Sobre Harley Quinn en pocas palabras:

Harley Quinn es una serie de televisión animada que sigue las aventuras de la villana del universo de Batman, Harley Quinn, después de romper con su pareja, el Joker. Con la ayuda de su amiga Poison Ivy, Harley intenta hacerse un nombre en el mundo del crimen de Gotham City mientras lidia con la Liga de la Justicia y otros villanos. La serie se caracteriza por su humor oscuro y su violencia gráfica, y ha sido elogiada por su representación de personajes femeninos fuertes y complejos. La serie ha sido renovada para una tercera temporada.

Conoce a los personajes de Harley Quinn

Harley Quinn

Harley es pura energía descontrolada, la amiga que entra a la fiesta y cambia la música a su antojo; a veces es dulce, a veces es una bomba de palomitas con dinamita adentro. Ex psiquiatra, ahora especialista en caos creativo y frases pegajosas, salta de plan loco en plan más loco y se arrepiente (o no) casi nunca. Tiene un corazón enorme para los suyos —pero también un bate que dice cosas— y es increíblemente leal y sorprendentemente organizada en sus propias reglas (aunque jura que no tiene rutina y luego anota todo en post-its). Ah, y colecciona cosas raras; a veces detesta los gatos, otras los abraza como si fueran peluches.

Poison Ivy

Ivy es la calma verde que devora la habitación con elegancia letal; amante de las plantas, activista radical y muy, muy protectora de su jardín humano (sí, eso incluye a Harley). Racional, sensual y con una paciencia casi zen que puede convertirse en ira botánica en un parpadeo, maneja a las plantas como si fueran su orquesta personal. Tiene un lado maternal pero también un filo de “no me toques” que es precioso y mortal, y vive en un techo con enredaderas y a veces en un apartamento moderno, dependiendo del mood. Peca de ser un poco dramatizada cuando habla con su planta favorita —y sí, le pone nombres ridículos y los responde cuando nadie mira.

Clayface

Clayface es un actor moldeable, literalmente: cambia de forma, de voz y de ánimo con una facilidad inquietante y a la vez tristísima. A veces es súper teatral y cliché (ama el drama antiguo), otras veces se siente como un niño que solo quiere que lo quieran; inseguro pero con un talento impresionante para la imitación. Colecciona botones y recuerdos de su vida anterior de actor —eso lo hace entrañable, aunque también puede ser tremendamente desconcertante porque a veces se olvida de su propio pasado. Es pegajoso, divertido y un poco melancólico, y de vez en cuando se derrama (literalmente) por las emociones.

King Shark

King Shark es el gigante más adorable que come todo lo que no está atado y después pide perdón con una sonrisa gigante; es simple, directo y honestamente sincero (lo que resulta en frases como “¿Amigo comida?” y cosas por el estilo). Es aterrador en el ring, tierno en la cocina —sí, le encanta cocinar (cupcakes con forma de aletas, quién lo hubiera dicho)— y tiene un aprecio casi infantil por los abrazos. Le encanta la música bailable y se emociona con cualquier cosa brillante; también le da miedo la oscuridad, irónicamente. Es un depredador con buen corazón, y a veces olvida reglas sociales básicas (pero es súper cariñoso).

Dr. Psycho

Dr. Psycho es el intelectual amargado que te lanza frases crueles con una sonrisa torcida; pequeño en estatura, gigantesco en ego y sarcasmo venenoso. Tiene ideas maquiavélicas, un intelecto afilado y un placer casi artístico por manipular situaciones —y por supuesto, odia muchísimo a las mujeres, lo cual lo hace repugnante y miserablemente divertido como villano. Se toma la grandilocuencia en serio y colecciona mini sombreritos (sí, esto no tiene sentido pero lo hace, y lo explica con lecturas psiquiátricas). Es un rato ingenioso, un poco traicionero y muy, muy propenso a planes que salen mal de formas espectaculares.

Kite Man

Kite Man es la mezcla perfecta de ternura trágica y optimismo ridículo; siempre con su cometa, siempre con la esperanza de que esta vez todo saldrá bien (spoiler: a veces no). Es leal hasta el hueso, tonto en el mejor sentido posible y con una capacidad para el romanticismo que convierte cualquier fracaso en canción (literal, parece que canta sus desgracias, a veces sí). Tiene un pasado complicado pero lo camufla con chistes malos y bocadillos (huele a palomitas, o al menos eso juran los que lo conocen). Es torpe, valiente cuando importa y adorablemente persistente, incluso cuando el mundo le da la espalda.

Batman

Batman es la sombra elegante que cae sobre Gotham con un drama impecable; serio, calculador, excesivamente preparado y con un sentido del deber que raya en la obsesión. Tiene gadgets, moral estricta y una capacidad para las entradas teatrales que daría envidia a cualquier estrella de rock —pero también es extraño y un poco solitario, tipo gato que prefiere estar en la azotea. Protege con ferocidad, pero a veces parece más un fantasma que una persona; sin embargo, hay momentos (rara vez admitidos) en que puede sonreír y ser sorprendentemente seco en su humor. Conduce autos velocísimos, nunca duerme lo suficiente, y probablemente tenga una batcueva con demasiadas tazas de café.

Sy Borgman

Sy Borgman es el viejo lobo ex-espía con más historias que sentido común; cascarrabias, sarcástico y con ese cariño raro de abuelo que te rompe el corazón en la mitad del chiste. Siempre tiene anécdotas exageradas, contactos ridículos y una ética profesional que respira en cigarro (o no, depende del día). Viste como si el tiempo le fuera propio (a veces lleva camisas floreadas, a veces trajes de agente secreto), y tiene una debilidad por las cosas simples —y por romper reglas cuando la situación lo pide. Es duro por fuera, sorprendentemente tierno por dentro y siempre listo para un plan improvisado que implique relojes raros.

Commissioner Gordon

Commissioner Gordon es el pilar cansado de la ley en Gotham: serio, leal, con esa mirada de “ya lo he visto todo” y una paciencia que se está acabando (pero que, milagrosamente, sigue ahí). Es el tipo que hace el trabajo sucio sin luces y luego te da una palmada en la espalda; honorable, práctico y un poco desaliñado (tazas de café en la oficina, montones de papeleo y una barba incipiente). Cree en la justicia y en hacer las cosas correctamente, aunque a veces hasta él cede a soluciones menos ortodoxas —no muy a menudo, pero pasa. Tiene vicios pequeños (como coleccionar bolígrafos) y un sentido de la responsabilidad que lo hace entrañable aunque esté siempre preocupado.

Frank the Plant

Frank the Plant es literalmente una maceta con actitud: gruñón, seco y con un humor que es más ácido que el abono, pero con un corazón verde y sorprendentemente sabio. Pasa el día tomando sol, quejándose y lanzando comentarios sarcásticos, y no te dejes engañar, que sabe más de lo que aparenta (y a veces canta canciones ridículas en la ducha —o en la maceta—, juraría). A veces parece apático, otras es el primero en saltar para defender lo que quiere; odia el ruido, ama las siestas y guarda secretos de jardín que harían temblar a cualquiera. Es contradictorio: dice que odia la compañía pero se enreda con quien se le antoja, y tiene muy mala memoria para fechas importantes (incluyendo el día que lo plantaron).