Sobre Youjo Senki en pocas palabras:

Youjo Senki es una serie de anime que sigue la historia de Tanya Degurechaff, una niña prodigio que es reencarnada en un mundo de fantasía como soldado en la Primera Guerra Mundial. A pesar de su apariencia juvenil, Tanya es extremadamente inteligente y despiadada en la batalla, lo que la convierte en una de las mejores soldados de su ejército. La serie explora temas de guerra, política y religión, mientras sigue a Tanya en su lucha por sobrevivir y alcanzar el poder en un mundo peligroso y caótico.

Conoce a los personajes de Youjo Senki

Matheus Johann Weiss

Matheus es ese tipo de comandante que parece tener siempre un mapa en la cabeza y una taza de café quemado en la mano. Frío y metódico en el campo, pero jura que tiene un sentido del humor terrible (y a veces sí suelta un chiste, aunque nadie lo entienda). Le gusta coleccionar relojes de bolsillo por una razón que nadie conoce —y que él mismo olvida a veces—, y tiene una sorprendente tendencia a tararear canciones infantiles cuando está pensando. En batalla es predictivo y cruelmente eficiente; en la sala de reuniones es el que arrastra la silla con demasiado cuidado, como si cada movimiento contara.

Hans von Zettour

Hans es el experto en logística que todo ejército necesita y que nadie aprecia hasta que hace falta. Seco, directo, obsesionado con el papeleo y con un gusto extraño por los informes impecables (sí, incluso los subraya a colores). Le encanta la precisión: relojes, reglas, horario; aunque curiosamente colecciona postales con perros disfrazados, lo cual es adorable y desconcertante. En resumen, un tipo que te salvaría el pellejo porque planifica hasta el café, pero que probablemente te regañaría por mezclar tazas.

Tanya von Degurechaff

Tanya es una máquina de guerra en cuerpo de niña, fría, calculadora y ridículamente eficiente; y sí, sus ojos azules dan miedo cuando está enfadada. Estratega brutal y perfeccionista hasta el extremo, no se detiene por moralidades blandas (a menos que haya una ventaja táctica, claro). Contradictoria por naturaleza: exige disciplina absoluta pero a veces se queda cinco minutos observando una galleta como si fuera la cosa más fascinante del mundo. Es la que toma decisiones impopulares sin pestañear, y también la que probablemente te robe un trozo de pastel cuando te descuides.

Mary Sioux

Mary es fuego puro con una sonrisa que podría ser un arma —ágil, provocadora y sorprendentemente astuta. Le encanta provocar a la gente, sobre todo a los más rígidos (sí, mira a Tanya), y tiene un sentido de la táctica más intuitivo que académico; improvisa y suele acertar. Tiene un encanto sureño extraño (o eso dicen) y escribe poemas en servilletas cuando está aburrida; luego los pierde todos, claro. Es el tipo de persona que te salva la vida y al mismo tiempo te roba la chaqueta “porque hacía frío”.

Warren Grantz

Warren es directo, rudo y con una sonrisa que sugiere más de una pelea ganada, un oficial práctico que no complica lo simple. Prefiere acción a discursos, pero ojo: eso no significa que sea torpe; tiene un ojo para la oportunidad y una paciencia sorprendente cuando se trata de preparar una emboscada. Le encanta la música folclórica (sí, tararea en los trayectos) y colecciona anécdotas de batalla como si fueran pines. A veces se comporta como el hermano mayor que no pidió nadie, y otras como el chico que nunca aprendió a mantener la compostura —pero funciona.

Viktoriya Serebryakova

Viktoriya es la mano derecha que siempre está tres pasos por delante en cosas prácticas y dos sonriendo, tranquila y confiable, con ojos que parecen notar todo (incluso las migas en tu bolsillo). Leal hasta lo incómodo, muy eficiente en tareas de apoyo y, por si fuera poco, tiene una paciencia infinita para los planes locos de Tanya. Hay algo tierno en ella: le gustan los pequeños peluches aunque diga que no, y a veces guarda chocolate en lugares ilógicos “por si acaso”. Silenciosa pero presente, es la clase de persona que soluciona problemas y luego se va como si nada.

Erich von Lergen

Erich es la autoridad clásica: noble, ceremonioso y con la voz que exige respeto aunque no grite, un verdadero padre de la doctrina militar (o el que pretende serlo). Rígido en sus principios, ama las tradiciones y los protocolos —y sin embargo una vez lo vieron bailar torpemente en una fiesta, lo cual nadie puede olvidar. Tiene una debilidad por la ópera y por escribir cartas largas que guarda en un cajón etiquetado “cosas importantes” (a veces no recuerda qué hay dentro). En el frente es imponente y calmado; en las cenas oficiales suele corregir los cubiertos y sonreír con esa mezcla de orgullo y cansancio.