente que dice “sí” y luego pregunta “¿por qué?”. Cazadora, lista para la aventura y con un apetito tremendo (ramen a cualquier hora, no discutas), pero también sorprendentemente sentimental con objetos absurdos, tipo una bufanda que siempre está sucia y que no puede tirar. Tiene esa mezcla de niña y guerrera que te desconcierta porque es feroz y a la vez se asusta con películas de fantasmas. Y, por cierto, jura que no le gusta el picante y luego pone chili en todo; contradicciones deliciosas.

Hisui

Hisui es tranquilo, con una calma casi meditativa, el tipo de persona que escucharías y pensaría “wow, necesito una siesta como esa”, en el buen sentido. Es cuidadoso y atento, siempre pensando en los demás, aunque a veces se pierde en sus propios pensamientos y se olvida de comer (irónico para alguien tan hogareño). Guarda pequeñas cosas — botones, notas, papeles doblados — y promete organizarlos algún día (ese día puede que nunca llegue). Tiene un sentido del humor seco que aparece en los peores momentos y te hace reír cuando menos te lo esperas.

Gyokuto

Gyokuto tiene ese aire de viejo sabio pero con un brillo travieso en los ojos, como si acabara de planear una broma cultural milenaria; más complejo de lo que parece. Es refinado, algo teatral, habla con proverbios y luego demuestra que también aprecia lo simple, como un buen pan tostado con mantequilla (sí, el contraste me mata). Le encanta coleccionar objetos raros y a la vez desprecia el materialismo, lo cual es hilarante porque su habitación parece una tienda de curiosidades. A veces exagera las historias hasta el punto de que no sabes si creerle, y te da igual, porque escucharlo es la mitad de la diversión.

Kin’u

Kin’u es elegante y afilada, esa persona que calcula cada movimiento y que parece fría hasta que la conoces y descubres que guarda cartas y notas cursis en un cajón (no me lo niegues). Tiene ojos de estratega y gusto por la estética: todo debe encajar, pero curiosamente apila platos sucios en la encimera como si fuera arte moderno. Segura de sí misma en batalla y en la mesa, le encanta la comida bien presentada aunque luego se la coma con las manos si tiene prisa; esa dualidad la hace fascinante. Es leal hasta la médula y, sí, de vez en cuando deja escapar una risa rarísima cuando nadie la espera.

Hisui

Hisui otra vez, porque sí, hay capas aquí — esta versión se siente más juguetona en los bordes: amable, un poco distraída y con hábitos raros como probar todo lo que cocinan los demás “solo por si acaso”. Tiene una paciencia de monje pero luego se entusiasma con cosas pequeñísimas, como botones con dibujos o pelusas con forma de animal; contradicciones tiernas a montones. Le encanta ayudar y puede ser sorprendentemente dura en su silencio, tipo firme pero comprensiva; además, si le das un té, probablemente te cuente una historia extraña. No es perfecta, se pierde en los detalles y a veces se contradice, lo que la vuelve precisamente adorables.

Takechiyo

Takechiyo es ese pequeño enigmático que aparentemente sabe más de lo que admite y hace travesuras con una sonrisa angelical que no convence a nadie — pero funciona. Juguetón, curioso, y un poco mandón, ama los dulces pero se hace el difícil frente a extraños; muy teatral a veces, pero luego se achanta y pide apoyo como un niño normal. Le gustan los objetos brillantes y las bromas inocentes, aunque de vez en cuando arma un lío que nadie esperaba (y luego niega todo, claro). Tiene una mezcla adorable de timidez y descaro que te deja siempre con ganas de protegerlo y de reírte al mismo tiempo.