Sobre Ancient Magus’ Bride: Maho Tsukai no Yome en pocas palabras:

Ancient Magus’ Bride: Maho Tsukai no Yome es una serie de anime que sigue la historia de Chise Hatori, una joven que ha sido vendida como esclava en una subasta. Sin embargo, su vida cambia cuando es comprada por un mago llamado Elias Ainsworth, quien la convierte en su aprendiz y futura esposa. Juntos, viajan por el mundo de la magia, enfrentando peligros y descubriendo secretos oscuros. La serie es una mezcla de fantasía, drama y romance, con personajes bien desarrollados y una animación impresionante.

Conoce a los personajes de The Ancient Magus’ Bride: Maho Tsukai no Yome

Chise Hatori

Chise es ese corazón quebrado que, a la vez, brilla raro y luminoso; frágil pero con una fuerza de la que ella misma se sorprende. Tiene esa mezcla de timidez absoluta y un instinto salvaje por la magia que aparece cuando menos lo esperas —y sí, llora mucho pero luego te sorprende arrancando un hechizo como si nada. Es la protagonista que duele y cura al mismo tiempo, aprendiendo a llamarse a sí misma algo más que “objeto” (sí, toma tiempo). Ah, y siempre huele a libros viejos y a té, o al menos eso parece en mi cabeza cada vez que la dibujo enmi cuaderno.

Elias Ainsworth

Elias es el mago con cabeza de cráneo que te deja confundido y enamorado, en ese orden (o tal vez al revés, depende del día). Es formal, distante y aterradormente competente, pero también tiene gestos ridículos de curiosidad humana que lo hacen adorable —como intentar “practicar sonrisas” o no comprender sarcasmos. Su relación con Chise es complicada y preciosa: protector, profesor, a veces paternal, a veces un bicho raro que necesita aprender a sentir. Y sí, tiene un gusto peculiar por la pastelería inglesa, o al menos me lo imagino devorando scones en silencio.

Ruth

Ruth es básicamente el amigo peludo e hiperleal que todos queremos: en persona es un tipo serio y algo taciturno, y en forma de perro es la personificación del “quédate aquí, te cuidaré”. Protector hasta los huesos, con una paciencia antigua (pero ojo, no lo provoques). Tiene ese aire como de “no me hables de sentimientos” y luego actúa con más amor que algunos personajes humanos. Y pequeñísimo dato: jura que odia los abrazos, pero una vez lo viste dormido con el peluche de Chise, no sé cómo explicarlo.

Angelica Varley

Angelica es la bruja loca-fabulosa de Londres, de esas que viven como si el mundo fuera un desfile y ellas el centro —y honestamente, yo la apoyo mucho. Extrovertida, sensual y vivaz, con una ética bastante flexible pero un corazón sorprendentemente noble; siempre parece estar en una fiesta y a la vez resolviendo asuntos brujeriles graves. Es directa, practica y con un sentido del humor que corta como cuchillo, pero también cuida a quienes estima con ferocidad. Ah, y colecciona sombreros raros; no sé por qué lo recuerdo tan fuerte, pero lo hace.

Silver

Silver tiene esa vibra fría y elegante, damisela misteriosa que aparece en escenas con luz plateada, como si siempre viniera de otro cuadro. Es calmada, observadora y un poco enigmática: nunca das con todas sus cartas, pero cuando habla, pesa cada palabra. Actúa como si supiera cosas que el resto no, y eso la vuelve fascinante y un poquito inquietante (en el buen sentido). Y no sé si es verdad o solo me lo invento por fandom, pero me la imagino tejiendo cosas finas a medianoche con música clásica de fondo.

Lindenbaum

Lindenbaum es la bruja árbol que da ganas de abrazar y de temer al mismo tiempo; es maternal, teatral y tiene modos como de señora victoriana que sabe demasiadas cosas. Ama las conversaciones largas, servir té con plantas exóticas y contar historias que son trampa para el alma (suena peor de lo que es, pero sí, medio trampa). Es poderosa, con un humor oscuro y una paciencia de siglos, y tiene una manera de envolver a la gente que es a la vez consuelo y desafío. Pequeño detalle: creo que cocina pasteles… o los hace estallar en la próxima mesa, depende de su humor.

Leanan Sidhe

La Leanan Sidhe es puro mito hecho en carne y misterio: seductora, inspiradora y peligrosamente hermosa, casi una musa que te roba algo cada vez que sonríe. Tiene ese aura de “te doy talento a cambio de una parte de ti”, romántica y terrible, y su presencia cambia a quien la toca —en serio, cuidado con aceptar favores suyos. Es elegante, antigua y juguetona, a veces cruel sin querer, y siempre envuelta en música o poesía, lo cual me encanta y me asusta a la vez. Y sí, a veces aparece como si simplemente hubiera venido a charlar por té; otras, como si viniera a cobrar una deuda de vida, así que prepárense.