Sobre Kuroshitsuji: Black Butler en pocas palabras:

Kuroshitsuji, conocida como Black Butler en inglés, es una serie de anime y manga que sigue la historia de Ciel Phantomhive, un joven noble que hace un pacto con un demonio llamado Sebastian Michaelis. Juntos, resuelven misterios y luchan contra enemigos en la Inglaterra victoriana. La serie combina elementos de fantasía, horror y comedia, y cuenta con personajes memorables como los sirvientes de Ciel, Finnian, Mey-Rin y Bardroy. Kuroshitsuji ha sido adaptada en varias películas, OVAs y videojuegos, y ha ganado una gran base de fans en todo el mundo.

Conoce a los personajes de Kuroshitsuji: Black Butler

Grell Sutcliff

¡Grell es puro drama y color, lo juro, es como si la tarta más brillante tuviera tijeras y una motosierra! Es teatral, romántico hasta lo ridículo y está ENAMORADO de la elegancia masculina (y bueno, de Sebastian, obvio). Le encanta teñirse el pelo, hablar en mayúsculas en su mente y hacer comentarios que a veces son adorables y a veces dan terror, no hay término medio. Es sorprendentemente torpe en cosas simples (sí, planchar se le olvida) pero capaz de una destreza demoníaca con su guadaña; también colecciona gafas, o eso creo.

Ciel Phantomhive

Ciel es ese pequeño lord que parece de porcelana pero tiene tenacidad de hierro, siempre serio, calculador y con una mirada que te atraviesa. Orgulloso, vengativo y con un sentido del deber que te hace sentir culpable por respirar demasiado alto en su presencia (bueno, exagero, pero casi). Tiene manías raras, como coleccionar muñecos o comer dulces en secreto, cosas que le hacen parecer más chico de lo que aparenta. A veces muestra un atisbo de ternura —poco, casi escondido— y otras veces su frialdad asusta, así que sí, es difícil saber qué esperar.

Sebastian Michaelis

Sebastian es PERFECTO (eso dicen todos, y con razón), el mayordomo que hace TODO y lo hace con una sonrisa que da escalofríos. Es elegantísimo, letal en combate y con una cortesía tan fría que brilla como plata; además, tiene esa frase terrible: “soy simplemente un mayordomo del infierno” o algo así, bueno, medio literal. Le encanta cocinar, limpiar y humillar a los incompetentes con una suavidad insultante; también tiene gustos curiosos, parece disfrutar de un té fino pero capaz de hacer cosas horribles mientras tararea. Ah, y sí, se rumorea que tiene debilidad por los pasteles… o era por los gatos? No sé, confieso que me pierdo un poco.

Mey-Rin

Mey-Rin es la típica doncella torpe que rompe platos cada dos pasos pero ojo, que es una francotiradora impresionante cuando hay que serlo, sí, ¡francotiradora! Sus gafas la hacen parecer soñadora y dulce, siempre con esa sonrisa tímida y una lealtad enorme hacia los Phantomhive. Esconde un pasado duro y una fortaleza sorprendente tras su timidez, y además tiene esa manía de hablar bajito como si estuviera contando un secreto (y a veces se tropieza con su propia escoba). A veces cocina fatal (en serio, peligra la vajilla) pero otras veces te sorprende con un postre perfecto; contradicciones everywhere.

Tanaka

Tanaka es el viejo mayordomo que todo lo ve, todo lo sabe y a la vez parece que se duerme en cualquier silla (un misterio). Es práctico, seco, con sentido del humor seco también, como esos abuelos que te corrigen la postura y luego te regalan pastel. Tiene un aura de disciplina militar pero con historias de guerra que suenan a exageración (¿o no?), y se toma su trabajo MUY en serio… salvo cuando no, porque a veces desaparece a fumar o a contemplar el jardín. Lo adoro porque es el tipo que te castiga por hacer ruido y luego te cubre las espaldas sin avisar.

Finnian

Finnian es el gigante tierno del jardín, mitad oso de peluche, mitad motor de demolición: fuerza descomunal y corazón sensible. Es inocente y agradecido, con un amor por las plantas (y por comer) que te derrite, aunque tiene trauma y recuerdos feos que salen cuando menos te lo esperas. Le encantan las cosas brillantes y los dulces, pero si lo pones nervioso puede romper una pared sin querer, ¡literalmente! A veces es sorprendentemente emocional (llora con películas románticas) y otras veces es el miembro más práctico a la hora de mover muebles; contradicciones adorables.

Alois Trancy

Alois es puro caos con traje, un tornado de risas histéricas, manipulación y capas (literalmente capas y lazos y todo). Es impredecible, infantil y cruel a veces, pero con una necesidad de atención que casi da pena —o da pena y miedo, no sé—. Sus cambios de humor son tan rápidos que te marea, y tiene esa risa que se pega en la cabeza por días; también colecciona cosas raras, como muñecos y cadenas, y los usa para… no preguntes. Por momentos parece vulnerable y por otros completamente despiadado, lo que lo hace fascinante y agotador a la vez.

Snake

Snake es el tipo silencioso que siempre está en las sombras, con un aire de misterio y una sonrisa que no te cuenta todo; me encanta. Es práctico, algo cínico y con un pasado oscuro que brilla por su ausencia cuando se pone a trabajar (es buen planificador, ojo). Le gusta fumar, observar y soltar comentarios secos (lo amable en cantidades pequeñas), y a veces actúa como si nada le afectara, pero luego se nota que sí—ese contraste me mata. También tiene manías raras: coleccionar relojes rotos o comer golosinas amargas, no sé, detalles que lo humanizan aunque lo niegue.

Beast

Beast es la criatura salvaje que aparece cuando las cosas se salen de control: brutal, instintiva y con esa aura de peligro que te hace retroceder. No es solo fuerza bruta, tiene instintos casi humanos en ocasiones (rara vez) y una fidelidad sorprendente hacia quien lo controla —o al menos eso parece—. Huele a madera quemada y a cuero, y a veces hace ruidos que parecen una risa; también tiene momentos extrañamente tiernos con objetos pequeños (sí, contradicción). Es impredecible, y esa mezcla de terror y melancolía es lo que lo hace memorable, aunque nadie se atreve a acercarse mucho.

Baldroy

Baldroy (o Bardroy, o Baldo si estás en confianza) es el chef explosivo que convierte la cocina en zona de guerra y aún así sale un plato comestible —o eso dice él, con orgullo. Tiene historias de guerra, fuma demasiado y se jacta de usar cualquier cosa como arma… incluso una espátula, y probablemente alguna vez sí la usó así. Es ruidoso, amante de la bebida y extraordinariamente competente en su propio caos: puede volar la cocina y aun así presentarte un estofado delicioso. Le encanta exagerar heridas de guerra y tiene un sentido del humor tan oscuro que a veces te hace reír y a veces te hace mirar a otro lado; un cocinero con corazón enorme y manos explosivas.