Sobre The Witch and the Beast en pocas palabras:

“La Bruja y la Bestia” es una serie de anime que explora las oscuras y emocionantes aventuras de Guideau, una joven maldita por una bruja, y Ashaf, un misterioso hombre con un ataúd a su espalda. Juntos, emprenden una búsqueda llena de peligro, magia y misterio, buscando descubrir la verdad detrás de la maldición y la bruja responsable. Ambientada en un mundo donde las brujas son temidas y veneradas, la serie teje una narrativa compleja de traición, redención y los vínculos inquebrantables formados en las sombras de su viaje.

Conoce a los personajes de The Witch and the Beast

Ashaf

Ashaf es de esos protagonistas que te atrapan sin permiso: serio, cortante y con un pasado que parece hecho de vidrios rotos, pero que a veces se pone a reír como si hubiera contado un chiste malísimo — lo juro, es raro en él. Tiene una habilidad impresionante para mantenerse frío en batalla y luego enamorarse de una taza de sopa caliente (sí, lo he visto), así que nunca sabes si estás frente a un hielo letal o a alguien que colecciona cucharas. Es misterioso pero también demasiado directo cuando le da la gana, y hay algo casi tertiaramente humano en sus contradicciones. En resumen: peligroso, vulnerable y tremendo imán de problemas — y encima te mira como si supiera algo que tú no.

Guideau

Guideau es el compañero que todos necesitamos y a la vez el que nos mete en líos sin pedir permiso; protector, un poquito cascarrabias, y con un sentido del humor que aparece a destiempo (y cuando aparece, es glorioso). Parece hecho para la espada y para los susurros nocturnos, y tiene esa aura de “ya lo he visto todo” que te hace confiar en él aunque no quieras. También colecciona frases raras y a veces habla como si fuera un poema antiguo, y juro que tiene una cicatriz que guarda una historia ridícula y triste a la vez. Si buscas lealtad con aspereza, Guideau es tu tipo — y, bueno, probablemente también guarda dulces en el bolsillo por si acaso.

Phanora Kristoffel

Phanora es pura elegancia oscura: aristocrática, calculadora y con una sonrisa que puede ser un arma blanca; te hipnotiza y luego te deja pensando si eras la marioneta todo el tiempo. Tiene gusto impecable (ropa, té, venenos, todo) y una paciencia artística para manipular situaciones como si fuera ajedrez — pero, sorpresa, a veces pierde la paciencia y baila sola en la cocina a las tres de la mañana. La adoro porque es compleja y nunca del todo predecible; dice una cosa y hace otra, o quizá lo confundo, pero eso la hace viva, ¿no? En el fondo más profundo (o en su armario secreto) hay algo casi tierno — o así me gusta creer — que complica todo y la hace fascinante.

Johan

Johan es el alivio cómico y también el corazón inesperado del grupo, ese que te lanza comentarios imposibles en el peor momento y te salva la vida sin dramatismos. Es simpático, un poco torpe, pero con una valentía sorprendente — no tan grande como la de los héroes trágicos, más bien del tipo “me tropiezo y aún así sigo adelante”. Tiene manías ridículas (colecciona fichas de taberna, no preguntes) y una pésima memoria para fechas importantes pero memoria infinita para anécdotas absurdas. En fin, no es perfecto, para nada, pero si te cae Johan sabes que la historia será más divertida y menos solemne.

Reuben Cole

Reuben tiene ese aire de mentor gastado que no te pide respeto pero lo exige; sabio en sus cosas, brutalmente honesto y con una voz que parece haber narrado mil tormentas. Es práctico, a veces cínico, y guarda secretos que hacen que las peores decisiones parezcan inevitables (y luego te las explica con una taza de café). Le gusta la precisión y odia las excusas, aunque en un arranque sorprendente puede ponerse sentimental y arreglar banditas en las rodillas de cualquiera — sí, lo he visto llorar viendo una puesta de sol, no me mires así. Es el tipo de personaje que te guía, te empuja y te hace pagar por tus errores, pero en el fondo sabe cuándo ser dulce; o eso dice él.