Sobre Kaguya-sama: Love Is War en pocas palabras:

Kaguya-sama: Love Is War es una serie de anime que sigue la historia de Kaguya Shinomiya y Miyuki Shirogane, dos estudiantes de la Academia Shuchiin que son miembros del Consejo Estudiantil. Ambos están enamorados el uno del otro, pero debido a su orgullo y arrogancia, se niegan a confesar sus sentimientos. En cambio, comienzan una guerra del amor para hacer que el otro se confiese primero. La serie está llena de comedia, romance y estrategias ingeniosas mientras ambos personajes intentan ganar la batalla del amor.

Conoce a los personajes de Kaguya-sama: Love Is War

Kaguya Shinomiya

Kaguya es la mezcla perfecta de princesa fría y estratega obsesiva, siempre midiendo cada palabra como si fuera una partida de ajedrez… y sí, a veces está jugando ajedrez de verdad en su cabeza. Es orgullosa, meticulosa y terriblemente adorable cuando se le nota la vergüenza —no lo admite, obvio—; maneja el drama con pulso de hielo pero con un corazón que hace cosas por los demás en secreto. Le encanta la comida lujosa (strawberries? sí, forever), aunque curiosamente también se le ve devorando snacks baratísimos cuando nadie mira, y eso la humaniza un montón. En resumen: brillante, calculadora y con un lado blandito que sale en los peores (mejores) momentos.

Miyuki Shirogane

Miyuki es el tipo de persona que estudiarías hasta quedarte ciego si fueras él —workaholic, competitivo y con una ética de hierro— pero también se tropieza con su propia torpeza romántica cada vez que Kaguya aparece. Líder por naturaleza, inseguro por dentro, y demasiado responsable para su propio bien; dice ser serio pero hace caras ridículas a las que nadie resiste. Tiene esa mezcla de brillantez académica y corazón de oso cansado: organiza todo, grita internamente y secretamente compra snacks para consolarse. Ah, y jura que no tiene hobbies extraños aunque definitivamente tiene uno raro que no cuenta.

Chika Fujiwara

Chika es energía pura y caos adorable; llega a una escena y ya cambió el clima, la música y las reglas del juego en cincuenta segundos, literal. Es impredecible, tierna, con un talento para convertir lo más serio en una comedia —y luego ganar en lo que nadie sabía que se podía ganar—; a veces parece un meme con vida. Ama los juegos, las coreografías raras y posiblemente guarda un piano en la mochila (no es broma, ¿o sí?). En fin, la chica-bomba de felicidad que te rompe el plan y te salva el día al mismo tiempo.

Yu Ishigami

Ishigami es el tío malhumorado que secretamente protege a todo el mundo; sombrío, sarcástico, con tendencias a dramonear pero con lealtad de acero. Es introvertido, socialmente torpe y terriblemente honesto, y tiene un pasado que le da esa aura de “no te metas” aunque luego te invite a comer ramen a las tres de la mañana. Le gustan las cosas oscuras y también cosas tiernas (sí, colecciona figuritas, SHH), y eso lo hace raramente predecible; gruñe mucho, pero cuida a sus amigos con uñas y dientes. A veces es contradictorio hasta con su propio peinado, pero eso lo hace humano y real.

Ai Hayasaka

Hayasaka es la asistente perfecta con licencia para las mejores caras de poker: elegante, eficiente y con mil identidades sociales —espía, amiga, confidente—, y siempre tiene un plan B y C. Profesional hasta decir basta, pero con un sentido del humor seco que aparece cuando menos lo esperas; aparenta control absoluto y luego se le ve fangirleaseando por algo ridículamente cursi, ay. Le encanta la moda y el orden, pero también se permite ser un desastre en privado (mira sus snacks escondidos), lo cual la hace tan humana como misteriosa. Básicamente, es la que hace que todo funcione mientras finge no disfrutarlo… pero por dentro tal vez disfruta muchísimo.

Miko Ino

Miko Ino es la justiciera de la clase: rígida en principios, directa y con un código moral que no negocia, pero ojo, tiene momentos de blando inesperados que te rompen el estereotipo. Es seria, a veces demasiado formal, y cuando algo la irrita sale con disciplina implacable —y luego se sonroja por razones absurdas, ¿porqué funciona así?—. Ama el orden y la ley (sí, podría escribir un manual de disciplina) y curiosamente también se le da bien la cocina —aunque jura que no le interesa impresionar a nadie—. En resumen: firme, un poco gruñona, pero con una vena de ternura que aparece cuando menos lo esperas.