Sobre Doctor Elise en pocas palabras:

“Doctor Elise: La Dama Real con la Lámpara” es una cautivadora serie de anime de 2024 que da vida a la popular novela web y manhwa del mismo nombre. Narra la historia de Elise de Clorance, una ex villana y noble que, después de una serie de errores catastróficos y una muerte trágica, recibe una segunda oportunidad en la vida. Armada con los recuerdos de su vida anterior y sus habilidades incomparables como cirujana, Elise jura enmendar sus errores pasados y dedicar su vida a curar y proteger a quienes la rodean. Mientras navega por las complejidades de la vida en la corte, la intriga política y los desafíos de su vocación médica, los espectadores son testigos de un hermoso viaje animado de crecimiento, redención y la búsqueda del amor y la felicidad.

Conoce a los personajes de Doctor Elise

Elise de Clorance

Elise es esa mezcla extraña de genio médico y anti-heroína que siempre llega tarde pero resuelve el desastre en cinco minutos, como si fuera lo más natural del mundo. Altamente eficiente, con un sarcasmo afilado y una capacidad para decir la verdad en el momento más incómodo —y claro, casi siempre—, pero también tiene una dulce manía de coleccionar bolígrafos (no preguntes por qué). A veces parece fría y calculadora, otras se le escapa una ternura que hace que quieras protegerla (sí, contradicción total, lo sé). Tiene un pasado complicado que pesa en su mirada y una obsesión rara por el té verde que nadie entiende del todo.

Linden de Romanoff

Linden es el noble serio que respira dignidad pero en secreto tiene un sentido del humor seco que solo su círculo más cercano conoce, y cuando se enfada te lo demuestra con silencio eterno —terrible, realmente terrible—. Es estratega, protector hasta el exceso y, sorpresa, secretamente blando con los animales (gatos, sobre todo) y con una flor favorita que nunca admitiría en público. Dice que odia las intrigas políticas y luego manda los hilos desde la sombra, porque claro, todo tiene capas. Le gustan los trajes impecables y tiene la manía de tocar un medallón cuando está pensando; a veces finge ser impenetrable y falla estrepitosamente.

Julian de Childe

Julian es el encanto hecho persona: carismático, un poquito tramposo y siempre con una sonrisa que te hace bajar la guardia… hasta que no te conviene. Aventurero, leal en el fondo (aunque tardíamente), con talento para meterse en problemas y salir con estilo —y sí, también para preparar un pastel terrible pero lo intenta y eso cuenta—. Tiene un pasado oscuro que suena a excusa pero que realmente lo define, y tiene la costumbre de recitar poesía rara cuando cree que nadie escucha (a veces es verdad, a veces no). Es el tipo que dice “no necesito a nadie” y al rato aparece para salvarte, lo cual es adorable y exasperante a la vez.

Lenne de Clorance

Lenne es fuego joven: altiva, impetuosa, con lengua afilada y una ternura escondida que aparece en las peores y mejores ocasiones (tipo llorar viendo una flor, no bromeo). Sabe colarse en conversaciones y también en corazones, es valiente hasta la imprudencia y tiene una colección nada discreta de calcetines desparejados —sí, lo juro—. A veces parece querer romper todo lo establecido y al minuto siguiente actúa como si nada, contradicciones adolescentes pero con mucha enjundia. Le encanta hacerse pasar por distraída para observar a la gente; cuidado, porque no se le escapa nada.

Michael de Romanoff

Michael es el tipo tranquilo que todo el mundo subestima y luego se da cuenta de que era el pilar silencioso todo el tiempo; le guste o no, lleva la responsabilidad como quien respira. Leal, metódico y con un sentido del deber que a veces roza lo obsesivo, tiene hobbies raros como cuidar bonsáis diminutos y cantar en la ducha (muy mal, pero con pasión). Puede parecer rígido pero esconde un humor seco y un dulce secreto por los dulces —créanme, lo verías comerse en secreto una tarta—. Hace las cosas por la gente sin hacer ruido y cuando explota (poco frecuente) impresiona a todos.

Bent

Bent es ese enigma que te encanta odiar: cerebral, frío, con planes que se sienten como ajedrez en tiempo real y una sonrisa que no inspira confianza. Es calculador, elegante en su manera de moverse y con una colección de relojes rotos (sí, relojes rotos —no preguntes, es un tema) que alguien le regaló o robó, depende de la versión. Tiene momentos casi humanos en los que se queda mirando la lluvia como si recordara algo, y luego vuelve a ser la sombra calculadora de siempre; no sabes si compadecerte o temerle. A veces actúa con cierta gentileza inexplicable (con animales, por ejemplo) y eso lo hace aún más confuso y fascinante.