Sobre Killing Eve en pocas palabras:

Killing Eve es una serie de televisión que sigue la historia de Eve Polastri, una agente de seguridad británica que se obsesiona con la asesina Villanelle. La serie explora la relación entre estas dos mujeres y cómo se ven afectadas por su juego del gato y el ratón. Killing Eve es conocida por su ingenioso guion, la actuación impresionante de Sandra Oh y Jodie Comer, y su mezcla única de humor y violencia. La serie ha sido aclamada por la crítica y ha ganado varios premios, incluyendo el Globo de Oro a la Mejor Actriz en una Serie de Televisión – Drama para Sandra Oh.

Conoce a los personajes de Killing Eve

Eve Polastri

Eve es ese tipo de personaje que no puedes dejar de mirar porque siempre tiene una mezcla de torpeza adorable y obsesión profesional que la hace real, ¿sabes? Curiosa hasta el hueso, se mete en líos por seguir un instinto que nadie más entiende, y luego se queda sorprendida como si eso no fuera exactamente lo que ella hace todo el tiempo. A veces parece tener un radar para detalles rarísimos (y luego olvidar dónde dejó las llaves, clásico), y su estilo cambia entre lo formal y lo caótico en cuestión de escenas. Tiene una paciencia curiosa con la burocracia y una terquedad que la convierte en imán para problemas bonitos.

Villanelle

Villanelle es una mezcla preciosa de encanto letal y humor infantil, francamente deliciosa y aterradora al mismo tiempo; se viste como si cada día fuera una pasarela-asesina. Hace cosas monstruosas con una sonrisa y luego te regala un gesto tierno que te descoloca — sí, es completamente impredecible y por eso mola tanto. Ama los vestidos caros y las golosinas, y curiosamente tiene manías domésticas raras (jardinería? no, mira esto es inconsistentemente adorable). Es brutal, pero a ratos parece una niña jugando a ser adulta, lo cual es perturbador y fascinante.

Carolyn Martens

Carolyn es puro control frío y elegancia diplomática, la clase que impone sin alzar la voz; aunque ojo, hay una dureza por la que pasan pocas personas. Sabe mover hilos como si fueran piezas de ajedrez y a la vez guarda secretos como si fueran fotos en un bolsillo interior, lo cual suena dramático pero es literal. Tiene momentos en que deja entrever un humor seco, casi cruel, y luego, sorpresa, un gesto de cansada ternura que nadie esperaba (yo sé, contradicción total). Es la adulta en la sala, la que hace que las cosas funcionen, pero también colecciona historias raras para contárselas a nadie.

Konstantin Vasiliev

Konstantin es el tipo de hombre que ha vivido demasiadas vidas y lo demuestra con una sonrisa cansada y una taza de té fría al lado; es manipulador pero con cierto romanticismo de viejo mundo. Es práctico, astuto y sorprendentemente sentimental — sí, suena raro pero le compra a la gente cosas pequeñas cuando piensa en ellas, aunque luego lo niegue con la misma mano. Tiene maneras de gangster-caballero, habla en voz baja y parece saber exactamente cuándo tirar del hilo y cuándo cortar. A veces parece traidor, otras veces parece el último amigo que te queda, y no sabes nunca qué maleta abrir con él.

Niko Polastri

Niko es esa presencia tranquila y amable que intenta mantener la vida real en marcha mientras el caos cinematográfico ocurre alrededor; un tipo con paciencia olímpica y un sentido práctico reconfortante. Es cariñoso y no le molan las complicaciones, pero también tiene momentos de celos humanos y ridículos que lo hacen real (y sí, a veces hace listas de la compra como si fueran planes estratégicos). Le gusta la estabilidad, las cenas caseras y probablemente tiene una taza favorita que nunca deja a la vista porque la cuida demasiado. Es sencillo en apariencia pero sorprendentemente firme cuando las cosas se ponen feas, y eso lo hace más fuerte de lo que parece.

Kenneth “Kenny” Stowton

Kenny es el ingenioso bromista que entra en escena con un comentario ácido y una solución tecnológica, siempre parece que está contando una anécdota incluso cuando desactiva sistemas de seguridad. Tiene una mezcla de sarcasmo y lealtad que te hace reír y confiar en él al mismo tiempo; a menudo come bollería industrial como si fuera combustible moral. Odia la seriedad excesiva pero tiene un lado sorprendentemente meticuloso (exacto, a veces ordena cosas por color y luego se queja de su propio sistema). Es irreverente, competente y a veces demasiado empático para su propio bien — un desastre encantador y útil.