Sobre Knightfall en pocas palabras:

Knightfall es una serie de televisión de drama histórico que sigue la historia de los Caballeros Templarios en el siglo XIV. La serie se centra en la búsqueda del Santo Grial por parte de los caballeros y la lucha por el poder y la influencia en la Iglesia y la sociedad europea de la época. La serie presenta un reparto de personajes históricos y ficticios, incluyendo al líder templario Landry du Lauzon y al rey francés Felipe IV. La serie es conocida por su acción emocionante, sus giros y vueltas dramáticos y su representación visual impresionante de la Edad Media.

Conoce a los personajes de Knightfall

Landry

Landry es ese tipo de caballero que parece tallado en roca pero con un corazón que no deja de romperte; serio, leal hasta lo ridículo y con una fe que a veces parece demasiado grande para su pecho. Lidera con mano firme y con cicatrices —más emocionales que físicas, aunque tiene unas cuantas— y siempre huele a humo y a tiza de mapas, juro que a veces huele a pan recién hecho también, no sé por qué. Tiene principios que defendería con la vida, aunque de vez en cuando hace cosas que te sorprenden (sí, como escabullirse a ayudar a los pobres en secreto, shh). Es intenso, dramático y, mira, a veces habla con la espada como si fuera un hermano; a la vez es sorprendentemente torpe con las flores o en fiestas.

Gawain

Gawain es el músculo y el rugido de cualquier sala, un tipo impulsivo, valiente y con más confianza de la que debería, pero en el fondo quiere ser el héroe de una canción, aunque diga que odia la poesía. Le encanta pelear, le encanta demostrar cosas, y tiene un sentido del honor casi infantil —en el buen sentido—, pero también colecciona pequeñeces sentimentales (sí, ¡llévate eso! guarda una pluma rota en su casco). Loyal hasta la médula con sus amigos, puede ser un poco bocazas y demasiado directo, lo cual genera problemas pero lo hace imposible no quererlo. Y ojo, es menos bruto de lo que aparenta; tiene una paciencia rara cuando se trata de entrenar a novatos, ¡casi tierna!

Tancrede

Tancrede es el guardaespaldas serio y el idealista cansado al mismo tiempo, con una mirada que vale por mil discursos y una sonrisa que rara vez ofrece pero cuando lo hace quema. Es orgullo y disciplina, de esos que siguen el código incluso cuando no les conviene, y hay algo muy dulce en su lealtad, aunque a veces jura que no siente nada —mentira—. Tiene manos firmes y ojos que recuerdan errores, y es de esos a los que les salen metáforas de rabia sin querer; también dice que no reza, pero siempre lleva un pequeño símbolo escondido, raro, ¿no? Ojo, puede ser estoico hasta insoportable, pero en el trasfondo hay una ternura que se le escapa en momentos ridículos, como cuando cuida a un caballo con más delicadeza que a sí mismo.

William De Nogaret

De Nogaret es la mente fría y la sombra detrás de muchas decisiones; manipulador, brillante en leyes y en intrigas, y siempre dos pasos por delante, lo cual da un poquito de miedo pero fascina. Calculador hasta lo enfermizo, sabe usar palabras como armas y disfruta desmontar a la gente con documentos y leyes, no con espadas —aunque no le importa el resultado si eso significa poder—. Tiene un humor seco, casi corrosivo, y contradicciones: dice despreciar la violencia pero no duda en pavimentar el camino para que otros la ejerzan; también colecciona sellos o algo así, o tal vez me lo invento, ¡pero imagínenselo con una extraña afición civil! Es intrigante, peligroso y extrañamente elegante; no es el típico villano, es peor: es práctico.

King Philip

El rey Felipe es autoridad pura con una sombra de paranoia que le sigue como un perro fiel; ambicioso, político hasta el tuétano y con una habilidad aterradora para cambiar el tablero sin que lo notes. Ama el poder y lo administra con estrategias frías, pero a veces se le escapa una humanidad rara —un suspiro cuando piensa en legado, o un gesto tierno con alguien que no esperabas—. Es controlador, inteligente y capaz de decisiones que te dejan pensando “cómo no lo vi venir”, y sí, también le encanta cazar y presumir, aunque jura que lo hace por deporte y no por ego (qué conveniente). Tiene humor seco cuando le da la gana y una mezcla de arrogancia y vulnerabilidad que lo hace un personaje magnético y peligroso a la vez.